22. Dulce contacto

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Aquella joven de cabellos castaños parecía rondar en su cabeza. No entendía que le había querido decir en la residencia, y no entendía la relación mantenía con Caleb. Pronto lo averiguaría.

Estaba a un paso de atravesar el enorme portón de la escuela cuando sintió un leve tirón.

—Maestra. —Su pequeño alumno captó su atención. Se inclinó hasta su altura para escucharlo—. Esto para usted. —Le extendió una mediana maceta con girasoles.

Los ojos de la joven maestra se le iluminaron al instante.

—¿Para mí? —Sonrió mientras lo sostenía.

—Sí, su novio me mandó dárselas —señaló a unos metros a Derek recostado junto a su auto.

—¡Oh no! —Se le tiñeron las mejillas de rojo—. Él no es mi novio.

El niño elevó los hombros y desapareció de su vista.

Janna se aproximó hacia él con pasos tímidos, mientras Derek le sonreía abiertamente. Se veía tan bien con su traje y abrigo que le llegaba hasta el muslo.

Mientras más se aproximaba las piernas le temblaban y los tacones no ayudaban mucho que digamos. ¿En qué momento había bajado la guardia y le había dejado entrar en su vida? Ya no podía sacarlo tampoco, porque al amanecer lo primero que quería era ver era su rostro, y al anochecer su último pensamiento era referido a él.

—¿Cómo supiste que son mis preferidos? —preguntó acariciando los grandes pétalos.

Él sonrió complacido poniendo su típica expresión de triunfo. Sus soberbios labios curvados naturalmente en la comisura le hacían ver sonriente. Y sus ojos juguetones brillaban de emoción. ¿Cómo no sentir nada por él?

—No fue difícil averiguarlo.

—¿Quién te lo dijo? —Coqueteó con los ojos.

—Un pajarillo.

—¿No me lo dirás?

—No —respondió mientras le abrió la puerta del auto.

Dado que el día les regalaba un buen clima, a pesar de ser invierno, Derek la llevó al parque de las aguas.

Caminar alrededor de los circuitos acuáticos, era fantástico. Las imágenes que se formaban en la efervescencia de las aguas mostraban a una pareja bailando tango, besándose, separándose y juntándose otra vez. El túnel de agua, los colores vivaces desprendidos en todo el parque les daba un toque romántico convirtiéndose en su lugar predilecto. Las instalaciones de época victoriana con toques modernos le transportaron a un mundo de ensueño y fantasía. Perfecto para una cita De hecho, había muchas parejas prematrimoniales sacándose fotografías para su álbum. Y otras recién casadas con todo vestido y traje. Pero Janna mantenía la mente en otro lado. Caminaba junto a Derek, pero su mente se había quedado en la noche anterior.

—¿Hay algo que te preocupa? —preguntó él. Janna asintió con la cabeza—. ¿De qué se trata?

—De Caleb —respondió sin rodeos.

Derek enarcó las cejas.

—¿Qué te preocupa de Caleb? ¿Fue por lo que vimos la noche anterior?

—Sí, me preocupa que salga con esa chica.

—¿Por qué te preocuparía? —Tensó su expresión.

Temía que ella tuviera otro tipo de sentimientos por él y no lo haya notado. Lo conocía de toda la vida, su fiel compañero y amigo, aquel que nunca la lastimaría. Quizás al verlo con alguien más despertó sus celos, y aún no se daba cuenta.

Mi Nueva Primavera© [Primera historia de serie Gemelos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora