Paraíso en la ducha

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Dormir toda la noche en una silla giratoria era la peor idea. Su espalda lo estaba matando y su cuello dolía, pero la mueca de malestar en su rostro se convirtió en una sonrisa cuando vio el semblante adormilado de su bestia. Se veía tan pacifico mientras babeaba, Izaya solo podía contemplarlo y sonreír. Ambos durmieron en la misma silla, es por esa razón que cuando el azabache se levantaba de arriba de Shizuo, la silla de cuero delató su escape haciendo un ruido a causa de la fricción. El rubio en ese instante abrió de inmediato sus ojos.

-Izaya...?

El azabache besó su frente para luego darle los buenos días. Mientras bostezaba se dirigía a la ducha, sacándose prendas de vestir en el camino a esta. El rubio de inmediato entendió la invitación de su amante y entraron juntos a la ducha. Un placentero y cálido baño levantó sus ánimos esa mañana y "algo más" también se levantó en ellos.

-Ey, pulga. Anoche nos dormimos rápido -dijo mientras se enjabonaba el cuerpo

-Ah, si... me duele todo -la lluvia recorría su hermosa espalda, dando una vista de la más hermosa cascada

-Eres tan tentador...

-¿Disculpa?

-Te estoy diciendo que me excitas -se acercó por detrás de Izaya juntando su pelvis con el trasero desnudo del informante.

En ese instante, Izaya pudo sentir la hombría caliente y palpitante de su amante. Su corazón latía a mil cada vez que el rubio hacia este tipo de cosas tan de repente. Un rubor intenso se apoderó del rostro del más pequeño y la temperatura empezó a aumentar en ambos cuerpos.

El azabache podía sentir la cálida respiración de su pareja en su cuello, eso hacia que le erizara la piel y que un gemido escapara de sus labios. Todo su delicado cuerpo esperaba que su bestia lo embistiera de la manera más ruda y salvaje posible. Fue en ese instante que subió sus caderas y empezó a frotar su trasero con la dura hombría de Shizuo.

-Ahhh, tan caliente~ -decía mientras se frotaba deliciosamente

 El informante estaba entre la pared y el gran pene de Shizuo. Ponía sus manos en las resbaladizas baldosas y su trasero en el duro y caliente pene de su bestia. Era tanta la excitación del azabache que empezó a masturbarse y a soltar gemidos cada vez más fuertes y tentadores para el rubio.

El exbarman no se quedó atrás sin hacer nada, más bien tomó las caderas de Izaya e introdujo su miembro entre las lisas piernas de este. Empezó a masturbarse entre las piernas de su pulga, entraba y salía haciendo que el más pequeño temblara. Entre gemidos y jadeos, el rubio empezó a masajear los rosados pezones del azabache haciendo que este levante más su trasero a causa de ello.

-Ahh... si... shizu... mhhh...ahh...

El rubio no pudo resistirse más a ese juego previo y comenzó a entrar lentamente dentro de Izaya. Su interior era tan apretado y caliente que se le escapó un grave gemido, mientras entraba lenta y tentadoramente, comenzó a besar la espalda del pelinegro .

-Ahhh~... mhhh... vamos, entra de una vez - dijo para luego empujar bruscamente sus caderas contra el pene de su amante.

Entró toda tan de repente que ambos gimieron de placer, el más fuerte no se resistió y dio la primera embestida haciendo que los pies de Izaya se elevaran.

-Ay! ahhh... ahhh... más fuerte...

En ese momento las embestidas comenzaron su vaivén y el atrevido sonido llenaba aquella ducha haciendo eco de aquellas penetradas y suspiros continuos. Todo era tan placentero para ambos, Izaya gemía y Shizuo seguía penetrándolo una y otra y otra vez. Shizuo se lo hacia demasiado fuerte que al azabache se le resbalaban las manos de aquella mojada pared.

Nadie tiene que saberlo~  (Shizaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora