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Guío al menor quien tenía los ojos cerrados, aunque fuese obvio, Namjoon siempre tenía la curiosidad a tope, de vez en cuando se mordía su labio ansioso, sentía la calidez con que la era llevado a quién sabe dónde, su madre frenó en seco haciendo que el menor imitará su acción.

La señora Kim le dió la indicación de abrir los ojos, su hijo sonrió en todo su máximo explendor abriendo los ojos poco a poco, un hermoso pastel adornaba la mesa, la mecha de las velas se agitaba levemente, había tres platos al igual que vasos, globos de colores pastel y un bonito olor a flores. Era como estar en casa.

Se acercó mirando a sus padres quienes asintieron, entre más cerca más bonito era, con glaseado azul tenía escrito "te amamos Joon, siempre serás nuestro niño", sintió nostalgia, una vez más dedicó una tierna sonrisa a los señores Kim, a veces, aquellos momentos donde no había problemas, preocupaciones eran las favoritas del menor.

-Es hora de que pidas tu deseo bebé -dijo su madre acercándose para quedar a un lado de él, su padre quedó al otro extremo sonriente.

El menor asintió nervioso, cerró sus ojitos con fuerza mientras que sus manos se juntaban, dejo a su corazón hablar, al cabo de segundos abrió sus ojos mirando las brillantes velas, tomó aire para poder apagarlas, sus padres aplaudieron orgullosos. Partió el pastel dándole un trozo a cada uno de sus padres, era una noche agradable, cálida.

Comieron entre risas, felicidad inundaba los rostros de los integrantes, el cumpleañero sentía las mariposas venir de aquí para allá en su estómago, motivo por el cual sus mofletes se tiñieron de un bonito color carmesí. Estaba feliz, realmente feliz y eso lo hacía agradecer a dios por la familia tan maravillosa que tuvo la dicha de tener.

Al terminar su pequeña celebración, el de piel morena ya estaba cansado, bostezo de debajo de sus colchas siendo arropado por su madre quien sonreía con ternura, cuando esté ya estaba cubierto por sus sábanas la mujer se inclinó dejando un beso en su frente, dejando cálido aquel lugar que tocaron sus labios.

-Descansa mi amor, quiero que sepas eres el hombrecito de mi vida
-Namjoon sonrió con un leve color carmesí en sus mejillas, los finos dedos de su madre acariciaban su sedoso cabello.

Dejo un último beso, se levantó para ir hasta la puerta -hasta mañana mi niño.

-Hasta mañana mami -susurro el de piel canela, la puerta cerró dejando al castaño en la tibia oscuridad.

Cerró sus ojos para poder descansar, se acomodó mejor en el colchón, en cuestión de segundos terminó en un profundo sueño. Aunque, no sería así lo que restaba de la noche.

Estaba frente ese bosque que lo tenía ocupando sus pensamientos, miro a su alrededor, los juegos infantiles hacia rechinido al momento de ser girados por el viento, hacia bastante, Namjoon frotó sus brazos en busca de calor, dió un paso más estando en las puertas de aquel lugar.

Neblina salía, de pronto, todo se nubló, la presencia de alguien más que no conocía se hizo, al momento de girar todo se volvió oscuro.

Despertó con varias gotitas de sudor, su respiración era irregular, su mano fue a su pecho tratando de calmarse, miró hacia su ventana, ese no era un simple sueño, lo sabía mejor que nadie, aunque no podía evitar sentir algo de miedo, se sentó al borde de la cama analizando bien que podría hacer, mañana irse significaba ser reprendido por sus padres, no podía.

Miró una vez más a la oscura noche que parecía llamarlo para ir, este suspiró reuniendo un poco de valor, estaba claro, se levantó para ir a cambiarse su pijama, en una mochila equipo una linterna, agua, muda de ropa, su celular. Tenía puesto unos pantalones rasgados de las rodillas, una sudadera gris y una gorra, pensó bien apretando los cordones de la mochila, ¿realmente lo haría?

-En Japón existe el famoso "bosque de la inocencia", dónde varios niños desaparecieron por un largo tiempo, los adultos dicen que es igual al mismo Satanás, pero en un cuerpo joven que indaga confianza en los más pequeños para así, conseguir sus almas con facilidad, o más bien, su inocencia - frenó la lectura, miró a sus mayores quienes prestaban atención, sonrió - pensé que era malo para esto.

Jin hizo ademán de que continuará, el menor asintió volviendo su vista a la pantalla retomando su lectura.

-Actualmente el demonio ya no gusta de los niños sino de adolescentes vírgenes, años pasaron para que ese lugar fuese cerrado de una vez por todas, para que los jóvenes no sintieran curiosidad sus mayores comenzaron a decir que animales salvajes habitaban aquel lugar, entonces su curiosidad disminuyó al igual que las desapareciones -se acomodó mejor - pero pobladores dicen que está entidad lleva una máscara de porcelana, ropas sueltas que hacen ver su figura inocente, un claro engaño, y que hoy en día, él volverá para buscar nuevas víctimas.

Apagó su celular, sus ojitos castaños brillaron al ver qué sus mayores tenían un semblante serio, sabía que significaba que estos realmente se habían tomado esto en serio y no le habían dado el avión como otras ocasiones, pero pronto su emoción disminuyó.

-Kookie, ¿qué habilidades tiene ese demonio? - preguntó Seokjin con algo de preocupación.

-Mmm déjame ver -buscó en más páginas hasta encontrar información - dice que tiene poderes como fuerza sobrenatural, telequinesis, velocidad, y una de las más aterradoras es el meterse en los sueños de los más curiosos haciéndolos ir al bosque sin importar la hora.

Taehyung intercambio mirada con el mayor quién también tenía el mismo semblante, Jungkook quien apenas trataba de entender porque estos estaban tan preocupados, volvió en sí, aventó el celular por ahí y algo asustado miro a sus mayores.

-¡Namjoonie hyung!

El avellana se acercó al castaño quien sentía lágrimas amenazar de salir sus ojitos, no, no podía perder a su querido hyung, se aferró a los brazos de este quien le consoló, mientras tanto Jin analizó bien antes de poder tomar medidas despreocupadas, fuera o no cierta aquella leyenda, conocía lo suficiente al moreno para saber que este es inocente y un blanco perfecto para dicha entidad.

-No sabemos si la leyenda es cierta, pero, estaremos al pendiente, mañana llamaremos a Joonie para comprobar que está bien, ¿de acuerdo?

Los menores asintieron, el de cabellos rebeldes pedía a dios que nada malo le pasara y sólo fuera una leyenda, una fantasía que ya no existe más.

Audaz. ❀ 𝐇𝐎𝐏𝐄𝐍𝐀𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora