34🕷they are trying

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    Al día siguiente me duele absolutamente todo.

May me presta sus lentes de sol para lidiar con la fuerte resaca, y paso casi todo el domingo en la cama de Peter, con sus ventanas bajas y el castaño alcanzándome agua e ibuprofenos a cada rato. Yo le cuento todo lo que recuerdo de la noche, lo cual no es precisamente demasiado, y omito el detalle de como terminó. O al menos de como creo que terminó, ya que de alguna manera tuve que llegar a la casa de Peter.

Al abrir los ojos y encontrarme en el cuarto de mi ahora ex novio, sentí a mi corazón detenerse unos segundos. Si el mareo que sentía no hubiera sido tan fuerte, habría hecho caso a esa vocesita en mi cabeza que me repetía lo peligroso que aquello era y por lo tanto huido. Como me faltaban prendas temí haberme sobrepasado sin ser consciente, pero, algo incomodo, Peter me aclaró que así fue como aparecí.

Primero pensé que estar en el cuarto del castaño iba a ser incomodo, pero me equivoqué. Fue más bien nostálgico. Durante todo el día tuve la sensación de que había despertado meses atrás, antes de que algo más que una amistad surgiera entre Peter y yo, siendo él tan sólo el preocupado y atento mejor amigo que siempre fue.

Comprobar que podía pasar tanto tiempo junto a Peter sin que nada se sienta extraño o incomodo me quito un gran peso de los hombros. Porque sí, volvimos a ser amigos, pero también es verdad que he estado evitando pasar mucho tiempo por él, después de todo toma tiempo superar a una persona, y precisamente los días como hoy, en los que me tengo que enfrentar a su sonrisa y sus ojos pasan tanto tiempo conectados a los míos, no me ayudan en nada a lograrlo.

Por más que me sintiera cómodo, hubo momentos en donde nuestra relación mostró los rastros de todos los cambios por los que pasó. Ya que noté actos extraños por parte de ambos. Palabras que se terminar antes, movimientos que se detienen de repente, o miradas tanto como respuestas extrañas. Por ejemplo, la primera vez que se ofreció a traerme agua sucedió algo así:

  —No quiero molestarte...

  —Todo por ti Uriah  —dijo él quitandole importancia al gesto para que lo dejara traerme el maldito vaso, pero en mi mente aquellas palabras tuvieron un significado mucho más profundo al que él quiso darles.

  —¿Ah, sí?  —pregunté como un idiota, sin ser consciente de lo mal que estaba esa pregunta, mis mejillas ardieron cuando él se detuvo.

En esa oportunidad Peter simplemente asintió y al regresar fingió que nunca había sucedido. Pero ambos sabemos que sí. Por suerte, también paso gran parte del día dormido para intentar alivianar las diferentes molestias, así que aquel tipo de accidentes no tienen oportunidad de repetirse seguido.

  —Uriah  —suelta él en un momento durante la tarde mientras juega en su computadora, yo que me encuentro tirado sobre la cama con mis ojos cerrados, yo respondo con un sonido gutural y entonces escucho sus dedos dejar de moverse por su teclado—¿Qué fueron esas fotos de la otra semana?  —cuestiona luego de soltar un suspiro.

La pregunta me despierta como si fuera una bofetada, volviendo obsoleto todo el esfuerzo que estuve haciendo por dormirme nuevamente. Me siento en la cama sin saber que responder, con mi cabeza dando vueltas a las palabras del castaño.

  —No lo sé Peter  —respondo con sinceridad, él voltea a verme y yo bajo la mirada, porque no quiero ver el brillo en su mirada, ni la expresión en su rostro, porque quiero mantener este nuevo intento de amistad que tenemos—. Supongo que...  —Fuerzo una tos en mi garganta y rasco mi nuca algo nervioso—Bueno, sólo estábamos algo calientes y eh, bueno, no es que precisamente nos consideremos feos entre nosotros  —digo de forma algo torpe, ya que me veo en la obligación de corregir los pensamientos mucho más directos que hay en mi mente.

There for you ↻ Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora