VI

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Lucía

Hoy era domingo, lo que significaba que salía con Ángela y sus "hermanos" para conocer a más gente. Llevaba dos días en Irlanda y estaba muy contenta. Aún recuerdo el día anterior a la partida, llorando como una posesa abrazando a mi madre y a mi padre. Incluso a mi hermano. Seguía echándolos de menos, pero con la familia que me había tocado lo llevaba bien.

Además, había una chica alemana de mi edad que se iba a quedar tres meses, como yo. Se llamaba Alina y le encantaba dar abrazos, cosa que a mí no me hacía mucha gracia porque odio los abrazos. Y no, no soy una amargada antisocial. Simplemente no me gustaba mucho el contacto físico.

Como todavía no había empezado el frío podía permitirme ir sólo con una chaqueta como abrigo, así que podía conjuntar bien. Me puse unas mayas negras, una camiseta blanca holgada con el logo de Hollister en negro que dejaba ver un poco el ombligo, una chaqueta gris y mis adoradas Vans negras. No me maquillé, me daba demasiada pereza buscar dónde había puesto todo. Que a mí a vaga no me gana nadie.

Bajé las escaleras ya arreglada y me despedí de Liz y Jim. Ellos me dijeron que podría volver a la hora que quiera, no muy tarde y que si necesitaba algo que les llamase con el teléfono prehistórico que me habían dejado. Enserio, era un Nokia de esos con teclado enano y que lo único bueno que tienen es el tetris o el Snake. Los de nuevas generaciones no lo entendrían, creedme.

Con mi super iPhone 6 nueva generación (nótese el sarcasmo) llamé al número que me había dado Ángela para preguntar si ya había salido.

- ¿Si? - respondió una voz al tercer tono.

- ¿Ángela?

- Oh, ahora te la paso, espera - se oyeron unos golpes y después un chillo - ¡Ángela!

Me reí.

- Ahora viene. Por cierto, soy Bambi.

- Encantada, soy Lucía.

- Lo mismo digo. Espera, que ya ha llegado Ángela.

Ecuché como Bambi hablaba con Ángela y luego una respiración.

- ¿Lucía?

Respiré aliviada. Al fin alguien que pronuncia mi nombre con la ce, dios.

- Sí, soy yo. ¿Qué tal todo?

- Genial, de verdad - respondió Ángela entusiasmada - adoro la familia que me ha tocado. De hecho, hoy conocerás a mis dos hermanos. ¿Y tú?

- Yo igual, son estupendos. Además tengo una alemana en casa que también se va a quedar.

- ¡Qué bien! ¿Sabes si...? Espera un segundo - Ángela se paró a escuchar algo que se oía de fondo - ¡Sí, yo ya estoy! Vale, salimos ahora de casa hacia el parque.

- Perfecto, yo estoy yendo ya. Espero no perderme - añadí medio en broma.

Ángela rió al otro lado de la línea.

Menos mal que yo tengo guías. ¡Nos vemos en nada! 

- ¡Adiós! - me despedí.

Colgué y seguí caminando según las instrucciones que me había dado mi Host family. Era fácil llegar al parque desde mi casa. Por lo que me habían dicho, sólo tenía que bajar una cuesta, pasar por la Comunity Scool y cruzar un semáforo. 

Al poco rato ya estaba en el semáforo, que estaba situado justo en frente del parque.Lo que no me esperaba es que el parque fuera tan grande. Para encontrar gente aquí, mal.

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