VII

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Pasamos por la puerta de embarque ya, y entramos al avión por fin.

Nunca he montado en avión, pero jamás pensé que sería algo así. Sí, vamos en clase business y será diferente a los demás. Pero es que parece más grande que mi salón. Los sofás parecen sacados de la casa de Dios, y son tan cómodos que creo que me voy a olvidar de que estoy volando. Los asientos tienen delante una pantalla, y en el posavasos o el trozo de silla ese que cae para abajo hay un teclado, así que supongo que será también un ordenador.

Me siento por fin en mi asiento, que está al lado del pasillo porque tengo pánico de ver que estamos a miles de metros de altura y bueno, si hay que salir corriendo yo soy la que está más cerca del pasillo.

El asiento me absorbe para adentro y solo hace falta que me de un masaje para que me corra ahí mismo del gusto. Qué pasada.

No le dejo de repetir a Maya que esto es la puta hostia.

Creo que me podría acostumbrar a esto, aún que no debería, ya que bueno, es la primera y supongo que la últimavez que lo haré.

Ah, hay un dato importante en el avión que no he dicho. Hay Wi-Fi. Wi-Fi GRATIS.

Me estoy enamorando por momentos del avión y bueno, me quiero quedar a vivir aquí.

-Parece que ya se te ha pasado el miedo ¿no? Se te ve más tranquila, Arya.

-Si bueno, no imaginaba que iba a ser así... así de chachi todo.

-Arya, somos divas, y como buenas divas que somos debemos viajar en lo mejorcito. ¿En serio te pensabas que te iba a llevar en un avión estilo Ryanair? Que va. Si se viaja, se viaja con estilo.

A pesar de que llevamos 15 minutos metidas ya en el avión seguimos paradas. Será que sigue entrando la gente, ya que es un avión considerablemente grande.

Al rato viene un azafato que... jummmm. No estaba naaaaaaaaaaada mal.

-¿Queréis algo, señoritas?-Nos pregunta el chico.

-No me vendría mal un chico como tú-Dice Maya.

Cómo no, siempre sacando sus dotes de folladora. No me sorprendería que el chaval se la llevase a la trastienda o donde tengan todo lo de comer y se pongan a follar. Dicho así, hasta quedaría muy morboso en una película porno.

-Me refería a algo de beber, los empleados no estamos en venta, aún.-Le dice el chaval guiñándole un ojo y pasando de mí.

Pues ya me cae mal. Aún que no me extraña. Maya es mil veces más guapa que yo y liga millones de veces multiplicado con infinito más que yo. Y también tiene miles de kilos de pote en la cara, cosa que yo intento no aparentar.

Siguen con el coqueteo. 20€ a que ésta folla en el avión. Luego lo comprobaremos.

Tras el coqueteo me pregunta a mi si quiero algo, y le pido por favor una fanta naranja. Asiente y se va sin dejar de mirar a Maya. Tanto es así que se llega a chocar con una silla, y la vieja que hay en frente, por gilipollas, le da un bolsazo. Olé ahí mi vieja.

-Tú, ¿es que vas con el zorreo a todas partes?-La digo.

-Y tú con el amargamiento, no te jode.

-¿Ah si? Al menos no tengo el coño tan hondo como el Metro de Madrid como tú.

-Arya, que igual que estás aquí te vas. Aún estás a tiempo eh.

-Qué es broma mujer. Solo que me parece increiblé que tonteés hasta con el azafato. En parte puede que sea envídia también.

-Ya te enseñaré querida mía, ya te enseñaré.

Tras esas palabras el avión hace un movimiento brusco para atrás. Nos empezamos a mover, lento, pero vamos cogiendo pista. A la vez que el avión se mueven las azafatas y azafatos empiezan a explicar el protocolo de emergencia por si acaso pasase algo.

Tras casi 20 minutos de movernos parece que llegamos a la pista de despegue. El avión se para. Suena un pitido y al momento se enciende la luz de los cinturones. Sinceramente, no se que aporta un cinturón en un avión. Si se cae y se estampa contra el suelo, lleves o no cinturón, vas a ser puré humano, pero bueno, yo como buena chica me pongo el cinturón.

De Diva por el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora