Crueles Verdades

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—Es hábil.

—Lo es —concedió Ra's al Ghul.

Sarah se abalanzó como un tigre hacia su oponente. La espada en alto, el cuerpo curveado en un brinco, un semblante feroz. Su adversario soltó su arma ante la precisión de su golpe... con un año de entrenamiento Sarah superaba sus expectativas, podía enfrentarse a los miembros más fuertes de la liga y salir casi victoriosa. Pero no impune,  su talento necesitaba ser afinado.

—Será una gran adquisición a la liga.

Ra's al Ghul se limitó asentir.

No tenía planes de que eso sucediera, pero debía seguir fingiendo que Sarah era su heredera, de otra manera el resto de la liga querría deshacerse de ella, estaba prohibido enseñar aquellos que no tenían en su futuro el deseo de formar parte de la liga.

—Abuelo —Sarah se inclinó respetuosamente frente a él.

—Estas herida —dijo con simpleza a su nieta— ¿Por qué?

—Necesito moverme más rápido, pensar más rápido, tardo mucho en decidir mis ataques —contesto Sarah con honestidad.

—Bien, reconoces tus errores —Ra's al Ghul le tendió una humeante bebida— termina de beber y regresa a entrenar, enfócate en reparar tus fallas.

Sarah asintió. Bajo la gruesa lana de su ropa podía sentir el ardor en sus músculos, músculos que a su edad deberían ser una mera fantasia, pero un año de arduo entrenamiento habían cambiado su constitución física, así como su resistencia. Finalmente toleraba las rigurosas lecciones de su abuelo.

—Señor —llamo quedamente uno de los miembros— se encuentra cerca.

—¿Que tan cerca?

—Solo a unas cuantas  Villas —informó— fue encarcelado esta tarde, por hurto.

—Una condena menor —dijo inexpresivo— le darán unos cuantos meses, la sobrepoblación de la prisión  no permite que su estancia sea mayor.

—¿Órdenes?

—Vigílalo, no intervengas.

—Así lo haré.

Con un gesto Ra's al Ghul le indicó que se marchara. Flexiono sus nudillos, contempló la estancia frente a él sin verla realmente, sus pensamientos vagaban hacia el hombre que de manera indirecta conformaba parte de su familia.

Bruce Wayne, el padre de su nieta... posiblemente el último y único hombre que su hija había amado. Como todo padre sentía la necesidad de estrellar su puño contra su rostro, después de todo no podía olvidar que el sujeto había abandonado a su hija, pero su instinto le demandaba por lo contrario, sin duda Wayne seria de gran utilidad en sus planes.

Sarah no pertenecía a la oscuridad de la liga, su padre por otro lado llenaba los requisitos.

Para qué existen las sombras sino para proteger la luz...  Sarah era esa luz, pura y bella, y en el fondo temía que su esencia pudiera ser corrompida, era por ello que necesitaba dejarla en manos capaces, y aunque su padre llenaba  algunas áreas, para él, el hombre aún carecía del enfoque correcto para cuidar de ella.

—Bien —felicito con una sonrisa intangible— pero recuerda mirar a tu alrededor, Sarah.

Con certera premonición, observó a Sarah resbalar ligeramente, lo suficiente para desequilibrar su siguiente ataque y caer al suelo con un golpe sordo.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2019 ⏰

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Cuando Nuestros Caminos Se Crucen § Hija Bruce WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora