Las horas en la compañía transcurrieron de manera lenta. A nuestra protagonista parecía provocarle una jaqueca tanto papeleo y sin duda, no se había preparado para esto.
Para ella parecía que estuviese en la escuela todavía, porque se encontraba aburrida y con un dolor de cabeza que probablemente la mataría. Se maldecía por no haber prestado atención a la clase de contabilidad, y es que tantos números le quebraban la cabeza.
— Señorita Pan, su padre necesita las cuentas de las inversiones que se hizo para la investigación de ROBOCORP.— Habló su asistente a través del teléfono.
Pan suspiró. No quería ver a su padre ahora. Le había afectado lo que pasó en su oficina. Presionó el botón y habló por el teléfono.
— Avísale que en unos 15 minutos estará listo.
— Sí, Señorita Son.
La joven pelinegra se recargó en su asiento y pasó las manos por su cara por frustración. Ni siquiera se concentraba bien en los papeles y debía estar listo cuánto antes. Además aún no quería estar frente a frente a su progenitor.
Las cosas se le estaban complicando en ese momento y no sabía qué hacer al respecto. Parecía que iba a perder la cabeza en cualquier momento.
— Tsk... — Chasqueó los dientes.— Demonios... ¡Ésto es difícil! ¿Por qué yo me tengo que encargar de esto? Es mejor entrenar que hacer estás cosas. ¡Ni siquiera mi abuelito Goku estudió para ponerse a trabajar en papeleos!— Dijo dando vueltas en su asiento y levantando las manos al aire.— Detesto mi vida.
Empezó a trabajar en cuanto vió la hora. Ya habían pasado 5 minutos y necesitaba entregar eso rápido. Se concentró lo más que pudo y realizó las cuentas pendientes. Terminó su trabajo pero faltaba lo que ahora retumbaba en su mente.
Su padre.
No, no, no. ¡Debía haber otra manera! No debía pisar su oficina una vez más por lo que había sucedido. ¿Qué iba a hacer ahora?
— Señorita Pan, su padre necesita los papeles ahora.— Habló de nuevo su asistente.
Soltó un suspiro. Sólo los entregaría y ya. ¿Qué podría ocurrir? Se levantó de su asiento y atravesó la única puerta que tenía enfrente. Giró la perilla y salió. Observó a la muchacha que era su secretaria, estaba mirándola como lo hacía ella.
— Su padre ne...
— Sí. Lo sé.— Dijo interrumpiendo.— Ahora mismo estoy en eso.
— ¿Prefiere que yo los entregue?— Sugirió la chica.
¡Por Kamisama! ¡Era una gran idea! ¿Cómo no se le ocurrió antes? Pero sin embargo, su padre le encargó esos papeles importantes a ella. No podía dárselos a cualquiera. Diablos, tan cerca estaba de no ver su cara.
— Ehh... No, no. Yo misma se los daré.— Dijo Pan con una mueca.
— ¿Está segura? Digo, por la discusión de ésta tarde supuse que tal vez no le gustaría hablar con su padre.— Dijo de manera amable.
— Sí. Además, creo que no puedo estar enojada toda la vida. Trataré de hacer las pases.
— De acuerdo.— Dijo con una sonrisa.— Su padre la está esperando en su oficina.
— De todos modos, gracias.
— De nada.
Pan caminó por todo el pasillo hasta llegar a la puerta de su padre. Se iba a retractar en cuanto se paró frente a ésta. Iba a girar la perilla pero su padre ya estaba frente a ella.
Pan cerró los ojos por inercia y esperó de alguna manera hallar la forma de salir corriendo de ahí. Parecía tan infantil verla de esa forma, pero era justo lo que ella quería hacer. Ya no había modo de retractarse.
— ¿Ya están las cuentas?— Dijo su padre observándola.
Ella se decepcionó un poco. Por primera vez en su vida pensó que su padre se iba a disculpar con ella en vez de darle prioridad a los papeles. Tal vez el trabajo le importaba más que nada en el mundo.
— ¿Pan?— Dijo sacándola de sus pensamientos.
— Ehh... Sí. Aquí están.— Dijo entregándole las hojas.
— Siempre debes de llevarlas en una carpeta. Así se podría arrugar.— Dijo mientras las recibía.
Pan miró hacia otro lado. ¿Cómo era posible que se preocupara por el estado de las hojas y no por el estado de su hija? Le llenó de coraje al pensar en eso, casi al punto de llorar.
Gohan miró a su primogénita y observó su mano hecha un puño. Se estaba apretando con fuerza a tal grado de lastimarse con sus propias uñas y sangrar. Sintió el ki de su hija elevarse, pero de algún modo lo trataba de controlar.
— Pan...— Habló una vez más.
Ella suspiró y controló su ira. Ni siquiera le volteó a verle.
— Hey, te estás lastimando.
— Eso no me interesa. Me voy a mi oficina.— Dijo dándole la espalda.— Si necesitas algo, díselo a mi asistente.
Los tacones sonaban a cada paso que daba mientras se alejaba de su padre. Aquello no era justo. De manera apresurada se dirigió al elevador.
— Señorita Son...— Habló su secretaria acercándose.
— Ahorita no, Ellen.— Dijo la pelinegra antes de cerrarse las puertas del ascensor.
Sintió unas imensas ganas de llorar. No quería verse derrotada ahí mismo. Necesitaba un lugar privado. Una lágrima recorrió su mejilla.
¡¿Por qué demonios su padre no hacía nada al respecto?! Se quitó la lágrima que le estorbaban y miró sus manos. Vió las marcas que habían hecho sus uñas. Estaba sangrado. ¿Cómo fue que se había hecho daño? Ah, estaba muy enojada.
Los números fueron descendiendo al nivel indicado. Las puertas se abrieron y ella salió rumbo al baño. Se encerró en una de las primeras puertas que vió. Empezó a llorar de manera silenciosa, tratando que las demás mujeres que se encontraban por ahí no la escucharan.
¿Por qué le pasaba eso a ella?
— Disculpe señorita, ¿Le pasa algo?— Habló una de las empleadas.
— Ehh... No, no realmente.— Dijo Pan mintiendo.— Sólo estoy en mi periodo y... Acabo de leer un libro romántico... Ya sabes, cosas de mujeres.
— ¡Oh, cierto! ¿Necesitas algo? ¿Toallas o chocolate?— Dijo la chica a través de la puerta.
— No, muchas gracias.— Habló Pan.
— De acuerdo.
Pan lloró lo necesario, pero no debía tardar ya que se supone que debía trabajar. Lo personal no debe relacionarse con lo laboral. Salió de ahí y se miró al espejo. No tenía un buen rostro. Trató de arreglarse lo más que pudo para tener un buen aspecto, pero sus ojos hinchados la delataban.
Salió del baño y se dirigió de nuevo al elevador. Suspiró de cansancio. Quería hablar de lo sucedido con alguien. ¿Y quién mejor para dar consejos que Trunks? Le llamaría más tarde.
Salió del ascensor y se dirigió a su oficina. Quizás debía concentrarse en su trabajo que en su propio padre, aunque le dolía hacer las cosas de esa manera. Pero quizás algún día haría las pases con su padre, sólo si éste ponía de su parte, claro.
«•𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 008•»
«•1135 𝐏𝐀𝐋𝐀𝐁𝐑𝐀𝐒•»
«•𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑: 𝐴𝑅𝐸𝐿𝑌 𝑉𝐼𝑁𝐴𝐿𝐴𝑌•»
ESTÁS LEYENDO
||•𝐘𝐨𝐮 & 𝐌𝐞•|| 𝐓𝐫𝐮𝐩𝐚𝐧 ||
FanficDos jóvenes, un destino. ¿Qué ocurrirá con ellos? Son Pan Satán, nieta del famoso Guerrero Saiyajin. Trunks Brief, hijo del Príncipe Saiyajin. Ambos se vuelven a encontrar después de tantos años sin que ambas familias se reunieran. Juntos pasan por...