Capítulo 12

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— ¿Quieres otra? — su aliento cálido le acarició la cara.

Y una palomita nueva se posó en los labios de él. Esa vez, Hermione retiró la palomita con la lengua, con la que lamió los labios de Draco.

Respiró pesado y miró a los ojos de ella.

— ¿Otra? — preguntó.

— Uhm...

¿Él quería provocarla? Bien, jugarían los dos. Hermione asintió y Draco colocó otra palomita, Hermione la cogió uniendo sus labios a los de Draco, masticándola sin separar los labios. Una vez se la tragó, sacó la lengua y se lamió los labios, gesto en el que incluyó los labios de Draco.

Él suspiró y miró los ojos de ella. Sonreían.

— ¿Tú quieres palomitas, Draco? — preguntó ella con voz seductora.

— Sólo si tú me das...

— ¿Qué te parece... comer de mí?

Él se quedó en silencio ¿Iba enserio o le estaba tirando un farol? Se sentía perdido con Hermione. Tenía algo que lo atraía y se quedó callado cuando ella se estiró en el sofá. Se levantó la camiseta sin descubrir sus pechos, solo dejando el vientre al aire y cogiendo un puñado de aquellas chuches blancas. Las colocó sobre su vientre, esparciéndolas después.

Él tragó saliva, y la miró.

— Oh — dijo Hermione haciendo un pucherito — No me digas que ya no quieres — musitó sentándose y haciendo que todas las palomitas cayesen en el sofá.

— Túmbate — susurró él. Y ella lo hizo.

Draco cogió unas cuantas palomitas y las colocó nuevamente sobre su vientre, esparcidas por cada trozo de piel.

Hermione pensó que ella misma se había metido en aquello ¿Estaría borracha?
No... no lo estaba. Era borrachera, pero de pasión.

Draco se arrodilló delante del sofá e inclinó la cabeza para ir cogiendo cada palomita en un beso.

Hermione sintió como se le tensaba el vientre, como la piel le cosquilleaba, y se obligó a permanecer en la misma posición.

Draco se comió todas las que había y alzó la cabeza para mirarlo. Después Hermione lo vio agacharse de nuevo y tragó saliva al ver que la boca de Draco se acercaba muy peligrosamente, a la cinturilla de su pantalón.

— Se enganchó cuando te levantaste.

Se desplazó un poco más hacía abajo y enterró la cabeza entre sus piernas levemente separadas, Hermione sintió un calor fuerte alojarse entre sus piernas.

— No deberías de haberte levantado, ahora hay palomitas en todos lados... — se quejó juguetonamente Draco.

Ella suspiró cuando él volvió a inclinarse. Sus shorts no podían cubrir sus piernas y por lo tanto no podía evitar sentir el pelo de Draco acariciando su piel. Sus labios chocando con sus piernas al coger las palomitas, su respiración cálida la acariciaba, cuando su nariz chocaba contra ella.

— Puedes parar — dijo ella.

— Pero tengo hambre... — se quejó él.

— Draco — murmuró.

— Shh... — siseó él y se volvió a inclinar.

La mataría si seguía así.

— Dra...

— No pienso levantarme hasta que no me haya comido todo lo que hay en tu cuerpo — dijo echando un puñado más de palomitas sobre ella.

Una ducha diferente [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora