[EDITANDO] Te escondo en mi habitación

-17. Aclarar las cosas-

*Flashback*

1 día antes ...

Alex PoV:

-Lo siento pero ... hasta ahora no creo poder cumplir esa promesa -murmuró antes de fugarse corriendo de esta escena.

Me dolió, me dolió demasiado. Dejar escapar a alguien muy importante para ti, duele dejar ir a Ambar. Ella es diferente. ¿Diferente es bueno? Ambar me ha protegido y cuidado. Y yo como le agradezco, ¡Mintiendo le todo este tiempo!

Pero es la triste y dura realidad, la realidad duele. Desde los 16 años, desde que mi padre, mi madre y mi hermana Hanna, me abandonaron con la estúpida excusa de que viajaban por "trabajo".

Yo sabía que esto algún día pasaría, soy un ser inútil e inservible. Mis padres me detestaban, la única que me apreciaba era mi querida hermanita Hanna. Ella ahora debe tener ... 16 años. Ya se habrá olvidado de mí, pero yo nunca de ella.

Me convertí en un sucio, estúpido y vil asesino por necesidad. La comida se acababa en mi pequeña casa, mendigar no funcionaba y los vecinos me ignoraban cruelmente. Un día mendigando y pidiendo limosna por la calle, lo sé, patético. Un hombre alto y musculoso se acercó a mí con una cínica sonrisa. Yo intenté alejarme pero él me detuvo.

Niño, ¿Quieres ganar dinero?, me preguntó, yo al instante asentí frenéticamente sin saber al enorme lío que me había metido. Desde ese día, toda mi vida cambio, para mal. Me obligaron a trabajar para ellos y me amenazaban diciendo que sabían donde estaba mi familia e iban a matarla si no les obedecía.

Realmente no me importaba muchos mis padres, ellos nunca me amaron y cuidaron como a Hanna. Milagrosos días ellos me daban de comer, apenas unas migajas de pan y las sobras del almuerzo. Mi ropa estaba sucia y mugrienta y me encontraba débil pese a que nunca me cuidaban. En cambio Hanna, comía un banquete y a escondidas me regalaba su almuerzo. Su ropa era la última tendencia y cuando se enfermaba todos sollozaban y velaban por su salud.

Temía la amenaza de Jack, que así se llamaba el hombre que me introdujo en esta oscura vida. No querían que mataran a mi Hanna. No podría soportar que por mi culpa, la única persona que amaba verdaderamente ... dejara de existir.

Pasaron así 2 oscuros años. Me enseñaron a asesinar y a no tener piedad con nadie, a usar armas y a escabullirse de la policía. La gente llamaba y llamaba para pedir ordenes de matanza. "Mata a este" "Mata a aquel", esas frases pertenecían a mi vida cotidiana.Y yo el mas "hábil" siempre realizaba el trabajo sucio. Nunca me pagaron, nunca cumplieron su promesa de proteger a mi familia y brindarme dinero para sobrevivir, nunca. Me daban una nueva camiseta, pantalón y zapatos cada 2 meses. La comida simplemente era miserable y la compañía no sobraba.

Hasta que un hermoso día me dieron la libertad. Pude escapar de todo esta oscura vida y ser libre, aunque la policía me buscaba, me sentía extremadamente feliz. Merodeando por la calle la conocí, a Mía Tonerre, mi futura "novia". Cuando me vio, me ayudó, me alimentó, me compró ropa y me cuidó, pero todo esto para un simple propósito, ser su novio. Me contó que desde niña la molestaban, cuando creció todas sus "amigas" se alejaron de ella pues era la única chica que no tenía novio. Realmente me dio mucha tristeza y lástima ,así que no pude negarme, pues ella me brindó su apoyo y yo debía complacerla.

Dio con el pretexto de que yo era su novio, no le tome importancia y le seguí la corriente. Un día Mía me invitó al Starbucks, una cafetería muy famosa aquí. Yo acepté ir con ella y en el camino alguien me llamó, me volví y vi al hombre que arruinó mi vida, Jack. Le dije a Mía que continuara su camino y que me esperara en la cafetería. Ella asintió confundida y yo firmemente me acerqué a él.

Al llegar a su lado, tras su hombro vi que no estaba solo, estaba con la policía. Si caigo, tu caes conmigo, dijo cruelmente. La policía se acercó a mí con esposas en las manos. Yo corrí y corrí sin rumbo, Mía no se percató de la ocurrido pues ya no se encontraba en esa escena. Logré escaparme de la policía. Maldito Jack. Pasaron 3 meses, escapándome de este pasado oscuro.

Vi una casa con una ventana abierta, sigilosamente me acerqué y no encontré a nadie. Entré y me percaté que el espacio era muy grande y no sabía en donde esconderme. Me dirigí hacia donde mi instinto y mi corazón me llevó. Subí las escaleras y abrí la puerta. Me sorprendí con lo que vi, esta habitación es de una chica, me dije a mi mismo. Localicé un armario y me escondí en el.

Luego conocí a Ambar Collins, alguien muy importante y especial para mí. Alguien que no puedo dejar ir tan fácilmente ...

No, no puedo dejarla ir tan fácilmente. Mañana iria a por ella y le mostraré todo mi agradecimiento, pero a mi manera.

La besaré.

*Finflashback*

Ambar PoV:

Me desperté con muchos pensamiento rondando por mi cabeza.

Alex él antes ya me había mencionado el nombre de Mía y yo fingía que no la conocía, pues en realidad lo hacía por una razón. Desde un principio me plantee la hipótesis de que era Mía, Mía Tonerre, mi ex mejor amiga, no queria decirle a Alex que sí la conocia pero que se había mudado de aquí, por dos cosas: La primera es que podia haberme equivocado y quedaría como tonta, la segunda es ... ¡No quería hacerlo! Alex me abandonaría y se iria con Mía y me sentiria sola y remplazada. Sé que es un pensamiento patético y egoísta, pero Alex se habia convertido en mi nueva misión, la misión de esconderlo en mi habitación.

Anna, las cosas con Anna se derrumbaron desde que nos peleamos por Alex. Debería llamarla y hablar con ella sobre todo esto. ¿Habrá vuelto a Francia? ¿O se quedó aquí? No lo sé, necesito saber como se encuentra y que me perdone.

Me dirigí hacia el baño y me cepillé los dientes, ya no me sentía mal y débil como el día de ayer, gracias al rico caldo de pollo. Mientras me lavaba los dientes recibí un mensaje de Chase, pues sonó Moves Likes Jagger. Al leer el mensaje chillé de emoción.

"Hola, Ambar. A las 4:00 pm, te espero en Starbucks. Quiero hablarte sobre mi viaje a Inglaterra. Por si acaso invitaré a mi AMIGA Adriana. Nos vemos, linda."

También me acordé de un pequeño detalle, Alex va a venir. Pero no sé cuándo. Esto está mal, muy, muy mal. Algo preocupado me vestí a un vestido floreado corto y unas vans color amarillo, pues se acercaba el verano y la esperada Navidad.

Estoy realmente muy emocionada por esta fecha. La navidad siempre ha sido mi festividad favorita del año. La nieve cae, esperen en mi país no cae nieve, Ow. Estar en familia, dar y recibir regalos, comer el pavo y el chocolate caliente.

Sentí de la presencia de alguien en mi balcón y me volví sonriente, ya sabía quién era... Alex ... ¡Esperen no es él! Es un hombre alto y musculoso, se acercó a mí con una cínica sonrisa y yo me alejé. Tenía miedo.

-¿Quién eres? -pregunté nerviosa, él levantó las manos en señal de rendición lo que me confundido mucho.

-No temas, niña. Mi nombre es Jack y vengo por Alex. -yo entrecerré los ojos rápidamente ¿Alex? ¿Por qué quiere verlo?

-No... no está aquí. ¿Eres su familiar o algo así? -él río débilmente, esa risa me asustaba. No confiaba mucho en Jack.

-En realidad, él me debe algo... -respondía con los dientes apretados.

-Como me conoces. -pregunté con un poco de valentía, él río al percatarse que mi voz estaba temblorosa.

-Es un secreto, chiquilla. -dijo rodeándome con sus brazos, yo lo empujé bruscamente indignada. Jack al parecer se enfureció. -Escúchame bien, si mañana cuando vuelva, Alex no está aquí. Sufrirán las consecuencias tanto tú como Alex.

Dicho esto, saltó desde la ventana y escuché un peso caerse en seco. Temblé ligeramente y nuevamente la cabeza me martilleaba. ¿Acaso es la semana de entrar a la casa de Ambar por la ventana de su habitación? ¿Quién es ese? ¿Cómo me conoce y como conoce a Alex? ¿Es un asesino como él?

No sabía qué hacer.