00 🕷 prologo

9.8K 1K 325
                                    

    Mis ojos se abren de repente.

Mantengo mi mirada fija sobre el techo mientras termino de separar la realidad de la horrenda pesadilla que acabo de tener. Mi respiración está agitada, en consecuencia, mi pecho sube y baja de manera irregular mientras logro escuchar a mis acelerados latidos retumbar en mis oídos, imitando a mi batería.

Cierro mis ojos mientras me concentro en normalizar mi respiración y, al abrirlos nuevamente, mi visión resulta borrosa a causa de las lagrimas.

  —Peter.

Mi voz suena ronca, y apenas sale de mi boca como un pequeño hilo, con suerte alcanza a ser un susurro, sin embargo, me siento terriblemente mal al no recibir ninguna respuesta.

No está. Lo sé. La ventana abierta me lo indica.

Spiderman está patrullando las calles.

Las diferencias entre como eran las cosas antes del encuentro de Peter con aquella araña y ahora son abismales. Y no estoy hablando únicamente del hecho de que ahora uno de mis mejores amigos lucha contra el crimen en un pijama rojo y azul, sino también de, por ejemplo, nosotros.

Antes Peter apenas había venido un par de veces a casa y ahora duerme conmigo la gran mayoría de noches; antes no había notado lo mucho que Peter me gustaba; antes no había secretos entre Ned, Peter y yo, y ahora nuestra relación parece sostenerse gracias a ellos, siendo que Ned no se imagina por todo lo que Peter y yo estamos pasando, y que Peter no tiene la menor idea de lo que despierta en mí, y, claro, tampoco de mi orientación sexual.

Pero todos los cambios fueron extremadamente repentinos.

La noche en que Peter apareció en mi cuarto con sus ojos cristalizados por las lagrimas, en pánico, con aquel profundo miedo reflejado en sus oscuros ojos avellana, algo se removió dentro de mí de forma salvaje. Como una sacudida en mis entrañas o un fuerte golpe en el estomago, una señal que parecía decir "Esto está completamente mal".

Esa primera y horrenda noche, cuando Peter tuvo que lidiar con todos sus sentidos amplificados, lo abracé con toda la fuerza que tenía, y él respondió el gesto con la misma intensidad. Permanecimos así hasta que la noche comenzó a difuminarse y, cuando desperté y observé la paz en el rostro dormido de Peter, deseé que nada ni nadie tuviera el poder de perturbarlo nunca más. Y cuando sus ojos se abrieron y, al encontrarse con los míos, formuló una sonrisa, finalmente comprendí que me gustaba uno de mis mejores amigos.

Muy. Muy en serio.

Respecto a Ned... Continuo sintiéndome horrible por no haberle dicho absolutamente nada esto. Temo profundamente que se sienta desplazado ahora que Peter y yo parecemos pasar tanto tiempo juntos y, aunque no han sido pocas las oportunidades en las que he querido confesar absolutamente todo, aún no me siento preparado para contar lo mío, y lo de Peter, bueno, no sólo es su secreto que develar, sino que, como dice, mientras más personas lo sepan más podrían estar en peligro.

Y ya tengo demasiado con soportar que Peter cada tarde vaya a detener robos y pelear con criminales como para además agregar a Ned a la lista.

  —Hey.

La voz me sobresalta, mis pensamientos se ven interrumpidos y mis ojos verdes brillan ilusionados. Me siento en la cama para comprobar que no estoy soñando y entonces lo veo, con una simple camiseta vieja, unos calcetines grises y unos boxers con rayas blancas y rojas.

Inevitablemente, una pequeña sonrisa aparece en mi rostro mientras él se acerca a la cama, con su cabeza ligeramente ladeada y su ceño fruncido, claramente nota que algo está mal, pero los últimos recuerdos de la pesadilla terminan de desvanecerse cuando él se sienta a mi lado y posa una mano sobre mi hombro.

  —¿Todo está bien Uriah?—pregunta el más pequeño entre los dos, preocupado.

Me pierdo en sus ojos, y me siento un total idiota por hacerlo, pero es justo lo que sucede. Mi percepción del tiempo desaparece momentáneamente y esto causa que apenas sea capaz de reaccionar unos cuantos segundos después, bajando mi cabeza para evitar que el chico note mis mejillas sonrojadas.

  —Sí—Miento—. No fue... Osea, pensé que te habías marchado  —agrego intentando convencerlo, pero noto como él no acaba de creérselo—. Hey, estoy bien ahora —aseguro.

  —¿Fue otra pesadilla?  —pregunta entonces.

Odio que me conozca así de bien.

Las pesadillas comenzaron hace unos meses, son horribles y extremadamente reales, y por alguna razón, desde que comenzaron, no se han detenido. Aunque lo peor de todo puede ser que he notado como van empeorando, es un avance lento, pero está ahí, convirtiéndolas en un martirio que me impide dormir algunas noches.

  —Ya acabo  —respondo, alzando mi cabeza nuevamente para mirar a Peter.

El castaño realiza una presión sobre mi hombro para posteriormente abrazarme, gesto que respondo casi necesitado y en el cual suelto un suspiro, como librándome de todas las cosas que me atormentan.

  —Estoy aquí, ¿Sí?  —Habla Peter sobre mi oído, yo asiento.

Finalmente, ambos nos acomodamos en mi cama para poder dormir, antes de hacerlo, compartimos un cálido silencio mientras nos miramos. No tengo la menor idea de que es lo que Peter puede estar pensando, pero yo estoy agradeciendo de que se encuentre aquí; que de entre todas las personas a las que pudo haberle confiado su secreto, me haya elegido a mí.

Los ojos del castaño se cierran casi a la par que los míos, y sintiéndome protegido gracias a la compañía de éste, acabo cayendo dormido nuevamente. 

Esta vez no hay pesadillas.

There for you ↻ Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora