Besos y sorpresa

213 23 2
                                    

Era una noche realmente hermosa, la luz de la luna alumbraba los cuerpos de aquellos amantes en pleno acto de amor. En aquella humilde cama que no era ni tan grande ni tan pequeña, sino que tenía el tamaño perfecto, se encontraba la pareja dispareja más peculiar de Ikebukuro.

Solo besos se escuchaban en aquella oscura habitación. Era música relajante para ambos ya que la música más "pesada" había ya parado de sonar en aquella cama que rechinaba bastante hace momentos atrás y que sus gemidos también acompañaban a la perfección, los del azabache eran más fuertes y agudos que los del rubio que solo se limitaba a complacer a su pareja.

Agotados de una buena reconciliación, se encontraban ambos abrazados mirando hacia la ventana que dejaba pasar la gélida luz azul de la luna. Ambos se encontraban en una paz infinita, ya no estaban tristes o sentían enojo. Se sentían completos cuando estaban juntos.


-¿Te duele algo, amor? -preguntó el rubio mientras besaba el hombro suave del azabache

-Me siento estupendo -dijo dando una pequeña sonrisa audible y aferrándose más a los fuertes brazos de su bestia que lo tenía en un gran abrazo.


Estaban cansados, sus cuerpos lo estaban, sus labios de tanto besarse lo estaban y sus parpados les pesaban. El sueño se aproximaba y así, abrazados, aferrados el uno al otro cerraron los ojos y el dulce sueño al fin llegó a ellos.


             ✦  ✧ ✦ ✧ ✦ ✧

               ✦ ✦  ✧ ✦ ✧

                ✦ ✧ ✦ ✧

                 ✧ ✦ ✧

                  ✦ ✧

                    ✧


Un dorado azabache y rubio se encontraban en la pequeña habitación durmiendo. Eran dorados porque la luz del sol les pegaba hasta la mitad de sus cuerpos que estaban como dios los trajo al mundo.

Un quejido salió de la boca del pelinegro y sus parpados se apretaron.

-Maldito sol -dijo para luego ponerse de espaladas a la ventana y posicionar su cara en el pecho del más grande.

Aquella narisita respirado sobre su pecho hizo cosquillas al rubio. Shizuo se alejaba hacia atrás pero Izaya apretaba y acercaba más su rostro al pecho cálido del ex barman, probocandole así cosquillas.

Las risas terminaron de despertar al de ojos carmín y entonces este decidió pellizcar la nariz del rubio. Las risas de este parecían ahora de un cerdito, esto hizo reír a Izaya mientras miraba al cerdito de su novio que seguía riendo.

-Buenos días, Izaya -decía mientras se quitaba la mano de este de su nariz y besaba su frente.

-Buenos días oinc oinc -decía imitando a un cerdito. Esto solo hizo que se miraran por un segundo y luego explotaran de la risa.

Risas y besos fueron su despertar. Shizuo besó en los labios a Izaya y se fue al baño y luego se dispuso a hacer el desayuno. El azabache por su parte decidió quedarse un rato más en aquellas suaves sabanas que desprendían el aroma de ambos.

-Esto se siente taaaaan bien -pensó el informante mientras abrazaba una almohada. 

Luego de varios minutos el azabache fue hacia la pequeña sala donde se encontraba Shizuo sirviendo una taza de té y la otra tenía leche que esa era obviamente para él. Había también bollos de cereza, un postre que ambos amaban.

-Ven, vamos a desayunar -dijo el rubio a penas lo vio

-¿Cuando compraste los bollos de cereza?

-Lo hice antes de traerte en la noche.

-Lo tenías todo planeado, ¿verdad? -decía con una sonrisa picara mientras se sentaba frente al más fuerte.

-Bueno, si no querías venirte conmigo entonces te secuestraba.

-¿Ah, si? 

-Si

Ambos iban acercando sus rostros hasta que terminaron besándose. Si algo era seguro es que nunca se cansarían de hacerlo. Se besuqueaban mientras ambos disfrutaban los labios del otro; Izaya lo besaba dulcemente pero Shizuo como lo bestia que era, quería más. Se arrojó encima del más pequeño y empezó a besarlo por todo el rostro, besaba y mordía sus cachetes, nariz y mentón.

-Ya basta, bestia!! -decía entre risas desesperadas ya que aquellas mordiditas le hacían algo de cosquillas.

Shizuo vio el cuello del azabache y pudo ver la obra de arte que sus labios habían dejado la noche anterior. Aquella piel tan blanca marcada por pequeñas mordidas y chupones que él se encargó de dejar ahí. Empezó a besar las marcas.

-Ni se te ocurra dejar más marcas, Shizu chan -decía mientras ponía una mano en la boca de su amante para pararlo.

-Solo quiero besarlas suavemente -dijo dando aquella sonrisa dulce que Izaya adoraba.

El azabache no pudo negarse y acarició sus dorados cabellos para indicarle que le daba permiso y así lo hizo. Mientras estaban sumergidos en su mundo de besos no pudieron darse cuenta de que el teléfono del rubio sonaba. Era un mensaje de Kasuka diciendo que pasaría por allí a recoger algunas cosas. El rubio unos día atrás había hablado con su hermano que podía ir a su casa y ese día era justamente hoy.

Shizuo no se dio cuenta de que su hermano estaba a punto de entrar a la casa, él estaba revolcado en el suelo con Izaya besándose. Kasuka introdujo la llave en la cerradura de la puerta principal y entonces fue en ese momento cuando Izaya salió de su trance y apartó al rubio bruscamente.

-¿Qué te pasa tan de repente? -dijo sorprendido el de ojos miel.

-Alguien viene...

Y fue en ese momento cuando Kasuka abrió la puerta y entró a la sala, la cara de Shizuo era de máxima sorpresa.

-Nii san... ¿Qué estas...


Continuara~


Hola! es la primera vez que hablo por acá! solo quería decir que quería escribir algo dulce pero me salió lo dramático al final. Esto se pondrá bueno! Denme una estrellita si les gustó ;-; vamos.

Forever Shizaya!!! el fandom está algo muerto pero estas historias jamás lo estarán >o</

Nadie tiene que saberlo~  (Shizaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora