VI

1.1K 104 13
                                    

Llegamos a Barajas, o ahora conocido como Adolfo Suarez Barajas. Estoy bastante nerviosa, la verdad. Jamás he ido en avión, y el presentimiento de que se pueda caer o algo me da mucha cosa.

Maya nota mi miedo.

        -Ey, ¿Qué pasa? ¿Te da miedo volar?

        -No, Maya, no. Lo que me da miedo es que dejemos de volar.

        -Bua tonta, no tengas miedo. A demás, son solo dos horas, si estamos entretenidas ni las vas a notar. A demás, vamos en una buena compañía, no vamos en Ryanair ni en ninguna de esas. Tu tranqui, ¿vale?

No me convence mucho, pero bueno, es lo que toca si quiero ir a Londres. Ya no me puedo echar para atrás.

Pasamos por donde te validan los tickets y el DNI y por el detector de metales. Y yo casi me tengo que despelotar entera porque el puto sujetador me pitaba. Y tras varios minutos intentado demostrar que no era una perturbada y que no quería hacer nada malo me dejaron pasar. Más que nada por que no me iba a quitar el sujetador para que la gente disfrutase de mis lindas y sensuales tetitas de azúcar. No.

Total, una vez pasado eso vamos a la puerta de embarque. Aún quedan tres horas para coger el avión siempre y cuando no se retrasarse. Al ir en business nos llevan a una sala donde hay sofás cómodos, te puedes tomar un café, enchufar el móvil. Una mierda todo, más que nada por que puedo prescindir de ello. 

Le digo a Maya si se quiere venir a ver alguna de las tiendas que hay por la terminal, para dar una vuelta y hacer que se nos pase el tiempo más ameno, pero me dice que le da cosa dejar su maleta sola y que le da pereza llevársela. Normal, lleva medio armario la hija de puta. Así que me voy yo sola. Porque como tenga que estar tres putas horas mirando a un techo juro que me corto las venas, me las dejo crecer y me las vuelvo a cortar. Así indefinidamente.

Así que salgo por mi propia cuenta a dar una vuelta. 

Me paro en una tienda de revistas y libros. Veo ''Una Estrella Que No Se Apaga'' de John Green. Me pone los pelos de punta porque trata de una chica que tuvo cáncer tambié, pero ésta vez iba de una chica de verdad. Las cartas que escribió,fotos con su lucha contra el cáncer, miles de cosas que hacen que me entre un escalofrío en el cuerpo y que tenga que dejar el libro. Odio el cáncer. No lo he vivido directamente en uno de mis familiares, pero uno de mis mejores amigos se quedó huérfano de padre por ello, y ví cómo de mal lo pasó, por eso intento evitar siempre esas conversaciones. Me voy a la zona de mujeres cuarentonas que ya no son folladas y satisfacen sus necesidades sexuales a través de libros porque no saben buscar porno en internet. Exacto. A la zona erótica. Cómo no. 50 Sombras de Gray por 6,50€ cada libro de bolsillo. Y yo me acuerdo que mi madre se dejó 50€ en la triología. Ya hay que estar mal señores. El porno está gratis en internet. 

Yo hice el intento de leérmelo, pero lo ví muy hardcore para mi, y creo que llegue nada más que al capítulo 10 u 11.

Despúes de la tienda de revistas fui a una especie de joyería o relogería. No se que mierdas tiene un reloj de 12.000 que no tenga un reloj de 3 de los chinos. ¿La chupa en momentos de depresión? ¿Hace la cama? ¿Prepara McFlurries infinitos y gratuitos? Yo, si no hace nada de eso no me lo compraría la verdad. Ni aún que tuviera tooooodo el dinero de este maldito mundo.

Después fui a una óptica y bueno. Opino lo mismo de las gafas que cuestan 100-200€. Vale, la de los negros del top manta te queman los ojos y te los jode, Pero para llevarlas un rato tampoco pasa nada.

Los aeropuertos son como centros comerciales. Hay de todo. Hasta un starbucks, McDonalds,etc.

Como tenía hambre, como casi las 24 horas del día, fui a una especie de una tienda de chucherías. Me compre un paquete de kit kats en los que venían 5, olé ahí grasas pa'l cuerpo. Una bolsa con 200 gramos de regalices y una fanta naranja.

De Diva por el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora