Capitulo 5

269 25 1
                                    

- Las frutas y las verduras son lo próximo, creado. —Dijo Sakura desde detrás suyo— Obviamente una seria necesidad de vitaminas. ¿Has considerado alguna vez ir a un salón de bronceado?
- I can't. Tengo un aaaah ..., er, enfermedad de la piel. Y también soy alérgico al sol.
- Eso tiene que hacer la vida difícil a veces. —Comentó ella. Mirándole fijamente con los ojos muy abiertos, le preguntó— ¿Es ese el motivo por el que pones tantas dificultades con respecto a las firmas y otros tipos de promociones?
Él se encogió de hombros. Y cuando Sakura comenzó a coger todo tipo de cosas verdes, hizo una mueca. En su defensa, cogió un paquete de diez quilos de patatas para llenar el carro, pero éste pronto estuvo cubierto de verde: pequeñas cosas redondas verdes, grandes cosas redondas verdes, largos tallos verdes. ¡Dios mío, la mujer tenía algún tipo de fetichismo con el verde!
Sasuke comenzó a mover el carro a lo largo del pasillo con un poco más de rapidez, obligando a Sakura a apresurarse cuando vio que comenzaba a echar en el carro cosas de otros colores. Verduras naranjas, rojas y amarillas cayeron dentro del carro y fueron seguidos por frutas naranjas, rojas y púrpuras antes de que Sasuke consiguiera obligarla a ir a la caja registradora.
En el momento en que él paró el carro, Kate comenzó a echar cosas sobre la cinta transportadora. Él la miraba distraídamente cuando la compradora regordeta empujó su carro detrás de ellos. Sonrió y agitó sus pestañas de nuevo, después le hizo un pequeño saludo. Sasuke volvió a sonreír, su mirada de nuevo fija en el pulso palpitante de su cuello. Prácticamente podía oír el golpeteo rítmico de su corazón, el movimiento de su sangre por sus venas, el ...
- ¿Sasuke? señor. Uchiha, ¿donde se ha ido?
Deteniéndose, parpadeo, percatándose al haberle llamado Sakura, que había comenzado a seguir a la regordeta compradora como un caballo siguiendo la zanahoria que le ponen delante. Su posible cena volvió a mirar sobre sus hombros ya sonreír antes de desaparecer en el pasillo de los alimentos congelados. Sasuke partió en su busca diciendo:
- Helados, olvidamos los helados.
- ¿Helados? —Oyó la confusión en la voz de Sakura, pero no pudo detenerse para darle la contestación que deseaba. Se apresuró hacia el pasillo de los congelados solo para encontrarse allí con otro comprador además de su deliciosa regordeta. ¡No se ha cruzado con nadie más durante el tiempo que se ha estado en el supermercado, pero ahora tenía que aparecer otro, poniéndole dificultades a dar un mordisco rápido! Suspirando, se acercó a la sección de los helados, echando un vistazo a las distintas opciones. Chocolate, cereza, crocantes.
Regreso su mirada a su sabroso bocado. Ella le estaba mirando y lanzándole coquetas miradas. Cada vez más le parecía un bistec grande, un sonriente bistec con patas. ¡Maldita mujer! No estaba bien burlarse de él, pensó tristemente abriendo el gran congelador mientras la miraba fijamente.
Ella se acercó, ofreciéndole una gran sonrisa mientras él sacaba un helado del congelador. No dijo ni una palabra, simplemente sonrió mientras pasaba a su lado, su brazo rozando el de él.
Sasuke inspiró profundamente, casi mareándose con su perfume. Oh sí, su sangre era dulce, muy dulce. ¿O era el helado lo que él había olido? Agarró otra caja de cartón y la vio desaparecer cuando giró la esquina del pasillo, con otro suspiro. Deseaba seguirla. Quiso utilizar el control mental para persuadirla mediante halagos de ir detrás de la tienda para una pequeña chupada. Pero estaba atrapado.
Suspirando, perdió todas las esperanzas y cogió una caja de helado cocrante. ¡Podía aguantar un poco más de tiempo! Solo un poco más y estaría libre para acercarse a casa de Óbito o Menma. Seguramente Sakura Haruno estaría exhausta después de su jornada laboral y del vuelo, y no estaría para trasnochar.
- Si que te gusta el helado. —Comentó Sakura cuando regreso a la caja registradora.
Sasuke echo un vistazo a las cuatro cajas de helados que llevaba en los brazos y las soltó sobre la cinta transportadora con indiferencia. No tenía ni idea de que sabores eran cada uno, y en su distracción no se había dado cuenta de que había cogido tantos, pero daba lo mismo. Se comerían igualmente.
Sakura protestó cuando él pagó, pero Sasuke insistió. Era cosa de hombres. Su orgullo no le dejaba que una mujer pagara comida que iba a ir a parar a su casa. Sakura abrió un paquete de pasteles de arroz para comerlos en el camino de vuelta. Ella le ofreció, pero él simplemente puso gesto desdeñoso y negó con la cabeza. Pasteles de arroz. Dios mio.
Sasuke consiguió no hacer parada alguna en la casa de ninguno de sus hermanos. Se enorgulleció de su autodominio. Llevaron los paquetes de comida dentro de la casa; y entonces insistió en que ella comenzó a cocinar mientras él colocaba los paquetes en su sitio. Esto le hizo sentirse servicial y útil, cuando en realidad lo que quería era que ella terminará de cocinar su maldita cena, se la comiera y se fuera a la cama, para que él pudiera ir a por lo que necesite. No es que él no pudiera disfrutar de la comida también. Un poco de comida no hacía daño, pero comer de forma regular no saciaba su hambre. Su gente podía sobrevivir sin comida, pero no sin sangre.
Afortunadamente, Sakura Haruno  se sintió voraz, porque hizo la comida rápidamente, friendo a la parrilla un par de bistec y amontonando un montón de esas cosas verdes que ella había comprando y echándole una salsa encima. Lucern nunca había entendido la atracción que sentían algunos por las ensaladas. Los conejos comían verduras. Las personas comían carne y sangre. Él no era un conejo. Sin embargo mantuvo para sí sus opiniones y acabó de colocar todas las compras al mismo tiempo que Sakura terminó de hacer la cena. Luego se sentaron a cenar.
Sasuke se dedicó a su bistec con fervor, ignorando el tazón lleno de alimento de conejos. El pedido la carne poco hecha y suponía que era extraño para mucha gente, pero para él poco hecho era cuando era raro. Aún así estaba tierno y jugoso, y acabó con él rápidamente.
Él miró mientras Sakura terminaba, pero negó con la cabeza cuando, le ofreció ensalada.— Realmente deberías comer algo de ensalada. —Le regaño ella con el ceño fruncido.— Tiene muchas vitaminas y nutrientes, y realmente te ves muy pálido.
Él supuso que ella tenía miedo de que su palidez tuviera que ver con su supuesto golpe en la cabeza. Sin embargo estaba provocada por la pérdida de sangre, lo que hizo recordar que tenía que asegurar que Menma estaba en casa. Excusándose, abandonó la habitación y se dirigió a su despacho.
Para su desilusión, cuando llamó a su hermano, éste no le contestó. Menma de nuevo se había adelantado en la fecha o había regresado a las oficinas de Industrias Uchiha. Al igual que Sasuke, prefería trabajar de noche cuando todo el mundo estaba durmiendo. Los hábitos adquiridos a lo largo de un centenar de años eran difíciles de romper.
Sasuke regresó a la cocina, para encontrarse que Sakura Haruno había terminado de comer y había enjuagado la mayoría de los platos y los había metido en el lavaplatos.
- Yo terminare eso. —Dijo él— Debes estar exhausta y deseando acostarte.
Sakura recorrió con una mirada sorprendida a Sasuke. Era difícil de creer que este era el mismo hombre que había respondido a sus cartas con esos cortos "noes". Su ayuda en colocar las compras y su aparente consideración ahora la hacían sentirse desconfiada. Su rostro con esa expresión esperanzada tampoco ayudaba mucho. Sin embargo ella estaba cansada. Había sido un día largo, así que a regañadientes admitió.— Realmente estoy cansada.
Al momento, se encontró con que una fuerte mano agarraba con firmeza su brazo y la conducción fuera de la cocina.
- ¡Tienes la cama preparada! —Uchiha parecía alentarla mientras la apresuraba cuando cruzaban el vestíbulo y la dirigía hacia las escaleras. Duerme hasta tan tarde como quieras. Probablemente me dedique a trabajar durante toda la noche, generalmente duermo por el día. Si te levantas antes que yo, coge lo que quieras de la cocina, comida, bebida, lo que quieras, pero no fisgonees. —Lo último lo dijo en un tono duro que sonaba más como el hombre que ella esperaba.
- Yo no hurgo. —Contestó ella rápidamente, molesta— Traje un escrito para corregir. Así que me pondré a ello hasta que te levantes.
- Bien. Bueno. Buenas noches. —La empujo dentro del cuarto de invitados amarillo que ella había escogido más temprano y tirando de la puerta la cerró con un chasquido.
Sakura giró lentamente sobre sí misma, esperando oír el ruido de la cerradura por fuera. Se sintió aliviada cuando no lo oyó. Sacudiendo la cabeza por tener una mente tan suspicaz, cogió su maleta para buscar su camisón, luego entró en el cuarto de baño de la habitación para ducharse. Justamente se estaba metiendo en la cama cuando se acordó de la excusa que se había montado para quedarse allí. Se detuvo para echar un vistazo a su alrededor.
Viendo el pequeño despertador que se encontró en la mesita de noche, lo cogió y puso la alarma en una hora. Tenía toda la intención de levantarse para volver de que no se había dormido ... y de que si lo hecho, fuera parase a despertar. Colocó de nuevo el despertador sobre la mesa y se metió bajo los edredones, pensando en esos terroríficos momentos de la cocina. Inspiró profundamente por la nariz, recordando a Sasuke Uchiha de pie quieto ante ella, la sangre goteando por su cabeza y su rostro. Dios mío, hasta ese momento ella nunca había visto una herida en la cabeza con anterioridad. De acuerdo, había oído que las heridas en la cabeza podían sangrar mucho, y que a menudo parecían peor de lo que eran, pero había habido tanta sangre.
Se estremeció y tragó un nudo de ansiedad, apenas lo conocía y el hombre había sido poco menos que grosero desde su llegada, pero a pesar del hecho de que su conducta fuera reprobable, ella realmente no quería verlo muerto. ¿Cómo podría impresionar entonces a su jefa? Ya se lo podía imaginar.— No, Tsunade, no he podido convencerle de hacer las entrevistas con los periodistas. No, ni tampoco las apariciones en televisión. Er ... no, tampoco de ir a firmar los libros. Realmente, podría haberlo convencido, pero es que lo mate. Fue un accidente. Se que es nuestro último cliente que genera efectivo, y realmente no quería matarlo a parte del hecho de que era un grosero, y un testarudo .... No, de verdad, fue un accidente. Si, me doy cuenta que estoy despedida. No, realmente no te culpo por no darme una carta de recomendación. Si,
Suspirando, sacudió la cabeza recostada en la almohada y cerro los ojos. Agradecía a Dios que Uchiha pareciera gozar de buena salud ... exceptuando su palidez. Se sentó de nuevo en la cama, elucubrando de nuevo. Realmente se le veía terriblemente pálido.
- ¿Y por que no iba a estar pálido? —Se preguntó, él casi había perdido un litro de sangre. O mínimo medio litro. Quizás debería ver que tal se muestre ahora, consideró el asunto brevemente, parte de ella pensando en mirar como se fueron, y otra parte renuente de que le gritara por interrumpir lo que fuera que estaba haciendo. Seguramente ya le iba a desconcentrar bastante pasando a verle cada hora a lo largo de la noche. Pero él se había visto terriblemente pálido después de golpearse la cabeza.
Por otra parte, había advertido su palidez en el porche antes de que él se hubiera golpeado en la cabeza. ¿O había sido un efecto de la luz? Era de noche, y la lámpara del porche tenía una de esas bombillas de neón. Podía haber sido un efecto de la luz.
Meditó sobre el tema brevemente, comenzando a sacar los pies fuera de la cama para hacer una comprobación antes de irse a dormir, pero entonces la detuvo el sonido de una puerta al cerrarse. Poniéndose en tensión, escuchó el sonido suave de pies bajando hacia el vestíbulo, luego se obligó a relajarse y recostarse en la cama. El ruido de pasos había sido suave, pero sonaba normal, Sasuke no sonaba como si caminara tambaleándose o excesivamente despacio. Estaba bien. Se ceñiría a su plan y pasaría a echarle un vistazo pasado una hora.
Relajándose, se recostó y cerró los ojos. No iba a dormir mucho esta noche y lo sabía. En verdad estaría mucho mejor y durmiendo a pierna suelta en cualquier hotel. Y lo hubiera preferido ... herido o no en la cabeza ... si no la preocupara que una vez fuera de la casa, Sasuke Uchiha no la volviera a dejar entrar. Sakura no podía arriesgarse; tenía que convencerlo de hacer las apariciones públicas. Cualquiera de ellas. Se temía demasiado que su empleo como editora dependiera de su aceptación.

☆☆SINGEL , WHITE ,VAMPIRE ●<Sasusaku>● Donde viven las historias. Descúbrelo ahora