«•𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 001•»

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El cielo se había tornado de color rojizo, dando a entender que el atardecer estaba a punto de caer. Una tarde tranquila sin duda, y el viento meciéndose al compás de las hojas que caían de aquél árbol. Sin embargo, cualquier persona normal podría estar haciendo sus típicas rutinas o pasatiempos, tal vez podrían estar resolviendo asuntos o viviendo su vida normal y aburrida como siempre; pero para los llamados “Guerreros Z”, eso era tan común y corriente que no estarían al tanto de las cosas que suceden en la vida ordinaria de cada persona. En ésta ocasión no era la excepción, ya que se podía ver a una pareja de Saiyajines entrenando en la vieja y famosa montaña “Paoz”.

¿Quiénes son? Seguro es lo que te estás preguntando. No es nada menos que la nieta del famoso Guerrero Saiyajin de clase baja y el primogénito del Príncipe Saiyajin.

Casualmente estaban entrenando para ver qué tanto poder podía alcanzar la joven pelinegra, como la mayoría de sus encuentros en dónde terminaban muy mal. La joven Pan había cambiado desde la última vez que la familia Brief y Son se reunió. Ya no era la misma chiquilla berrinchuda que acompañó a los supuestos viajeros del espacio, ahora tenía 21 años. Sí, había cambiado, y mucho. Ésta joven, ya no era la misma niña que causaba problemas a todos. Había madurado.

¿Y de lo físico? Se preguntarán; y sí, también cambió. Su cabello color azabache era largo, por primera vez en tantos años dejó de cortarlo y ahora le medía hasta la cintura. Su rostro era diferente; ya no tenía la cara de niña traviesa, sino la de una persona inocente. Sus ojos eran grandes y negros, tan profundos que cuando uno los ve, se pregunta a sí mismo qué tantos secretos podría ocultar, sin embargo, eso era un misterio. Su nariz era algo chica y fina. Sus labios eran rosados y tentadores. Tenía la piel blanca como la nieve y también tenía una cintura definida. Su cuerpo resaltaba algunas redondeces, ya que era toda una señorita.

Era simplemente hermosa, pero algo en ella no había cambiado:

«Su pasión por ser más fuerte de lo que ya era.»

Esa pasión, la tenía en su sangre y por eso actualmente entrena con su viejo amigo y compañero de aventuras. Habían dejado de darse golpes, puesto que habían pasado a la siguiente lección: "Meditación", para entrenar la mente y conservar su balance con el físico. La joven pelinegra se sentó y comenzó a meditar, concentrando todo su poder. Podía sentir cómo se relajaba la mente, y podía sentir también cómo su poder fluía, hasta que llegó a cierto punto en el que se cansó y decidió poder hablar para romper ese silencio que la torturaba:

— Brief, te dije que no podía hacerlo.— Habló molesta.

— Y yo te dije que se necesitaba concentrarse.— Respondió el de cabellos color lila como si fuese lo más obvio.

— Ash...— Soltó un suspiro, al mismo tiempo que se acostaba sobre el pasto verde.

— ¿Qué sucede?— Preguntó su amigo.

— Trunks, no puedo hacerlo realmente. ¿Y si no soy lo suficientemente fuerte? No creo poder defender a mi familia si algo sucede.—Dijo con un tono triste y desanimada.— Tendré que rendirme y aceptar mi realidad. No soy fuerte.

El de ojos azules miró con discreción el semblante de la joven, que a diferencia de él no se encontraba sereno. Pensó lo que la azabache le había dicho. De verdad que había cambiado mucho. Se separó de aquél árbol en dónde se encontraba recargado y se sentó junto a ella. Hubo un pequeño silencio cómodo, mientras que una suave brisa los cubría.

— Pequeña Pan...

La pelinegra volteó a verlo, pero no por haberle hablado, sino por cómo le había dicho. Le dedicó un mirada molesta, con ganas de asesinarlo ya que le molestaba que la llamaran así.

||•𝐘𝐨𝐮 & 𝐌𝐞•|| 𝐓𝐫𝐮𝐩𝐚𝐧 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora