Nadia

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  Al día siguiente me sentía triste, triste porque ese sueño no podía ser realidad, triste porque esas dos palabras no iban a salir de su boca, y mucho menos iban a dirigirse a mí. Necesitaba a mi mejor amiga esa que está siempre en las buenas y en las malas, esa que siempre me da consejos y me dice las verdades a la cara, necesitaba a Nadia. Fuimos a la bolera y le conté mi sueño. Se quedó bastante asombrada la verdad. Pero me dijo que en verdad haríamos buena pareja, me sonrojé, me dijo justo lo que deseaba oir. Jugamos y creo recordar que le gané yo, jajaja (tengo adicción a los bolos parece ser...). Tomamos algo y dimos una vuelta por el barrio de la bolara, que era desconocido para nosotras porque quedaba muy a desmano de nuestros pisos. Encontramos un parque por ahí, en el que había una fuente, mi primer impulso fue correr a subirme, y así lo hice (tengo una foto que lo demuesta).

  La tarde se nos pasó rápido la tarde, demasiado diría yo... Pasamos por delante de un centro de la tercera edad para ir al lugar donde mi padre nos vendría a recoger. Debía de haber un baile en el centro porque un señor ya anciano estaba en la entrada y nos dijo: 'guapas venid a bailar'. Nosotras le dimos las gracias pero rechazamos amablemente su propuesta. El hombre insistió:'home venid a bailar, oh'. Nosotras volvimos a rechazarlo. Y el siguió insistiendo, parecía un acosador. Así que hicimos lo correcto en esos casos: salir corriendo.

  Llegamos al lugar donde mi padre nos iba a recoger y esperamos un rato a que llegara, la verdad es que Nadia que había animado mucho, pero seguía pensando en Coco. Estuvimos hablando un poco sobre él hasta que llegó mi padre y la llevamos a su casa.

Una cosa llamada amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora