Estef.
Lo mire bien y se puso de pie. Sonrió levemente y camino hasta la puerta. Mientras caminaba me percate de lo que tenía puesto. Llevaba puestos unos pantalones de dormir y una camiseta blanca.
-¿Cuándo y cómo te cambiaste?- le pregunte. Se giró a verme.
-¿Cuándo? Hace 5 minutos mientras tenías un sueño erótico conmigo y ¿cómo? Cómo todo el mundo-me dijo. Sentí la sangre en mis mejillas. Puede saber mis sueños.
-No, no eso- dije nerviosa -Sino, qué ¿cómo, sí no tenías ropa?
De repente yo ya no tenía un camisón de seda negro, sino uno rojo. Rojo como el fuego. Me mire bien y luego lo mire a el. Sonrió de costado y luego me miro fijo haciendo que mi corazón se agitara.
-Eso responde a tu pregunta preciosa. Y te ves condenada mente bien con ese camisón rojo- me dijo. Mi cuerpo arduo de deseo por el.
-¿Puedes irte? Quiero dormir- le dije y me volví a acostar. Sentí que se acercaba a mi de nuevo.
-Hasta mañana preciosa, que sueñes conmigo- me susurro al oído y beso mi frente.
Cuando sentí la puerta de mi habitación cerrarse, deje que toda esa tensión saliera de mi cuerpo. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué es lo que tengo que hacer? Debo estar loca. Sí, creo que estoy muy loca. El diablo en mi casa, sensualmente provocador, condenada mente sensual. ¿Qué va a ser de mi? Sólo deseó que esto sea un sueño...
...Theo
1,2,3 desaparece. ¡Woou, esto sí que es divertido! Maldita sea, me pone de muy mala gana no poder hacer eso, cuando tengo unas ganas tremendas de hacerlo. Barba, creo que vamos a tener que discutir esa pequeña cuestión hermano. Dejen la mesa el muñequito con el que estaba jugando y me recosté en el sillón. Ahora ella debe estar pensando que lo que quiera cambiar su alma. Una existente mujer está durmiendo en la habitación que está a mi lado. Una mujer extrovertida y audaz. Rachel diría que soy un idiota. Según ella, yo por ser el diablo, ya tendría que tener un hijo. Como dios. Una mujer a la cual mantener a mi lado por el resto de la eternidad. Rachel está por así decirlo enamorada de un hombre llamado James, el cual también está de ella. Dice qué ahora sabe porque las personas pueden llegar a morir de amor, es algo que se siente en medio del pecho y te hace sentir muy vulnerable. Algo que nunca me pasó, porque no creo y no tengo ganas enamorarme. Es muy cursi. Nunca estuve con una mujer, por el simple hecho de que nunca desee tanto a una. Estefania Lemanié en este momento es lo que más deseo en el mundo.
...
Estefania
¡Maldita sea! ¡Maldito tren! Me senté en mi cama, mientras escuchaba como las ruedas del tren hacían un horrible ruido contra las vías. Mire mire lo que mesa. 7:30 A.M. La misma hora de siempre. Lentamente, mientras mi cuerpo iba despertando sentidos y movimientos, me destapé. Mi camisón ¿era rojo? No... Camisón era negro. ¡Theo!
Rápidamente me puse de pie y salí de la habitación. Lo busque con la mirada, pero no estaba. Tal vez y todo haya sido un sueño y yo realmente estoy loca. Que lejos empecé escuchar el sonido de la ducha. Me acerque y con cuidado abrí la puerta. El agua caía excitantemente por su buen formado cuerpo. ¡Dios, eso era mucho mejor que mi sueños! ¿Cómo sería tocarlo? ¿Será real? Giro dándome la espalda. Mi mirada se posó en el final de su espalda. Un raro tatuaje, de raros colores, se movía con cada pequeño movimiento de su cuerpo. ¡Es maravilloso! Mordí levemente mi labio inferior.
-Puedes pasar preciosa- me sobresalté ante su profunda voz. Aún me daba la espalda -quieres, puedes bañarte conmigo-salir rápidamente de allí.
Entreno habitación, algo agitada, y cerré bien la puerta. Nerviosa abrí mi clóset y empecé a buscar ropa. Ropa, ropa ¡Maldita sea! ¿Qué mierda es lo que voy a buscar aquí? Si mi ropa del trabajo está en el armario en la sala. Tocó tres veces.
-¿Sí?- Y sigue buscando algo que no iba encontrar. La puerta se abrió
-Hola preciosa, ¿cómo has dormido?- . Me pregunto y entro por completo. Sin mirarlo, ya que no podía hacerlo, tome una toalla y salí de allí. Salió detrás de mí.
-Bien, ¿y tu?- pregunté nerviosa. Entre al baño.
-Excelente- dijo. Gire, y cuando lo hice choque levemente contra su fuerte pecho. Su respiración chocó contra mi rostro. Me miró fijo.
-Se hace tarde para el trabajo- Dije y me alejé de el.
-No, ya no- dijo. Lo mire extrañada. El teléfono comenzó a sonar. Lentamente me acerqué a el.
-¿Hola?-contesté.
-¿Qué hace mi amiga?- dijo con voz chillona. Suspiré aliviada
-Karla- dije y sonríe levemente-¿dónde estás?-le pregunte.
-Buen día, ¿cómo has estado? Que yo sepa no podía dormir allí esa anoche- dijo. Reí por lo bajo.
-Buen día amiga, estoy bien ¿y tu?- le pregunté. Río divertida.
-Bien, muy bien-dijo picara. Con eso inmediatamente me di cuenta a que se refería.
-Estás con Agus- dije afirmándolo.
-Pues claro que sí-me dijo y río. -me manda saludos-
-Igual-dije divertida.
-Oh, antes de que desvié más el tema-dijo.
-Como siempre- le dije. Se quejó. Bueno, ¿qué pasa?-
-tenemos vacaciones- dijo. Mire a Theo y él me sonrió.
-¿Qué?- le pregunte. Escuche un gruñido frustrado por parte de mi amigo el diablo. Lo volví a mirar y me hizo un gesto molesto.
-Sí, no se que le paso a Roberth que le dieron vacaciones y no se vacaciones a todos- me dijo.
-¿Me estas hablando en serio?- dije sin poder creerlo aún.
-lo mejor de todo es que tenemos salario incluido. ¡Vacaciones pagadas Estef!- dijo emocionada.
-Es grandioso- dije emocionada también.
-Te lo dije- me dijo Theo. Sonreí por lo bajó.
-¿Estas con alguien Estef?-me pregunto Karla. Volví mi cabeza a la conversación.
-Mmmmmmh, sí- le respondí después de unos segundos.
-¿Con quien?- me pregunto cómplice.
-Alguien...- le dije como para no darle importancia.
-¡Preciosa! ¡Apúrate cariño que el desayuno se enfría!- grito fuerte. Me gire a verlo.
-¡Esa es la voz de nuestro nuevo jefe de administración Estef!- dijo sin poder creerlo Karla.
-Bueno, sí. Es el- dije y deje de mirarlo. Karla río.
-No puedo creerlo ¿Y qué tal? ¿Es bueno?- me pregunto. Reí con ganas. Sí ella supiera que no puede tener sexo. Creo que se muere.
-No lo se. No me acosté con el-dije y le dedique una fija mirada. Sonrió divertido
-¿Cómo que no te acostaste con el?-dijo como sí eso fuera imposible- Estef, ese hombre está que arde.
-Lo se, lo se pero no paso nada- le dije.
-Pues, aún no puedo creerlo- Me dijo y ambas reímos.
-Bueno amiga, gracias por la noticia. Voy a seguir durmiendo- dije. Karla aclaró su garganta.
-sí, claro como si fuera fácil dormir con un super bombón en tu casa- me dijo. Reí divertida- Yo también voy a seguir durmiendo
-Sí, claro. Mientras tienes en la cama a un maniático del sexo- le dije. Soltó una carcajada
-Le diré eso- dijo divertida -adiós amiga, nos vemos luego.
-Claro cariño, adiós-dije y colgué. Lentamente me gire a verlo.
-Hablan como cotorras- me dijo. Sonreí levemente.
-¿Cómo hiciste eso?- le pregunte. Comenzó a silbar haciéndose el tonto. -Voy a bañarme
-¿Necesitas ayuda?- me pregunto. Mis pasos se congelaron. -Podría pasarte la esponja por la espalda.
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