A Shouto le encanta ver esa sonrisa.
Le encanta como ilumina cualquier día.
Le encanta la manera en que hace saltar su corazón.
Incluso estaba seguro que esa sonrisa podía opacar al mismísimo sol en verano.
O tal vez curar el cáncer.
Le encanta la...
Antes del capítulo me quiero disculpar. Siento que el capítulo 8 no fue lo suficientemente bueno. Perdón. Ahora si,ya.
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Estaba nervioso.
Bueno eso solo era un frase, estaba teniendo un colapso.
No sabía si le iba a gustar el regalo, ni siquiera sabía si él iba a asistir. Estaba tan pero tan nervioso que terminó por levantarse una hora antes de que la alarma sonara.
Eso era grave, muy grave.
Se sentó en el futon y se quedó observando a sus zapatos del colegio como si fueran la respuesta a todas las dudas existentes que tienen los adolescentes.
Su mirada inconscientemente se desvío a la caja de color verde que estaba junto a su armario de ropa.
¿Sería un buen regalo?
No lo sabe, solo sabe que una porción de sus sentimientos pueden ser expresados dentro de lo que lleva esa caja.
Cierra sus ojos un instante.
Un instante que le hizo volver a acostarse en el futon y sin darse cuenta volverse a dormir.
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Tuvo un sueño algo extraño, si extraño.
No fue desagradable pero, si extraño.
En aquel sueño, veía a Izuku en un jardín de rosas, estas eran blancas y rojas.
Por alguna razón desconocida el que al parecer era un jardín estaba cubierto de una especie de capa de hielo.
El rizado con la yema de sus dedos rozó uno de los pétalos congelados de una rosa, en la que los colores blanco y rojo luchan por ganar completó dominio de la planta.
El lugar se descongela, entonces se da cuenta que aquellas rosas forman un corazón.
Un corazón hecho de rosas blancas y rojas, un corazón que estuvo congelado por un pasado.
