《2》

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La joven encapuchada al sentir una mirada en ellos miro hacia donde estaba felix que le sonreía alegré, miro hacia abajo y se encontró con un par de ojos cerúleo azul.

-debes de ser athanasia! -junto sus manos alegré ante la curiosidad de la princesa que miro a su padre.

El emperador se hizo a un lado y tomó a la recién llegada de la cintura mirándola para luego mirar a su hija.

-athanasia ella es aine, tu tía.

La princesa quedó en shock y luego miro con la boca abierta a la recién llegada.

-mucho gusto princesa -se sacó su capucha y los presentes quedaron cautivados. Era hermosa.

Su corto cabello dejaba definir más su delicada figura y sus bellos ojos violeta brillaban con fuerza.

-m-mucho gusto tía aine -sonrió nerviosa y aún en shock por la noticia.

La oji violeta rió con suavidad y se agachó a su altura viéndola con ternura.

-has crecido mucho y eres hermosa -acarició su cabello con nostalgia y Atthy la miro atenta.

Ella le parecía alguien amable y confiable. Pero esa joven jamás apareció en la novela de princesa encantadora.

Quién era?, Diana jamás tuvo hermanas y claude tampoco.

-felix, lleva a athanasia al palacio, yo me encargaré de aine.

Ordeno el mayor ante la sorpresa de su hija y el puchero de aine. Ella quería seguir charlando con su sobrina pero parece que el posesivo emperador quería pasar tiempo con ella.

-espero poder charlar contigo pequeña athanasia! -la alegría de esa joven la hacía sentir bien.

Por fin se encontraba con alguien que la hacía sentir aliviada de toda la tensión que sentía al estar con su padre.

-sí, luego nos vemos tía aine! -se despidió la rubia para luego irse con su escolta al palacio rubi.

Al quedar solos los dos rubios guardaron silencio, aine miro irse a la pequeña rubia y sonrió con nostalgia.

-en verdad se parece a ella.

El viento hizo bailar su cabello haciendo que claude la mire nuevamente.

Ella creció para ser una hermosa joven

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Ella creció para ser una hermosa joven. Con tan solo 15 años tenía una belleza atrayente y única.

La menor se exaltó cuando sintió unos brazos rodear su cintura y oler su cabello.

-...te fuiste por mucho tiempo.

Ella solo cerró sus ojos sonrojada y lo miro de reojo.

-solo fueron unos años...es un gusto volver a verte -se dio la vuelta y acaricio la mejilla del emperador el cual apoyo su rostro contra su delicada mano y la miro fijamente.

Su relación siempre fue especial y única, una relación que nadie se atrevería a romper y quien tratará de hacerlo sería ejecutado por el mismísimo emperador.

-te extrañé.

Ella solo cerró sus ojos cuando fue apresada por sus fuertes brazos.

Todo lo que era y tenía es gracias a claude, y ella se encargaría de agradecerle. Además de que él era el único que no la rechazó además de Diana.

Claude y Diana fueron las personas más importantes para ella, y ahora que solo queda claude haría lo que sea para que fuera feliz.

Y el emperador haría lo mismo, pero su apreció por aine era mayor al que ella le tenía a él.

Él era capaz de matar al imperio entero por ella.

Hasta se podría decir que la amaba con locura y que sin ella no podría vivir.

Ninguno entendía esa necesidad de estar juntos pero lo que sí sabían es que nadie los separaría.

Sintió todo su cuerpo relajarse ante las caricias de la bella rubia

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Sintió todo su cuerpo relajarse ante las caricias de la bella rubia.

Desde hace años que no se acostaba en la gran cama de su cuarto, el solo hacerlo le recordaba a su pasado, si ella no estaba con él le era imposible dormir en paz.

Aine trato de todas las maneras posible no mirar el cuerpo expuesto del rubio pero le fue imposible y cuando lo miro se sonrojo a tope pero decidió ignorar esos pensamientos aunque le era muy difícil.

Aunque ella se dio cuenta que el rubio no había estado con ninguna mujer desde que ella se fue, ya que su aroma estaba impregnado en su cuerpo.

No hacía falta tener algún contacto íntimo para que el olor de claude esté en el cuerpo de aine y el de ella en él, al estar siempre juntos el olor de ellos estaba impregnado en el cuerpo del otro. Ante eso claude decidió no estar con ninguna mujer ya que el aroma de aine era lo único que lo ayudaba a dormir.

-...tu aroma sigue siendo el mismo.

Sin abrir los ojos susurro algo que hizo sonrojar a la menor pero solo sonrió y se apoyó en el respaldo de la cama.

Ella estaba apoyada en el respaldo, en medio de la cama con una almohada entre sus piernas y el emperador estaba acostado con la cabeza apoyada en la almohada.
Mientras ella le acariciaba el cabello, él le había contado todo lo que pasó en los años que no estuvo allí, incluso le contó todo lo que pasó desde que se encontró con athanasia.

Al saber que había dejado que la princesa se ahogue por unos segundos aine le había tirado un poco la mejilla con enojo.

-agradece que no cayó inconsciente clau clau o te hubiese hecho una travesura.

Su sonrisa yandere hizo que un frío corriera por la espalda de rubio. Seguía siendo la misma yandere sádica de siempre.

-deja de llamarme así -se sentó en la cama escuchando la risa de la menor.

Se volvieron a mirar y él la abrazó tirándose a la cama quedando encima de ella con su cabeza en sus pechos.

-hn, crecieron -en segundos ella le propinó un golpe en la cabeza que lo hizo reír.

-pervertido.

-...duerme conmigo -la abrazo por la cintura suspirando y fregando su mejilla con sus pechos aspirando satisfecho el dulce aroma de aine.

Ella trago saliva nerviosa y sonrojada pero solo suspiro cansada. No podía hacer nada contra ese rubio caprichoso.

Siempre lograba lo que quería.

Parece que sus días de dormir y estar a toda hora con el emperador, habían vuelto.

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Fragancia a lavanda. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora