Localidad de Sarajevo, Imperio Austrohúngaro-
El viaje sería muy tranquilo hasta Sarajevo, cuando bajaron los regentes de Frederik fueron recibidos con alegría y festejos de la población en las cercanías del tren
Les esperaba una escolta que llevaría a sus gobernantes hasta el edificio que tenían que visitar, el miedo y preocupación que tenia no eran mucho problema, al menos no como para alterar su postura como imperio.
El intentaba centrarse mas en la consecuente conversación con el gobernador de la región que los recibió a bombo y platillo, ya que tenia que pensar en algo para no estar paranoico con el tema serbio, además tampoco quería preocupar a sus regentes. El gobernador, un teniente-coronel, mi emperador, su esposa y el viajarian en varios automóviles descapotables hasta un cuartel para una inspección y posteriormente hacia el ayuntamiento de la ciudad, apenas eran las 9:45 AM.
Cercano a las 10 de la mañana, llegarian hasta el cuartel de la policía de Sarajevo. Donde se llevo a cabo una inspección del personal, debo decir que supervisando a los oficiales comencé a pensar que todo estaba bien y que Alemania tenia razón sobre mi condición.
-¿Todo esta bien Austria-Hungría?- Pregunto el Archiduque.
-Si señor. Todo esta bien, dudo que tengamos muchos problemas hoy.- Respondio Frederik.
-Lo mismo digo, tengo completa confianza en la seguridad de la policía de la ciudad.- Agrego su gobernante sin duda alguna. Y eso tranquilizaba al imperio.
=10:00 AM=
Al momento de retirarse del cuartel habiendo terminado la inspección de las tropas, los oficiales se despidieron del archiduque y de la señorita Sofía para después hacer igual con Frederik... Pues debían ir hasta el ayuntamiento de Sarajevo y a pesar de que el viaje era muy tranquilo, la paranoia del imperio volvía a aparecer.
Revisaba nerviosamente las calles repletas de civiles buscando alguna señal que le devolviera la cordura que estaba a punto de perder, el hecho de ver por todos lados que la gente apoyaba a su regente saludándolo con banderas y flores lo calmaba... Retomarían su camino por la rivera del río Miljacka cercano a los jardines del café Mostar, donde dos personas bastante sospechosas por la forma en la que le observaban habían logrado colarse en la visión periférica de Frederik, afortunadamente nada paso y pasaron de la zona.
Reviso su reloj con preocupación, por un lado temía a los serbios, y por otro temía que llegáran tarde al ayuntamiento. La señorita Sofía pareció notar esa preocupación ante lo que pasaba a su alrededor, apoyo su mano en su pierna y con voz suave le pregunto:
-Austria-Hungría? ¿Hay algo que le moleste?
¿Como podría mentir a tan bella y delicada voz?, finalmente se quebró y decidió decirle la verdad...
-No puedo mentirle regente mía... Temo por los Serbios. No por lo que ellos me hagan mi, sino a mi archiduque... o a usted.
-No debe preocuparse, Imperio mio... Intente seguir tranquilo, no queremos desatar el pánico entre el pueblo. -Me respondió cálidamente.
-Ich werde -Respondío.
Volvió a ver su reloj, un poco mas calmado daban cerca de las 10:20, así que aun estábamos a tiempo.
Entre los pocos segundos de tranquilidad, un ligero grito se pudo escuchar entre la multitud y alcanzaría a esquivar algo que reboto sobre la capota de su vehículo... creyendo que quizá era un ramillete de flores que había sido lanzado hacia el voltearía para intentar recuperarlo, al menos hasta que exploto detrás de si dejando dañado el vehículo que venia detrás e hiriendo a quien estuviera en los alrededores.
Notando que la vida de sus gobernantes estaba en riesgo, pediría al chófer que apurara su llegada, haciendo señas al resto de los vehículos para que los alcanzaran alla... Después de eso no paso nada mas.
=Ayuntamiento de Sarajevo, unos minutos después...=
Sin mas problemas, llegarían algo desalineados hasta el ayuntamiento, donde el alcalde los recibió. Pero el archiduque parecía molesto, estaba muy irritado y estresado, y Austria-Hungria igual de estresado no lo había notado
En ese momento el alcalde estaba dando un discurso por el arribo de la pareja y sin que sus escoltas pudieran detenerlo el archiduque Ferdinand intervino ante todos.
-Señor alcalde, vine aquí para hacer una visita y me lanzaron una bomba. ¡Es ultrajante! -Grito con indignación
Frederik reacciono inmediatamente, no sabia que lo que habían arrojado era una bomba había sido un intento de magnicidio... pero de quien?. La Srta. Sofia llamo su atención tenían que hacer algo para que no se saliera de control, ella se le acerco a mi gobernante susurrándole algo al oído... las cosas se calmaron un poco y mi regente dijo:
-Ahora puede seguir hablando.
Después del inconveniente, las cosas prosiguieron y el alcalde siguió con su discurso, al momento en el Franz Ferdinand tomo el podio agrego unas palabras al pueblo de Sarajevo por la alegría que se denotaba por que no habían logrado asesinarlo. Después de eso, solicitaron una reunión en las cercanías para dar una alternativa para proteger al archiduque.
Al final para evitar el centro de la ciudad, el gobernador Potiorek decidió que el vehículo imperial debía seguir en línea recta por los embarcaderos Appel hasta el hospital de Sarajevo, donde iríamos a visitar a aquellos heridos por la explosión anterior. El pueblo reunido en el ayuntamiento les despidió con euforia deseándoles suerte en su viaje final.
Pasados unos minutos cerca del puente Latino, el conductor daba la vuelta para tomar el camino correcto hacia el hospital de Sarajevo, pero el motor del vehículo se paró súbitamente durante la maniobra.
-Chófer, ¿Sucede algo? -Pregunto Frederik nerviosamente.
-Se detuvo el motor del vehículo señor, no se preocupe, lo encenderé inmediatamente.
En la parte trasera ahora en estado de alerta, alguien avanzó hacia donde estaba el vehículo y de forma ávida y sanguinaria disparó dos veces a una distancia mas o menos de cinco metros, usando una pistola semiautomática. La primera bala alcanzó al archiduque en la garganta y la segunda dio en el abdomen de la duquesa.
Los guardias inmediatamente atraparon al sospechoso, quien por sus quejas e insultos no parecía ser de Sarajevo, pero Austria-Hungria no lo reconocía.
Sus regentes, gravemente heridos intentaron resistir hasta que les atendiera un médico en la residencia del gobernador.
Frederik sin embargo no pudo entrar a la habitación a pesar de ser el imperio que ellos gobernaban.
El no se despegaría de ese corredor prefería estar fuera de la habitación, caminando en guardia cual juguete de cuerda durante minutos, sino horas donde solo podía escuchar los gritos de agonía de mis regentes a los cuales luego de un tiempo reemplazo el silencio y los murmullos. Con débiles murmullos propios entablo una discusión consigo mismo, de ser esto lo que habían temido no podía dejar que la muerte de mi archiduque y mi archiduquesa fuera un caso de magnicidio mas.
Ya no se oía nada aun cuando estaba pegado a las puertas Frederik supo que había llegado ese cruel final, y algo se lo marco de por vida. Una fuerte punzada en su pecho hizo que este cayera al suelo por el dolor y el sentía que su corazón estaba punto de abandonar su cuerpo
Logrando recostarse en un sillón adyacente, vio como el conde Harrach que iba con ellos salio del cuarto lentamente y en completo silencio... su mirada al derrumbado imperio le hacían saber todo...
Las últimas palabras de Francisco Fernando fueron:
-¡Sofía!, ¡Sofía! No te mueras... vive para nuestros hijos!
Seguidas de seis o siete:
-No es nada...
En respuesta a las preguntas del conde sobre su estado no hubo respuestas, su condición lo dijo todo. En la vida de Frederik esos 30 minutos que hubiera jurado que fueron 30 horas fue la eternidad mas larga que tuvo que enfrentar. Y logrando encajar un par de palabras pidió llamar al Imperio Alemán.
-Sucedió, Wliheim... Realmente... sucedió. -Dijo a través de la bocina
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The Great War - Countryhumans
Short Story1914 Los países Europeos reunidos celebran que hay paz y armonía en el mundo, sin embargo un país teme por su estabilidad. Pero, a las grandes potencias de la época no les importa y nada tienen que temer, o si?