23. Emociones

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Las piernas le temblaron tanto que temió desmoronarse. Agradecía que estaba sentada, porque de otro modo él habría notado lo mucho que le afectaba su cercanía, sus deliciosos besos, sus caricias... Es que se sentía vulnerable y a la misma vez protegida bajo sus brazos que todo le resultaba incoherente. Solo sabía que no soportaría tenerlo lejos.

Su aroma varonil la envolvía y la obligaba a soltar uno que otro suspiro sobre su piel. Su avivado pecho advertía con estallar en cualquier instante debido a la fuerte presión bailando en su interior.

Al mismo tiempo se separaron no sin antes darse un casto beso, dando cabida a la ternura.

La extrovertida Janna se escondió detrás de una chica tímida y avergonzada que no era capaz de mirarlo a los ojos.

Derek le levantó el mentón tiernamente buscando con ansias su mirada. Tragó saliva y le dijo lo que tanto había querido decirle.

—Te quiero en mi vida, Janna Prieto.

La chica pestañeó rápidamente asustada por el fuerte palpitar de su corazón y el inmenso nudo en su estómago.

—¿Estás seguro? —preguntó temerosa.

Él asintió con lentitud.

—Muy seguro —respondió en un susurro—. Y tú... ¿me quieres en la tuya?

Janna sonrió y asintió lentamente, por lo que él la abrazó y aspiró el delicioso aroma de su cabello.

¿Realmente estarían seguros...?

***

Vicepresidente —musitó el más viejo de los socios sentando al extremo de la enorme mesa—, ¿para qué fecha programaremos el nuevo lanzamiento?

Derek parecía estar mirando los documentos, pero en realidad miraba su móvil esperando el mensaje de Janna.

Janna: Quiero verte.

Una sonrisa se le dibujó en los labios y rápidamente le respondió.

Derek: ¿Tanto me extrañas?

Los demás se le quedaron observando, incómodos por su falta de atención. Carraspearon para llamar su atención, pero su silencio no hizo más que alterarlos.

Emilia que estaba detrás de él se preguntaba si estaría hablando con Janna. De seguro que era con ella.

—Vicepresidente —le susurró y tocó su hombro.

Derek se incorporó y guardó su teléfono sin dejar de sonreír.

—Doy por concluida la reunión —dijo poniéndose de pie. Se despidió con un movimiento ligero de cabeza y desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

—Vicepresidente —llamó Emilia en vano—. Lo lamento —se disculpó con la plenaria—. Algo urgente debió haber surgido.

Los hombres se quedaron en total desconcierto. Nunca habían presenciado tal desplante por el hijo del presidente de la corporación.

***

Janna miraba a los cantantes callejeros embelesada, cuando sintió su mano ser tomada por una mano más grande que la suya. Inevitablemente sonrió por su presencia. Recién empezaban a salir y lo extrañaba a mares. Definitivamente eso no era bueno, ¿o sí?

—Por tu causa perderé mi posición —susurró Derek a su costado.

—¿Estabas ocupado? —Se giró hacia él y dibujó la costura de su abrigo azul noche en el pecho.

Ella no tenía idea de cuánto lo alentaba su simple gesto.

—Era una reunión aburrida, así como las que tienes con la plana docente. Necesitaba escapar cuanto antes. Solo eres una excusa para escapar —la fastidió esperando su reacción.

Mi Nueva Primavera© [Primera historia de serie Gemelos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora