II

1.8K 145 8
                                    

Quedamos de salir a eso de las doce.
Son las dos menos cuarto y sigo a que la puta ésta salga de la ducha. Ya empiezo a sospechar de que puede estar haciendo porque lleva varios días sin darle al tema, y eso para ella es casi imposible.

Total, que la Paloma, su madre, nos hace unos macarrones y comemos al final en su casa. Eso que me ahorro en dinero y en calorías, ya que si hubiésemos comido fuera hubiera sido McDonalds o algo parecido. Que tampoco me hubiera importado, pero cada vez me paso más con la comida. Y aún que no esté del todo mal, tampoco estoy del todo bien. Yo me entiendo.

Total, los macarrones de la señora Paloma están pa tirarlos contra la pared y que se peguen. El plástico con un poco de sal está más rico que eso.

Es normal, ya que en casa de Maya siempre hay una chica que les hace absolutamente todo, porque como su padre caga dinero pues se lo pueden permitir. Y hoy, tengo la suerte de ir y que no esté y me tengo que comer los inventos de la madre de Maya por si acaso algún día se divorcia.
Finjo que me baja mi amiga la roja y que me duele mucho la tripa y que no puedo comer.
Parece que cuela. Cuela hasta que la grandísima perra de Maya saca un Magnung Frac y claro, le pido uno.

-Para eso si hay hambre, ¿no?-me pregunta con cara mala-.

-Un poco de dulzura en la vida en estos momentos de la vida nunca vienen mal -la digo sonriente-.
Continuo con lo mío y abro el helado, y con la suerte que me abunda siempre lo abro al revés, manchándome todas las manos de chocolate negro.

Joder, no he comido nada más que el helado ese y estoy que me muero.

Mi cuerpo no está acostumbrado a eso. Juro que me hubiera comido una ensalada antes que los "macarrones" esos. Dios, encima no llevaban tomate, sino kétchup. ¿Estamos locos?

-Nos vamos ya, ¿No? Arya.

-¿Ahora?

-Sí, ¿no? Ya hemos esperado bastante.

-Regla número de mi religión. Echar siesta TODOS los días. No puedo fallar a mi fiel dios Kiko Rivera. O acaso crees que tiene esa pedazo de tableta porque sí?

-Tía, tu como que no estás bien de la cabeza. Pues para hacer esto haberlo hecho en tu puta casa, guapa.

-No pasaría esto si no tuviera una amiga con Alzheimer.

-Uh, golpe bajo. Media horita como mucho.

-Una hora y media, que cualquiera sale ahora con to' esta calor.-La digo entre pucheros-.

-Cierto. Una cosa Arya ¿Y si vamos a la playa en vez de al centro comercial. Total, lo tenemos muy visto y hoy es época de visita de alemanes.

-Espera, ¿qué han hecho con mi amiga Maya y por qué le ha dado por pensar tan bien ahora?

-Gilipollas. Con un no me hubiera bastado.

-¡No mujer! Si te lo iba a decir yo y te me has adelantado.

-Vale, ala duérmete pesada.

-Eso intento, pero tengo un puto loro a mi lado que no me deja.

Tras mis dulces palabras se calla. Me cuesta dormirme porque la almohada parece papel de fumar de lo fina que es. La cama de ricachón es sumamente tan blanda que parece que esté flotando, y claro, yo acostumbrada a un colchón de muelles baratucho para pobres pues...
Total, que no se ni como lo hago pero consigo dormirme.

Me despierto. Y a pesar de que el colchón sea incomodo pero jodidamente cómodo a la vez hace que parezca que llevo la vida durmiendo. Y no. Solo ha pasado una hora y poco. Para lo que normalmente duermo, poco.

De Diva por el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora