Sebastián Piñera:
Han pasado casi tres meses desde el accidente de Karol.
El chico zorro se volvió un episodio pasado de mi vida, y retomé el control de la misma.Le ordené a Karol que dejara el país. Creo que se fue a Argentina.
Ahora, sin él aquí, los rusos no serían un problema.
Incluso las protestas deberían parar.El motivo, es un poco más complejo de lo que me gustaría.
Todo empezó en el tercer mandato de Pinocho, el 17 de abril de 1987.
Mi querido amigo, el gran, honorable y admirable Fernando Lucero, engendró a un niño junto a su hermosa esposa; Nancy Venegas.
Y nació un ángel.
Y terminó siendo mi ahijado.
Un bebé hermoso, de ojos puros con una vida hermosa por delante.
Es una pena que yo la haya arruinado, a pesar de ser su padrino.Los rusos, deseaban la belleza de mi ahijado Karol.
Hice todo lo posible para protegerlo como su padrino.
Lloré, grité, luché, sangré.
Aún recuerdo a Fernando, sosteniendo a mi regalito del cielo entre sus brazos.
Entre sollozos, con los ojos hinchados y la cara húmeda, decía;
-Déjalo, Sebastián. No hay nada que podamos hacer.
-¡Pero debe haber algo que podamos darles! - decía Nancy.
-No, ¿Qué podría Rusia querer de nosotros? No tenemos nada que les sirva. Nada que prefieran antes que nuestro bebé.-¡Ahí está! ¡Lucero, eres un genio! - recuerdo haber gritado. Su lúgubre mirada dejo escapar un leve destello de esperanza -, ¡No tenemos nada que quieran, es decir, no tenemos lo que quieren!
-¿A qué quieres llegar? - Me interrumpió Fernando.
-No tenemos suficiente dinero para darle a Rusia. Y han valuado su vida en ochomilbillones de dólares.
-Cantidad que no tendremos y jamás lo haremos.
-Pero les prometeremos tenerlo para 2019. De veras, necesito pagarles. Sacaré todo eso de los impuestos de los chilenos o algo así. Pero no puedo soportar la idea de vivir sin la sonrisa de Karolín - lo apunté con el dedo, y, como si me hubiera entendido, soltó una tierna risita, que era lo suficientemente hermosa como para ablandar a un ejército de nazis completo.
-Sebastián - dijo Nancy -, eres un hijo de puta. Eres un ladrón de mierda. Pero... Te lo agradezco, Piñera ladrón - y entonces, Nancy fue la primera persona en decirme así. Y me endeudé más que nunca.Por eso, me propuse ser presidente.
Para robar.
Y lo logré.
Como sólo la primera vez no fue suficiente, me postulé una segunda vez.Y volví a salir presidente.
La gente me amaba, creanlo o no.Las protestas, las manifestaciones y evaciones, no eran más que obra de los rusos.
Había llegado 2019 y aún no tenía el dinero, por lo que engañaron a las masas y las persuadieron para todo esto.
Pero en realidad, era porque querían que yo saldara la deuda.La gente creía que pedía educación gratuita y de calidad, creían que pedían que se acabara el AFP, creían que pedían subir el sueldo mínimo, creían que pedían bajar la dieta parlamentaria, creían que pedían solucionar las huevadas de la soquimich, creían que pedían bajar el número de parlamentarios, y muchas cosas más.
Pero lo que en verdad pedían, era que yo pagara la deuda.
O entregara a Karol Dance, pero eso jamás se daría.Pero ahí no se acaba todo.
Oh, no, ahí no se acaba todo.
Es más turbio de lo que creen.
Tanto, que me avergüenzo de ello.Karol nunca supo que yo era su padrino, sí, es verdad.
Pero, yo le hice algo terrible.¿Podría seguir viviendo conmigo mismo un segundo más, sabiendo el daño que le hice?
¿Nancy y Fernando seguirían aceptándome como amigo?
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Estaba en mi oficina.
A duras penas entraba una franja de luz a través de las cortinas que se cerraban a mi espalda.
Habían botellas de alcohol vacías repartidas por la cámara.
-Qué patético soy - pensaba, cuando un ruido tosco rompió el silencio.
Tocaron la puerta -. Pase -, dije indiferente.
-My prishli iskat' mal'chika. Zdes' i seychas my etogo khotim. My ne dadim vam bol'she vremeni, etogo dostatochno - Dijo la persona que entró, empezando incluso antes de poner un pie en la habitación. El mismo ruso del otro día estaba ahí.
Lo que me había dicho, era, que se me había acabado el tiempo y quería al niño ahora.
-Oh, sí, perdón por no haberles pagado.
-My bol'she ne khotim deneg! Vy zanyali mnogo vremeni! My lyubim rebenka! - era curioso que él me hablara en ruso y yo en español, y aún así nos entendíamos perfecto.
Esta vez me dijo que ya no quería el dinero, quería a Karol.
-Sí, llévenselo. No estoy seguro de dónde está, pero háganlo si tanto lo desean.El hombre se desconcertó.
-C... chto? Cherez stol'ko vremeni ... Ty tak legko ostavlyayesh' eto? - Dijo tartamudeando.
Básicamente preguntó por qué, tras tanto tiempo de pelea, se los dejaba tan fácil.
-Curioso, no? - Dije, tranquilo -. Pasamos toda nuestra vida aborreciendo la complejidad. Y cuando nuestra existencia al fin se torna fácil, se vuelve aburrido y desconcertante. Supongo que su aventura se acabó. Y ahora, ¿Qué? ¿Van a descansar? No, ¿cierto? Entonces; ¿Por qué ansiar tanto llegar al final de algo, si otra cosa comenzará luego? - El hombre entornó los ojos -. Todos morimos con el paso de los años, ¿no? Entonces, por qué esperar el final del día, pero temerle a la muerte?
-YA ne ponimayu ... Chto ty imeyesh' v vidu? - Dijo con voz temblorosa y asustada, como si mi tono confidente lo hubiera amenazado.
-No le temas a tu muerte, mi compañero, mi camarada.
-Huh? - tartamudeó.Y entonces, mi fiel amigo Fernando Lucero se le lanzó desde atrás hacia el cuello, haciéndolo caer.
Los dos estaban revolcándose en el suelo, el Feña ahorcándolo.Tras un rato, las arcadas del ruso cesaron y Lucero se levantó.
Había matado al ruso.Fernando Lucero:
Nunca había matado a un ser humano.
Había acabado con la vida de algún que otro bicho. Pero nunca con la de alguien de mi misma especie.-Gracias, Fernando - dijo Sebastián -. Siempre puedo contar contigo.
Me miré las manos.
Luego analicé el cadáver.
Mi cuerpo temblaba completo.
Pero lo que hice, había valido la pena.
No lo hice por mi amigo Sebastián, no.
Lo hice por mi hijo.
Mierda, la historia de mi hijo y la relación con su padrino es verdaderamente triste.Los rusos no dejaban que ambos se juntaran hasta que Piñera tuviera el dinero.
Pero no entendía el plan actual del Seba.
¿Qué planeaba? ¿Exterminar a todos los rusos?
Y entonces, ¿Para qué envió a mi hijo a Argentina?
Le hice saber mi estado de curiosidad:
-¿Qué harás ahora, Sebastián?
-Huir, querido amigo.
-¿Qué? - no le entendí.
-Ya hice el papeleo suficiente - por primera vez, la voz de Sebastián no sonaba segura.
Él, tenía miedo.
-¿A dónde irás, compañero?
-Verás, Fernando - hizo una pausa -. Nunca he podido estar con mi ahijado como tal. Y nadie sabe que soy su padrino aparte de nosotros y Nancy. Creo que ya es hora de abrazarlo como lo merece.
-¿Te vas a Argentina sólo para ver a Karol? - ¿De qué estupidez estaba hablando Sebastián?
-Sí. Dejaré mi labor de presidente. Pero no diré nada. Voy a huir. La gente pensará que desaparecí y llamarán a unas nuevas elecciones.Se levantó de su asiento para dejar la habitación, con una oscura mirada.
Al pasar por mi lado, me susurró:
-Espero que puedas perdonarme por lo que hice.¿De qué hablaba? ¿Qué había hecho?
Antes que pudiera preguntarle, yo ya estaba sólo en la habitación, con un cadáver.
Sebastián me había dado un papel con los procedimientos para deshacerme de él.
Aunque me repugnaba hacerlo.
Vomité.Genial, ahora tenía más cosas que limpiar.
El olor inundó la habitación.
Comenzaba a marearme.
Mierda, yo era un puto asesino.
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Tras un rato, me había deshecho del muerto.Sebastián Piñera:
Estaría mintiendo si dijera que no estaba nervioso.
Dejar Chile era algo que nunca me había propuesto.
Ni siquiera se lo había comentado a mi familia.Estaba dejando a María Cecilia atrás.
Pero, no importaba.
El chico zorro me hizo darme cuenta que yo ya no la amaba.Me fui a Argentina vestido igual que el zorro azul, para que nadie me distinguiera
Todo pasó muy rápido pensando en Karol.
Una vez en Argentina, me acerqué al café más cercano.
Y curiosamente, ahí estaba.
El chico al que yo más amaba, se encontraba ahí.Karol.
Pero no estaba sólo.
Lo que era normal, o lo hubiera sido, de no ser por quién estaba junto a él.
Una de sus viejas conocidas (Sí, gracias a la televisión me había enterado bastante de su vida).
Entonces, decidí no interferir.
Y lo miré de lejos.Porque mi ahijado, estaba siendo acompañado por Natalia Rodríguez.
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Chúpalo Karol Dance // Una historia de DegeneraPresident
Storie d'amoreKarol y Sebastián están pasando por un momento difícil. Por una parte, Lucero no puede más con el bullyng. Su familia se ve sumamente afectada, y, tras ver cómo todos sus seres queridos se alejan de él, siente que no hay nada en lo que apoyarse. De...