«•𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 006•»

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Ambas mujeres habían dejado el restaurante. Necesitaban un lugar privado para hablar, mientras que Pan observaba a cada rato su reloj de mano, ya que se había retrasado para ir a la empresa.

Caminaron hasta llegar a un parque, en dónde ambas fueron a dar en un pequeño kiosco.

Ambas mujeres miraban con detalle el lugar. Era simplemente hermoso, pero lo que en realidad hacía lucirlo así, eran las personas que contagiaban con sus risas, viviendo su vida normal.

Una pareja pasó enfrente de ellas, al parecer eran amigos, pero no cabía duda de que ambos sentían algo más por el otro, ya que sus acciones lo demostraban. Eso despertó cierta curiosidad en Bra.

— ¿Sabes? Decidí no hablar sobre chicos enfrente de Goten, no era el lugar adecuado.— Dijo la mujer peliazul de repente.

— ¿Por qué?— Preguntó Pan confusa.

— Yo... No lo sé... Supongo que hay múltiples razones.— Soltó un suspiro para después continuar.— Goten es un chico lindo, pero sólo lo veo como un amigo... Además, él quizás se pondría sobreprotector conmigo, y digo, ¡Dios! Ya no soy una adolescente. Él podría contárselo a Trunks y a mi padre, y pues, ya los conoces.— Dijo haciendo un ademán con su mano mientras que su amiga solo movía la cabeza aprobando lo que decía.— Serían capaz de encerrarme en una caja de cristal y ponerme en un estante alto para que nadie pueda acercarse a mí. No me dejarían salir con alguien.

— Bueno, eso lo entiendo. Pero yo digo que quizás deberían pasar más tiempo juntos y hablar. A lo mejor y lo que dices no sea verdad, digo, porque ha pasado mucho tiempo y quizás ya no lo conoces como antes.

— Lo sé, pero, no quisiera que algo de lo que digo sucediera.

— Mira, tenga lo que tenga que pasar, lo debes afrontar. Yo te apoyaré en todo, para eso están las amigas.— Dijo poniendo su mano en el hombro de la peliazul.

— Muchas gracias, Pan.— Dijo abrazándola.

— ¿Sabes? Sospecho que hay alguien a quien le gustas...— Dijo con una mirada pícara mientras dejaba de abrazarla.

— ¿Enserio? ¿Quién?— Exclamó sorprendida.

— Oh, lo siento pero ya me tengo que ir, ya se me hizo tarde para llegar a la empresa. ¡Nos vemos, Bra!— Dijo mientras se elevaba por los aires sin importar que las personas la miraban de forma extraña.

— ¡Pan! ¡No me dejes así!— Le gritó molesta.— ¡Ash! Ya se fue... ¡Vaya amiga que tengo! Me las vas a pagar Son Pan.

Bra se fue a su taller algo confusa, ya que no sabía quién era ese chico misterioso del que le habló Pan. Quizás se lo preguntaría después.

Por otro lado, una muchacha pelinegra volaba a toda velocidad hacia la compañía de su padre. Tremendo sermón que le daría. Aunque fuera valiente, la valentía se iba cuando se trataba de su padre.

Trataba de alguna manera no llegar totalmente desarreglada, pero ya era demasiado tarde para remediar ese asunto. Terminó aterrizando en un callejón, y de su bolsillo sacó su celular abriendo la aplicación de cámara para ver su reflejo.

No estaba tan mal, sólo uno que otro cabello despeinado y la ropa algo arrugada. Mentira, era un total desastre, pero no había tiempo para eso, su padre la estaba esperando.

Entro corriendo hacia la recepción y habló con la mujer que se encontraba trabajando ahí.

— Disculpe, quisiera saber si mi padre aún sigo en su oficina.— Dijo apenada, debido al estado en el que se encontraba.

La joven sólo se dedicó a darle una mirada confusa y siguió revisando los papeles para ver si había un registro de su presidente indicando si había salido.

— Déjeme revisar.

— Oh, ¿De casualidad tendrá un cepillo y esas cosas? Ya sabe, para no verme así.— Contestó la pelinegra nerviosa.

— Ehh... Supongo que sí.

La recepcionista sacó un pequeño kit, en dónde adentro tenía el cepillo, un espejo y productos de maquillaje. Pan sólo los tomó mientras se arreglaba.

— Muchas gracias.— Dijo con una sonrisa.— Lo que pasa es que se me hizo tarde y me vine corriendo.

— Ya veo...— Dijo restándole importancia.— Al parecer su padre no ha salido de la compañía, así que es probable que aún se encuentre en su oficina, a menos que se encuentre en una reunión.

— Entiendo.— Dijo colocando el kit en la barra.— Muchas gracias.

— Un placer, señorita Son.

La joven pelinegra se dirigió al elevador y presionó el último botón. Mientras subía, rogaba en sus adentros que su padre no la matara por completo.

Las puertas se abrieron y el verdadero terror comenzó... Su padre estaba frente a ella.

— Son Pan Satán...— Dijo mostrando su enojo.

Lo único que hizo la joven Son fue temblar... Temblar de miedo, pues se podía sentir un aura pesada.

— Hola papá...— Dijo mostrando una sonrisa, pero en ésta sólo se notaba el miedo que ella reflejaba.

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||•𝐘𝐨𝐮 & 𝐌𝐞•|| 𝐓𝐫𝐮𝐩𝐚𝐧 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora