El sol se ocultó entre las nubes…
La sonrisa de HoSeok no se borró ni cuando vio a su esposo marcharse junto a su princesa, esa pequeña de hebras azabaches que eran la luz de sus ojos al igual que el bebé en su vientre que acaricia con ternura. Liberó un cansino suspiro después de un par minutos recordando que ambos hijos suyos poseían diferentes padre, pero SeokJin la amó desde que yacía resguardada en su plano vientre y cuidó de los dos ganándose el total derecho de ser su padre, sobretodo su corazón mal herido en ese entonces. AeRin tenía al mejor hombre del mundo como padre ¿a quién le importaba si no era de su misma sangre? Eran una familia llena de felicidad.
Con su esposo llevando a su niña a la casa de la abuela para que la cuide antes de irse a trabajar le otorgó la seguridad que él necesitaba para emprender a un nuevo puesto de trabajo ¡llevaba mucho tiempo descansando! Era el momento de ayudar con los gastos de la casa, ahora que un nuevo integrante conformaría su amada familia.
Ingresó una vez más al interior de su casa para terminar de retocar su atuendo, un pantalón negro con zapatos del mismo color y la camisa blanca le daban el aspecto formal que necesitaba llegando a ocultar un poco su vientre de cuatro meses. Lucía bien y se sentía satisfecho, pues pese a sus veintiséis años mantenía su atractivo y juventud, algo que constantemente le repetía su esposo SeokJin.
Mientras se iba colocando el saco para resguardarse del frío clima de Corea del Sur, el timbre sonó desconcentrándolo un poco porque no esperaba a nadie y por un instante creyó que se trataba de un vendedor.
Con una sonrisa caminó hasta la puerta principal y la abrió encontrándose con una desagradable sorpresa. Era él, ese maldito que tanto daño le causó, pero que le dejó el más hermoso regalo que era su dulce AeRin. Cuando sus miradas se encontraron, la rabia que sentía se fusionó con un gran miedo, pues en esos oscuros ojos veía algo que totalmente desconocía y eso le asustaba de una manera sobrenatural. Las ganas de gritarle se le quitó e inmediatamente trató de cerrar la puerta, pero de un empujón logró abrirla y por inercia cubrió su pequeño vientre.
Vete —exigió HoSeok con la voz temblorosa, porque esos ojos que una vez amó, ahora causaban en él escalofríos y le hacía temer por su bebé —tú no debes estar aquí, JungKook ¡lárgate! —gritó a todo pulmón y las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas por temor e impotencia, creyendo que su bebé sería lastimado.
Mi amor, te extrañé —JungKook susurró sobre el oído de HoSeok atrapando su tembloroso cuerpo entre sus brazos que tanto añoró en su pasado y que ahora aborrecía, incluso esos besos que recibía eran tan repugnantes porque eran los besos de SeokJin que él anhelaba, porque JungKook ya no era el dueño de su amor, si no, SeokJin.
En los pensamientos de HoSeok solo existía SeokJin, solo rogaba internamente porque volviera y le quitara a ese hombre de encima, de ese hombre del cual una vez se enamoró y ahora temía de que dañase al fruto de su verdadero amor.
Sus manos cubrían su vientre, pero este acto poco duró pues la boca de JungKook había tomado posesión de la suya y el asco lo obligó a empujarlo con toda la fuerza haciéndolo retroceder.
¿Cómo pudo haberse enamorado de alguien como él?Esta parte será el único en
tercera persona.
ESTÁS LEYENDO
egoistic ii 🍁 junghope / 2seok
Fiksi PenggemarTres años han transcurrido, sin embargo, de mi mente jamás te borré y mi corazón te añoró cada día, cada hora, cada minuto e incluso los segundos fueron tortuosos para mí. Hoseok ¿dónde estás? ¿por qué no he podido encontrarte? Quisiera volver el ti...