Capitulo 7

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Sakura miró a su alrededor.
Sin dejar de pensar. Había planeado una serie de cosas para ese día que definitivamente no incluían que se durmiera; pero, bueno, los planes podrían mejorar, si es que se podía. Aunque siempre le salían mal.
Se despertó a las diez de la mañana. Su primer pensamiento fue preguntarse donde estaba. Lo segundo que pensó, una vez que recordó donde estaba y por qué, estaba.— Oh, mierda, la alarma no ha funcionado. —Saltando sobre la cama, alcanzó el despertador para comprobarlo. Estaba bien puesto. Miró ceñudamente a la maldita cosa, estaba segura de que lo había puesto después de su última comprobación a Sasuke. Claramente recordaba haberlo puesto y encenderlo. Pero estaba desconectado. Lo colocó en su sitio frunciendo el ceño. ¿Se habría despertado un segundo solamente para alcanzarlo y apagarlo? Debía de ser eso, comprendió haciendo una mueca.
— Que pasa contigo, Haruno . La única excusa para quedarte aquí, la oportunidad perfecta para congraciarse con este hombre, y lo has dejado pasar. —Ese había sido su pensamiento, él no podría expulsarla de su casa después de haberse despertado cada hora para ver si se encontraba bien. Pero ahora que había fallado en esa tarea, él la echaría antes del mediodía, si él no hubiese estado escribiendo durante toda la noche como iba a hacer. Si hubiera escrito durante toda la noche, no se despertaría hasta las dos o tres. Por lo que ella estaría fuera de allí para las tres o las cuatro .
— Muy bien hecho, Sakura. —Ella apartó la sábana y se levantó de la cama. Ahora tendría que buscar otra buena excusa para quedarse hasta que convenciera a Sasuke Uchiha para que cooperase.
Sakura reconsideró el problema mientras se duchaba, mientras se secaba, mientras se vestía, mientras se lavaba los dientes, mientras se peinaba el cabello y mientras se aplicaba algo de maquillaje. Al final lo dejó como una causa perdida hasta que hubiera comido algo. Siempre pensaba mejor cuando tenía el estómago lleno.
Salió de la habitación de huéspedes, haciendo una pausa en el vestíbulo y mirando fijamente a la puerta que estaba enfrente de la suya. Tal vez debería comprobar como se encontraba su anfitrión. No lo había comprobado en toda la noche. El hombre podría estar en estado comatoso sobre el suelo de su habitación.
Frunció los labios pensativamente mientras pensaba en esa probabilidad, entonces sacudió la cabeza. No. No una buena idea, decidió. Había descuidado su responsabilidad de comprobar su estado por la noche; lo último que querría sería despertarlo antes de que hubiera encontrado algún modo de redimirse.
Dándose media vuelta, se desplazó silenciosamente como buenamente pudo hasta la escalera y bajó. Su primera parada fue la cocina. Puso la cafetera, luego inspeccionó el contenido del frigorífico. Aunque ya supiera cada artículo que había en su interior, era una manera de divertirse, al mirar cada producto y fingir que podría comer algo grasiento y malsano como huevos con beicon. Desde luego, no lo hizo. Se conformó con algo menos satisfactorio, como un sano zumo de pomelo y cereales. Entonces se echó una taza de café y lo bebió a pequeños sorbos mientras miraba detenidamente por la ventana del patio trasero de Sasuke. Era grande, limpio, con un césped recién cortado rodeado por árboles. Obviamente algún profesional se encargaba de hacerlo. Como también ocurría en la casa.
La casa mostraba que estaba hecha con clase y riqueza , tanto dentro como por fuera. Era grandiosa y llena de antigüedades, pero fuera estaba lo mejor de todo. La casa estaba sobre una propiedad rodeada por árboles y hierba, todo bien resguardado y oculto a la gran ciudad que se encontraba en sus inmediaciones. Era magnífica y tranquila, y estaba disfrutando de ella mientras se bebía su café.
Sirviéndose otra taza, vagó por la cocina, y dio un paseo por el pasillo, con su mente trabajando para conseguir algún plan para poder permanecer en la casa al menos otra noche. Realmente tenía que convencer a Sasuke para que hiciera al menos una de las entrevistas. Sakura sospechaba que él nunca acordaría hacer un viaje para una firma de su libro, ella ya había desechado esa idea, pero seguramente podría persuadirlo para hacer un par de entrevistas. ¿Posiblemente de forma telefónica o por Internet? Un par de sus otros escritores lo habían hecho por correo electrónico. El entrevistador les enviaba un correo electrónico con las preguntas, y el escritor contestaba también por correo electrónico. O por servicios de mensajería; también sabía de escritores que habían hecho las entrevistas de esa manera. ¡Vaya por Dios! ¿Seguramente esto no sería demasiado trastorno? Sasuke ni siquiera tendría que abandonar su casa.
Estaba a punto de entrar en la sala de estar con su café cuando descubrió una caja sobre la mesa del pasillo. La reconoció inmediatamente. Había embalado la maldita cosa con todas las cartas de sus admiradores y se la había enviado ella misma. Cambiando de dirección, siguió por el pasillo hasta la mesa, fulminando la caja con la mirada. ¡Ella se la había enviado hará tres meses! ¡Tres meses! Y él no se había molestado en abrir la maldita cosa, sin hablar de responder a cualquiera de las cartas que había enviado.
— Demonio de hombre. —Refunfuñó.— Ingrato, estúpido... maravilloso hombre. —Esto último lo dijo con una sonrisa incipiente, pensando una excusa para quedarse otra noche.— Oh. —Respiró.— Dios bendice a los estúpidos, con escabrosas sendas.
* * * * *
Música salsa. Esto fue la primera cosa que Lucern escuchó cuando se despertó. Él reconoció la melodía; un éxito del momento. Una imagen breve se creó en su cabeza, la de un delgado hombre, un bello latino bailando alrededor con ropas oscuras.
La música le facilitó encontrar a Sakura. Simplemente se guió con el sonido hasta la sala de estar, donde hizo una pausa en la entrada para observar como había desordenado la habitación mientras él había estado durmiendo. La habitación que había estado aseada y ordenada cuando él se había ido a la cama ahora estaba inundada de papeles. Cada superficie disponible tenía cartas abiertas y sobres encima. Sakura Haruno se movía bailando alrededor de la caja que era el centro de este lío, sacando las cartas, abriéndolas, y colocándolas en un montón o en otro por orden.
— Husmeando. ¡No! —Rugió él .
Sakura, que estaba contoneándose rápidamente, un movimiento bastante atractivo, para ser honesto, con la caja medio vacía, dio un brinco alarmada. Dándose la vuelta hacia la puerta, soltando la caja y enviándola al suelo.
— ¡Mira lo que me has hecho hacer! —Gritó, sonrojándose por la vergüenza. Se agachó para recoger la caja y su contenido.
— Husmeando. —Repitió . Avanzando, se elevó sobre ella mientras ella recogía los sobres caídos.
— Yo.... —Lo miró detenidamente desde abajo con aire de culpabilidad, entonces mostró su irritación. Desde su posición, lo fulminó con la mirada.— Apenas tuve que husmear. La caja estaba allí sobre la mesa del pasillo. La vi al pasar.
— No estoy seguro, pero me parece que es ilegal abrir el correo de otra persona. ¿No es un delito federal?
— Estoy bastante segura que eso no se aplicaría cuando el correo lo ha enviado uno mismo y realmente envié esta caja. ¡Hace tres meses! —Agregó gravemente.
— Pero no escribiste las cartas que había en su interior.
Sakura frunció el ceño, entonces volvió su atención a los sobres sin abrir que había en la caja. Luego explicó.
— Vi que aún no lo habías abierto, y pensé que quizás debía de ayudar. Es obvio que estabas abrumado por el número de cartas.
— ¡Ajá! Yo no tenía ninguna idea del número de cartas. Todavía no lo había abierto.
— No, no tenías idea. —Concedió después de un momento. Luego ella preguntó.— ¿Qué problema tienes con el correo? Nunca había encontrado a nadie que lo abandonara así durante meses. No me extraña nada que seas tan lento en contestar mis cartas.
Antes de que él pudiera responder, ella se giró y siguió.
— ¿Y cómo pudiste ignorar estas cartas como hiciste? —Ella señaló las mini-torres construidas alrededor de toda la habitación.— Estos son tus lectores, ¡tus admiradores! Sin ellos, no eres nada. Ellos pagan un buen dinero por tus libros, dinero suficiente que dice que disfrutaron con lo que escribes. Tus libros no serían publicados si no hubiera lectores para leerlos. ¿Cómo puedes ignorarles de esta manera? Ellos perdieron su tiempo y se molestaron en escribirte. Dicen cosas maravillosas de ti, de tus libros, de tu escritura. ¿Alguna vez no admiraste el trabajo de alguien o disfrutaste de él tanto que quisiste decirles que apreciabas su labor? ¡Deberías de estarles agradecido por haberse tomado la molestia!
Sasuke la miró fijamente con sorpresa. Ella se mostraba bastante apasionada, con su cara sonrosada, elevando su pecho. Y era un pecho muy agradable, notó. Ella tenía una figura muy agradable en general, hasta con sus cómodos vaqueros y la camiseta que ella había decidido llevar puesta hoy.
Todo se notaba muy agradable a la vista, pero no era el momento. Se reprendió mentalmente y se tomó un momento para aclarar su garganta antes de intentar hablar. El problema era, que no podía recordar lo que ella había dicho o lo que él debería decir en respuesta.
— ¡Ajá!! —Había triunfo en su cara.— No tienes ninguna respuesta, ¿verdad? Por que tengo razón. Entendí claramente esta situación, y decidí, con toda la buena voluntad de mi corazón; ayudarte. No tienes que agradecérmelo. —Dijo con un tono bastante autosuficiente. Luego ella se volvió y recogió y abrió otra carta.
Sasuke se encontró a si mismo casi creando una sonrisa burlona en sus labios cuando la miró. No fue capaz de leer su mente para saber que esto era en realidad un caso de buena voluntad, pero si creía categóricamente que era una manera algo sinuosa de permanecer en su casa el tiempo suficiente para convencerlo de hacer publicidad para sus libros. Decidió, que era su buena voluntad, dejarla que permaneciera el tiempo suficiente para ayudarlo con las cartas. No había tenido ninguna intención de contestarlas. No conocía a ninguna de estas personas y esto era una tarea muy pesada, pero ahora... Bueno, su discurso en realidad lo había convencido. Hasta cierto punto, claro.
— Muy bien. Puedes ayudarme con las cartas si tienes suficiente tiempo. —Anunció.Sakura sacudió la cabeza ante la magnificencia de Sasuke Uchiha.
— ¡Bien! Como tan magníficamente me permites... —Ella hizo una pausa. Sus burlonas palabras fueron a un saco roto; ya que Sasuke había abandonado la habitación. ¡Maldito Hombre! Era el ser más frustrante, irritante... ¿Y qué era ese discurso sobre el tiempo suficiente? Este hombre parecía una antigüedad misma por su forma de hablar y tenía un leve acento que no sabía donde ubicarlo. Esas dos cosas comenzaban a molestarla.
Ella justamente volvía a la caja para seguir clasificando las cartas en categorías cuando una serie de ruidosas campanillas resonó por la casa. Reconociendo el sonido del timbre, vaciló, entonces dejó caer las cartas y fue a contestar. Abrió la puerta de la calle para encontrar a un hombre uniformado al otro lado, con una nevera "B.S.A." en la mano.
— Hola. —Él dejó de masticar el chicle en su boca el tiempo suficiente para sonreír abiertamente, y así lucir un agradable conjunto de blanquísimos dientes.— Debe de ser la redactora de Sas.
Sakura levantó sus cejas sorprendida.
— Er, sí. Sakura. Sakura Haruno.
El hombre tomó la mano que ella le ofrecía, exprimiéndola calurosamente.
— La Tía Miko tenía razón. Es una dulzura.
— ¿Tía Miko? —Preguntó Kate con turbación.
— La madre de Sas y mi tía. Mikoto. —Aclaró él cuando ella siguió pareciendo confusa, pero esto no ayudó a Sakura tampoco. La únicas personas que ella había encontrado desde su llegada fueron un par de personas que se habían marchado cuando ella salía del taxi, y la mujer seguramente no era lo bastante mayor para ser la madre de Sasuke. Sakura se encogió de hombros mentalmente, con aquella preocupación aparte sumada a las otras connotaciones que hizo que se hundiera mas en su escepticismo.
— ¿Usted es el primo de Sasuke?
— Sí, señora. Nuestros padres son hermanos. —Él sonrió abiertamente, viendo ahora su semejanza. Oh, era un hombre alto y tenía el pelo negro como Sasuke, pero Luc no sonreía, y este joven no había parado de sonreír desde que ella había abierto la puerta. Era difícil creer que estuvieran relacionados.— Soy mucho más joven de lo que parezco.
— ¿Qué es que? — Preguntó dudosa. Ella habría situado a los hombres casi con la misma edad.
— Oh, sí. —Sonrió abiertamente.— Soy unos siglos más joven que Sasuke.
— Shisui .
Sakura echó un vistazo sobre su hombro. Sasuke venía por el pasillo, mostrando una cara hosca cuando vio que estaba con su primo. Suspiró por dentro ante su obvio descontento. Al parecer, no le había gustado que abriera la puerta. Vaya por Dios, el tipo era un dolor de muelas. ¿Por qué Shisui, el aquí presente, no podía haber sido el que escribiera las novelas de vampiros? Habría sido mucho más fácil de tratar, estaba segura.
— Aquí estas, primo. —Shisui no pareció sorprendido o molesto por la expresión de Sasuke. Él le pasó la nevera portátil.— Menma dijo que trajera esto pronto. Que sufrías carencia y lo necesitarías seriamente. —Dijo esto con una sonrisa burlona, guiñando un ojo.
— Gracias.
Sasuke en realidad se estaba riendo de su primo, notó Sakura con sorpresa. Y su cara no se resquebrajó y ni cayó al suelo por hacerlo.
— Regresaré inmediatamente. —Dijo . Cuando él se dio media vuelta hacia la escalera, él advirtió.— Intenta no morder a mi invitada. Ella puede ser... una provocación.
Sakura frunció el ceño ante la retirada de su anfitrión, luego sonrió de mala gana. Cambiando a una sonrisa sardónica, preguntó:
— ¿Siempre es tan irritable, o es solo conmigo?
— Solo contigo. —Dijo Shisui. Al ver su expresión alicaída, comenzó a reírse. Al final se compadeció de ella y dijo la verdad.— Nah. No eres tú. Sasuke es un huraño amable. Ha estado así durante siglos. Aunque parece estar de buen humor hoy. Le debes dar una buena influencia.
— ¿Este es su mejor humor? —Preguntó Sakura con incredulidad. Shisui solamente se rió de nuevo.
— Aquí está. —Le dijo Sasuke. Él bajó las escaleras corriendo, devolviéndole la nevera a su primo.— Dale las gracias de mi parte a Menma.
— Vale. —Entonces Shisui asintió, guiñó el ojo de nuevo a Sakura, y se dio la vuelta caminado por el porche.
Sakura echó un vistazo a la entrada del camino y al camión aparcado allí. Repartos B.S.A.; eso tenía impreso en un lateral, el mismo que la nevara, se percató. Sasuke la sujetó para quitarla de la entrada y cerró la puerta.
— ¿Qué...? —Comenzó a decir con curiosidad, pero  evitó así todo lo grosero que podía llegar a ser y la curiosidad de ella. Él ya había recorrido alguna distancia y se encontraba en el pasillo antes de que ella pudiera hacer las preguntas que temblaban en sus labios.
— Pensé que, como había tantas cartas, demasiado para contestar individualmente, en realidad; nosotros podríamos dividirlas en categorías y así repartirlas para cada uno. Así luego podrías agregar algún texto más personal a cada una de las respuestas.
Sasuke gruñó y tomó otro sorbo del café que Sakura había hecho en el almuerzo. Bueno, este había sido su almuerzo, su desayuno. Aunque, si él contara la bolsa de sangre que había chupado deprisa mientras llevaba la nevera que había traído Shisui a su oficina, supuso que esta comida podría contarse como su almuerzo, también. Se desplazaron hasta la sala de estar, y él se sentó sobre el canapé mientras ella explicaba todos los proyectos que tenía para sus cartas.
— Tomaré tu silencio, como que te gusta mi brillante plan y acordamos cooperar conjuntamente. —Dijo Sakura en respuesta a su gruñido. Como esto pareció molestarla, y porque le gustaba el modo en que enrojecía cuando estaba molesta, Sasuke gruñó otra vez.
Como esperaba, sus mejillas se volvieron rojas como la sangre y sus ojos mostraban su cólera, y Sasuke decidió que Sakura Haruno era una cosita preciosa cuando se enfadaba. Y que él disfrutaba mirándola.
Y a pesar de no estar muy contenta con él, la irritación de su cara de repente desapareció y comentó:
— Tienes mejor color hoy. Creo que al final la herida de la cabeza no ha sido muy importante.
— Te dije que estaba bien. —Dijo.
— Sí, lo hiciste. —Agregó. Luego ella lo miró algo incómoda y dijo:— Perdóname si después de la primera vez no he ido a verificar si te encontrabas bien. Quise hacerlo, pero no escuché la alarma la siguiente vez. Debí de haberlo apagado en sueños o algo así.
Sasuke ondeó una mano, quitando importancia. Él había apagado la alarma, por lo que ella no tenía que pedir perdón por eso. Y no creyó que ella apreciara el saber que había ido a su habitación mientras dormía. Ella definitivamente no quería saber que después de llegar allí, se había encontrado parado de pie a un lado de su cama mirándola como dormía, mirando fijamente su inocente expresión mientras descansaba, su mirada había estado fija en como subía y bajaba su camisón de franela cuando respiraba. Como había deseado retirar aquel... ah... camisón tan apropiado de su garganta para así poder ver el pulso que golpeaba allí. No, definitivamente ella no querría saber todo esto, por lo que él se levantó y bebió pausadamente su café de nuevo.
La bebida era amarga, pero un brebaje sumamente sabroso.Sasuke no podía pensar por qué él lo había evitado todos estos años. La verdad, había notado que el estimulante del café le afectaba en el cuerpo dos veces más que a un humano, pero realmente no había notado ningún efecto más. Desde luego, sólo tenía que beber un par de sorbos por ahora. Quizás no debería correr más riesgos. Por lo que dejó la taza.
— Entonces, ¿qué hacemos? —Preguntó él bruscamente, intentando cambiar de tema, así no indagaría más sobre lo ocurrido anoche.
— Bien. He estado dividiendo las cartas en categorías. Muchos de ellos tienen opiniones y preguntas similares, peticiones de cuando vas a escribir las historias de Sasuke o Menma. —Explicó ella.— Luego he colocado todos los que hacen preguntas. Así, puedes escribir una carta de cada montón, reduciendo las cartas que escribirías a veinte en vez de cientos de ellas.
— Desde luego, sería un detalle si leyera cada carta y escribiera una línea o dos para personalizar a si tu respuesta. —Agregó, tanteándole.
Lucern supuso que ella ya había pensado todo el trabajo que llevaría. Él así lo hizo. Él no pudo menos que quejarse.
— No sufrí estas molestias con mis otros libros.
— ¿Otros libros? —Ella parpadeó confusamente, entonces dijo.— Oh. Te refieres a tus textos históricos. Bueno, eso fue diferente. Aquellos no eran de ficción. Esos en la mayor parte los utilizan las universidades. Los estudiantes raras veces escriben cartas admirando el trabajo del escritor.
Sasukehizo una mueca y tomó otro sorbo de su café. Eso lo ayudó para no decirle que sus novelas no eran ficción, y que estos solo se habían vendido mundialmente como si fueran romances vampiricos.
— De todos modos, creo que tenemos suficientes categorías para empezar. Puedo decirte cual es de cada categoría, y puede hacer una especie de respuesta general para cada una mientras sigo clasificando el resto de las cartas.— Sugirió.
Asintió dando su aprobación, Lucern cruzó sus brazos y esperó.
— ¿No te gustaría conseguir una pluma y un papel o algo así ? —Preguntó después de un momento.— ¿Así no olvidaras nada de ellos?. Hay al menos veinte categorías.
— Tengo una memoria excelente. —Informó Sasuke.— Procede.
Sakura se dio la vuelta lentamente, al parecer intentando decidir por donde comenzar.
— Dios querido, suenas como aquel tipo calvo en el Rey y yo. —Él la escuchó murmurar.
Sasuke sabía que no debía contestar, como se suponía, si no escuchaba esto, pero tenía un oído espectacular. Y estaba disfrutando de su exasperación, por lo que agregó comentando.
— Te refieres a Yul Brynner.
Se dio la vuelta a su alrededor para mirarlo con alarma, y él asintió.
— Él describió al rey Siam, e hizo un trabajo excelente.
Sakura vaciló; entonces, al ver que él no estaba enfadado, se relajó un poco y hasta casi sonrió.
— Es una de mis películas favoritas.
— Oh, ¿Hicieron una película ? —Preguntó con interés.— Yo lo vi vivir en esa época cuando se estrenó.
Cuando ella pareció algo dudosa, él comprendió que había pensado en el estreno de Rodgers y Hammerstein en la muestra de Broadway, que tuvo su premier en 1951, si él no se confundía, más bien ya estaba pasado de moda. Como pensó que aparentaba tener unos treinta años, por lo que era normal que ella pareciera sorprendida por su comentario. Se aclaró la garganta, añadiendo.
— En el reestreno desde luego. Esto ocurrió en 1977 en Broadway. Creo.
Sus cejas se elevaron sorprendidas.
— Debías de tener... ¿Qué? ¿Siete? ¿Ocho?
Sin querer mentir demasiado, Sasuke simplemente gruñó. Aclarando,
— Tengo una memoria excelente.
— Sí. Desde luego que la tienes. —Sakura suspiró y recogió una carta. Leyó en voz alta.
— Querido señor Uchiha. Leí y adoré Mordiscos de Amor, los volúmenes uno y dos. Pero el primero es mi favorito. ¡Realmente tiene mucho talento! El ambiente medieval de esa novela era tan arenoso y realista que casi llegue a creer que estuvo allí. —Sakura hizo una pausa y echando un vistazo en su dirección.— Todas las cartas en este montón siguen esa misma línea, te elogian por el realismo de tu escritura y de hecho, es que al leerlas parece como si hubieras estado allí.
Cuando Sakura simplemente afirmó, ella frunció el ceño.
— ¿Y bien?
— Y bien, ¿qué? —Preguntó sorprendido.— El lector tiene razón.
— ¿Que el lector tiene razón? —Ella lo miro boquiabierta.— ¿Eso es lo que vas a escribir? " ¿Querido lector, tiene razón?"
Sakura se encogió de hombros suavemente, preguntándose por qué ella levantaba la voz. El lector tenía razón. En sus libros se podía leer la realidad por que él sí había estado allí, en la época medieval. Como así había ocurrido. No durante el período de tiempo exacto cuando sus padres se habían encontraron, pero no mucho tiempo después, y en aquel entonces, el cambio era muy lento para poder diferenciarlo.
Él miró a su redactora cerrar de golpe la carta, echarla sobre el montón y coger otra. Murmurando todo el tiempo de que él era un idiota arrogante, y otras descripciones muy poco halagadoras. "Insensible" y "que sus habilidades sociales" era solo dos. Todo esto en un tono en el que Sasuke sabía que se suponía que no podía oír.
Él no se ofendió. Tenía seiscientos años de edad. Un hombre tenía alguna seguridad en sí mismo después de este tiempo. Sasuke había supuesto que para la mayoría de la gente parecería arrogante, posiblemente hasta idiota. Insensible seguramente, y él sabía que sus habilidades sociales estaban algo oxidadas. Óbito y Menma siempre habían llevado mejor los asuntos sociales. Aún, después de vivir unos años como un escritor recluido, era una materia en la que carecía y tenía constancia de ello.
De todos modos. No podía ver ninguna buena razón para mejorar sus habilidades sociales. Estaba en una etapa en la vida donde impresionar a alguien parecía más una carga.
Una vez le había atendido una camarera en una cena que le había explicado que tenía que ser más amable. Ella le había dicho:
— Tiene que poner de su parte, si trabaja a fondo, lo hará bien. La mayor parte de los clientes son buenas personas, aunque pudiera haber en alguna ocasional alguno muy mal educado. Pero a veces que hay alguna noche donde si consigue un cliente verdaderamente repugnante, o hasta dos o tres de seguido, y ellos le humillaran, haciéndole sentir cansado y miserable, una parte de la raza humana esta harta de la vida. Luego aparece un adorable bebé y le hacer sonreír, u otro cliente que le dice "¿Una noche mala?" con una sonrisa comprensiva. Esto hará que mejore su buen humor y comprenderá que tal vez las personas no son tan malos.
Bien, Sasuke había sufrido un par de décadas malas, y se sentía cansado, deprimido y harto de toda la raza humana. No tenía la energía o deseo de conocer a la gente. Solamente quería estar solo. Era por lo que había comenzado a escribir: una búsqueda solitaria que lo mantenía ocupado y le ofrecía un mundo mucho más agradable.
¿Para él habría alguien que le hiciera sonreír y le dijera "que una década dura?" y alteraría todo. Alguien como Sakura. Tanto como había resistido para tratar con ella, ahora había comenzado a disfrutar de su compañía. Hasta lo había hecho sonreír en varias ocasiones.
Comprendiendo el camino que estaban tomando sus pensamientos, y que estos se estaban tornando más bien calientes, para que permaneciera cómodamente con su invitada, que no había deseado, se irguió abruptamente, comenzando a fruncir el ceño. ¡Dios querido.! ¿Qué había estado pensando? Sakura Haruno era muy obstinada, una molesta mujer que no había hecho nada más que traer el caos a su ordenada existencia. Él...
— "Querido Señor Uchiha," —Leyó ella muy seria, sacando a Sasuke de sus íntimos pensamientos— "He leído sus novelas sobre vampiros y he disfrutado de ellas enormemente. Siempre me ha fascinado el vampirismo y he leído todo sobre este sujeto vorazmente. Sé que existen en realidad, y sospecho que usted mismo es uno de ellos. Me gustaría serlo en algún momento. ¿Por favor me convertiría en un vampiro, también?" —Sakura puso sus ojos en blanco y dejó de leer, recorriéndole con la mirada.— ¿Qué le dirías a ella?
— No. —Dijo firmemente.Sakura lanzó la carta hacia abajo resoplando.
— ¿Por qué esta contestación no me sorprende? Aunque supongo que sería algo ridículo el intentar explicar a alguien que en realidad no es un vampiro, que realmente no existe tal cosa, que posiblemente no podría "convertirla". —Ella se rió y siguió adelante con la siguiente carta del montón. Mirando unas pocas de estas cartas que había allí, agregó.— Sería muy amable de tu parte si le dijeras que tendría que ir a un psicólogo local a ver si él pudiera ayudarla con su problema.
Sasuke sintió que sus comisuras se movían levemente, pero no dijo nada, simplemente esperando que Sakura se decidiera con la siguiente carta.
— "Querido Señor Uchiha," —Comenzó.— "No he leído el primero de Mordiscos de Amor, pero lo leeré. Le garantizo que cuando terminé el segundo de Mordiscos de Amor, pensé que era maravilloso. Obito era tan dulce, gracioso y atractivo que me enamoré de él como lo hizo Rin. Él es el hombre de mis sueños." —Sakura hizo una pausa y le echó un vistazo con expectación.— ¿Qué piensas de estas cartas?
Esto fue bastante fácil.
— Obito es muy reservado.
Su redactor levantó sus manos en el aire.
— ¡Esto no es una broma, Sasuke! Justamente no puedes. —Ella hizo una pausa cuando sonó el timbre, girándose con un suspiro cuando Sasuke casi de mala gana le habría contestado. Él ya sabía quien podría ser. Shisui le había llevado sangre, que dejó como único resultado de la ecuación a: su familia. Y como Obito y Rin estaban ocupados con los preparativos de la boda, y Menma,Karin y Suigetsu estarían en sus trabajo a esta hora, la única persona que podría ser era su.....
— Madre. —

☆☆SINGEL , WHITE ,VAMPIRE ●<Sasusaku>● Donde viven las historias. Descúbrelo ahora