Levemente me sonrojé, ¡qué pregunta más ocurrente!
—Es sólo un amigo ¿¡Por qué todos hablan de Chase!? —exclamé exasperada y algo fastidiada.
—Es curiosidad, tranquila linda —rió por mi exasperación. —Ahora me gustaría que me hablaras sobre ti.
—En realidad, no hay mucho que contar sobre mí... mírame —respondí de manera indiferente.
—Lo hago, Ámbar... y me gusta lo que veo —dijo, observándome intensamente.
Cuando escuché aquello me sentí como la protagonista de una película.
Por una razón que desconocía también me sentí muy nerviosa, pero me calmé repitiéndome mentalmente que él sólo intentaba jugar conmigo.
— Entendido —reí incómoda y empecé a jugar con mis dedos. Recordé algo importante —Creo que necesitamos poner reglas aquí —afirmé con voz seria, Alex río por mi repentino cambio de ánimo.
—Primeramente, tú dormirás en el sue... —interrumpí mi propio monólogo debido a un sonido de pasos dirigiéndose claramente hacía mi habitación.
Ágilmente Alex se esconde, ahora en mi armario. ¡Al fín hace algo inteligente!
Me asomo por la puerta y veo una figura femenina muy familiar.
Esperen, es... ¿Anna?
—¡Ámbar! —chilló emocionada y nostálgica mientras se acercaba a mí a grandes pasos.
—¡A... Anna! ¡No lo puedo creer! Pensé que te quedarías a vivir en Francia —chillé al igual que ella.
—Me cansé de vivir lejos de mi mayor cómplice —canturreó Anna divertida, me reí por su comentario. La extrañaba muchísimo.
Anna siempre fue mi mejor amiga, desde niñas. En todo aspecto ella sería mi modelo a seguir, tanto en lo físico como en su tan carismática personalidad.
Su piel es levemente bronceada, deslumbra un cuidado cabello castaño y tiene unos muy bonitos ojos color almendra. Divertida e inteligente, con buen carácter. En todo momento me ha brindado su total apoyo, sinceramente nunca podría conocer una amiga mejor.
Le pedí un momento que me esperara, pues estaba sólo en toallas y mi madre no le tomó importancia. Me vestí decentemente y volví con Anna.
-Pero ... hay algo bueno que me pasó en Francia .-dijo ella emocionada y con las mejillas sonrojadas, ya me lo suponía, se trata sobre un chico ... Típico de Anna, se enamora de alguien nuevo semanalmente, es muy ingenua a veces.
Por un momento me olvide del muy guapo fugitivo escondido en mi armario, e invite a pasar a Anna a esta.
-En Francia ...-dijo mientras se sentaba en el borde de mi cama .-Conocí a un chico, se llama Elliot Tonerre, es el francés más lindo y educado ¡Es tan atlético! Nos conocimos en un bar, es muy profundo e intenso ¡Lo amo! .-dijo aceleradamente. Qué rapidez ...
-¿Ya son novios?-pregunté curiosa, ella me dio una sonrisa triste.
Mala pregunta.
-No, solo somos amigos, ya me lo ha dicho... varias veces .-murmuró avergonzada y sollozó tristemente en mi hombro. Parecía que a Anna le importaba mucho ese fránces.
-¡Él no entiende que quiero ser más que una amiga! ¡Los hombres son tan idiotas! ¡Son unos arruina felicidad y rompe corazones! -gritó Anna con furia. Pobrecilla, debía hacer algo por ella.
-¡Desquítate! .-dije palmeando su espalda. Creo que esto es lo mejor.
-¿Puedo desquitarme en tu habitación?.-preguntó animada, yo asentí la cabeza sonriente, si mi amiga nesecita desahogarse, yo la apoyaré.
Espero que esta sea una buena idea ...
-Entonces... ¡Me desquitaré con tu ropa!
¿Por qué con mi ropa? Hmm, esta bien, todo por una amiga con un corazón roto.
-¡Sí! .-respondí eufórica.
Esperen un segundo ... ¿Dónde guardo mi ropa? ... En mi ¡amario!
-¡No! .-grité como película de drama ... Demasiado tarde ... ya se encontraba una Anna con la boca abierta frente a mi closet.
-Ambar... ¿Qué hace este chico en tu armario? .-preguntó nerviosa.
-Anna, te lo puedo explicar .-pronuncié con dificultad.
Este era mi patético fín.
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[EDITANDO] Te escondo en mi habitación
Dla nastolatków"¿Te escondo en mi habitación?" Aquella pregunta es la que, por un tiempo, pensé que nunca tuve que haber hecho. En ese momento ni me imaginaba las consecuencias que provocaría. Sin embargo, fue la más esperada, la pregunta que sin saberlo, cambiarí...