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Se colocó la camisa nuevamente, los rasguños ya no dolían, a veces pensaba que Namjoon era un hada mágica o algo por el estilo, se devolvió a él y le sonrió haciendo que Kim sonriera en respuesta mientras guardaba sus vendajes.

—Gracias Joonie — dijo con voz algo ronca haciendo que el menor sintiera un leve escalofrío.

—N-No es nada — sonrió nervioso, se sentó en la cama ante la mirada del grisáceo quien se relamió los labios para humedecerlos.

Quería que Kim no tuviera malos días, pues el estar secuestrado, lejos de los que amas era ya algo doloroso, Park soltó un suspiro mientras masajeaba su cuello, si lo dejaba ir, Hoseok lo colgaría para después volver por Namjoon ahora sí para matarlo.

Namjoon pensaba en lo que había vivido minutos atrás con Jung, su cara, era un contraste tan irreal a cuando estaba tranquilo, parecía un joven común como Park, miró de reojo al mayor quien miraba sus anillos, tantas preguntas que sabía no tendrían repuestas.

Con miedo, encaró a Jimin quien le sonrió, pronto esa sonrisa se convertiría en una de enojo, pero, quería saber -J-Jung me enseñó su rostro.

Jimin abrió sus ojos algo asombrado, hasta el momento sólo la niña de hace años le había visto, y ahora Namjoon, realmente no era algo alarmante, aunque sabía que, por curiosidad Kim quería saber más sobre ellos.

—Park...¿Ustedes murieron aquí? — preguntó temeroso, el grisáceo pareció pensarlo para después asentir.

—Contartelo no será lindo para ti, no fue una muerte tan rápida — se recargó en un árbol ante un atento moreno quien parecía un pequeño escuchando una leyenda- escucha, puedo decirte mucho sobre Hoseok, pero él te lo dirá, sólo se paciente.

Dicho eso se enderezó para poder irse, Namjoon bajo la visita a sus tennis desgastados, además, se sentía algo sucio, sintió su cara caliente.

—¡Park!, ¿s-sabes dónde puedo bañarme?

El mayor frenó en seco, miró al moreno con una sonrisa divertida, se acercó y ofreció su mano a Kim, reaccionó tomando está, estaba bastante sonrojado, sentía que se desmayaría ahí mismo, aún así se mantuvo fuerte. Jimin camino con sus manos unidad, no fue un trayecto largo, llegaron a una laguna cristalina que no había visto.

Park soltó su mano dándole acceso a esta, Namjoon por un momento había olvidado que un demonio estaba ahí, cuando se quitó su polera dejando su cintura y piel morena a la vista, Jimin sonrió coqueto, soltó un pequeño silbido haciendo que el menor se sobresaltara.

—D-Desde cuándo estás ahí- se cubrió ante la mirada de Park quien solo atino a reír.

—Desde que solté tu mano, al parecer Namjoon ah es una persona muy despistada.

Se acercó al menor quien comenzó a retroceder, sintió el borde del pasto que daba a la laguna, Park tomó su mentón obligando a mantener sus miradas conectadas, se acercó un poco más, un movimiento y sus labios estarían juntos.

—Yo cuidaré, báñate con confianza.

Soltó su mandíbula alejándose como si nada, Kim terminó de desvestirse para después meterse a la laguna, soltó un suspiro ante la buena sensación, ya se sentía sucio si era honesto. Jimin de vez en cuando lo miraba, sonriendo ante lo lindo que era, pero como lo prometió, cuido para que Namjoon pudiera tener un momento de paz.

Sabía que lo necesitaba, ya había pasado por bastante estrés a causa de Hoseok y él.

—Uhm Park...— llamó en tono, el demonio fue hasta él, mirando sus pómulos rosados- yo...este, necesito ropa porque la mía está sucia.

El mayor asintió, desapareció por unos minutos para después volver con prendas en sus manos, eran blancas, Namjoon las tomo una vez Park se las tendió, agradeció y el ente sonrió en respuesta volviendo a su lugar de custodia.

Se cambió, las prendas eran bastante ligeras, era un blusón que llegaba a sus rodillas, después un pantalón suelto de una tonalidad hueso, tomo sus ropas sucias y se acercó a Jimin quien la mirarlo se sorprendió. Namjoon parecía el ángel más hermoso que pudo hacer pisado la tierra, tenía una inmensas ganas de encerrarlo en una cajita protegiéndolo de todo lo malo.

Carraspeó su garganta ante la mirada de cachorro del menor quien aún seguía expectante, no cruzaba por su mente que había puesto nervioso a un fantasma. Movió su mano frente el rostro de mayor quien reaccionó.

—Te ves muy bien, ya hay que volver — tendió nuevamente su mano, el menor correspondió sintiendo como lo jalaba hacia su cama.

Jimin lo hacía sentir cómodo, tal vez Hoseok un poco, pero al inicio el grisáceo miró más por él, cuidando al menor como si su vida dependiera de ello, recordó las heridas de su espalda, volviendo su sonrisa en una pequeña mueca, por su culpa él salió herido mientras Namjoon corrió por su vida.

El trío caminaba por las calles arriba para llegar al famoso bosque, Jungkook se inventó nuevas oraciones temiendo por su vida, Taehyung cuidaba de sus amigos y Jin analizaba los papeles en sus manos, no creía que fuesen falsos, pues la forma de escritura se veía con antigüedad. Las guardo para no chocar o caer.

De pronto Seokjin frenó en seco obligando que los menores hacer lo mismo, Jungkook volvió a temblar como gelatina, si en internet se veía temeroso, en persona más, era tan lúgubre, grande, que sentía que con dar un paso un árbol se lo comería.

—Finalmente, bien — el mayor se giró a los menores quienes tenían un semblante de miedo, no les diría nada pues él también tenía miedo, tomo sus manos y suspiró— sé que tienen miedo, pero, no dejaré que salgan heridos, sobre mí, así que tranquilos, ellos también huelen el miedo.

Asintieron casi al mismo tiempo, Jungkook miró una vez más detrás suyo, tal vez sería su última vista de la realidad una vez entrando ahí, sintió que su mano era tomada para después comenzar a jalar de él, miró a Taehyung con mirada que cachorro, el mayor sonrió para intentar calmarlo.

Al entrar, los sonidos de las hojas y palos siendo pisados no se hicieron de esperar, Seokjin vigalaba que los menores siguieran juntos, no se percató de cuánto camino cuando dejo de haber árboles y sólo un sólido paisaje, parecía que estaban en otro mundo.

Tranquilos, sin saber que un ente los miraba desde la rama de un árbol, Jimin sonreía ante lo que tenía frente suyo, hermosos jóvenes, pero no quería asustarlos, más bien darles una bienvenida como era debida, de un salto bajo de la rama haciendo ruido a propósito, los chicos miraron en la dirección donde se originó el ruido.

Un cuerpo salió del árbol, sonriéndoles, nuevamente sintieron que no tenían que temer, aunque, no entendían porque tenía tan extravagante ropa, Park con pasos hinópticos se acercó a ellos, como un depredador.

—Veo que están perdidos — dijo recibiendo un asentimiento por parte de los menores, sonrió y ladeó su cabeza— están de suerte, yo los ayudaré.

Audaz. ❀ 𝐇𝐎𝐏𝐄𝐍𝐀𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora