Superaremos esto juntos

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Todo a su alrededor estaba tranquilo, las luces apagadas daban la sensación de tranquilidad que él quería luego de trabajar llevando y vendiendo información. Es un trabajo duro, pues algunos no confían en Izaya, su reputación de informante se expande por todo japón, ese que vende su información a cualquiera que tenga una buena suma de dinero. Aquí no existían los buenos amigos, si los buenos clientes.

El azabache se encontraba en paz, relajado en su silla giratoria mirando las luces nocturnas de Shinjuku a través de su gran ventanal. Se veía todo tan pequeño y luminoso, él se sentía un rey. Sus parpados empezaban a cerrarse hasta que ... un ruido seco como de un buen portazo se escuchó haciéndole abrir los ojos del susto.

-Izaya!!! ya llegué!!! -gritaba felizmente el rubio cerrando la puerta mientras se adentraba

Al entrar se encontró todo el lugar silencioso y oscuro, pensó que Izaya quizás no estaba pero descartó esa idea cuando vio a su pequeño amante girarse de la silla para verlo con una cara de pocos amigos. Nadie se levanta de buen humor cuando lo despiertan, mucho menos el azabache.

-¿Te mataría no gritar tanto? creo que me rompiste los tímpanos -decía para acabar con un bostezo

El exbarman se acercó hasta él y depositó un suave beso en su mejilla, mejor dicho varios besos por toda su cara adormilada. Izaya no sabía si dormirse nuevamente ya que los besos de su bestia eran cálidos y suaves, el cansancio y los besos de Shizuo lo derrotaban.

Todo estaba bien, se sentían bien... pero el rubio lo descolocó al tomar su rostro y llamarlo seriamente.

-Izaya... tenemos que hablar.

En ese momento Izaya se preocupó, temió lo peor. Pensó que algo malo iba a ocurrir al escuchar la voz seria de su bestia, temió perderlo en ese instante.

-Shi... shizuo ¿qué pasa? -dijo preocupado y tomando las mejillas del contrario en un intento de tranquilizarse.

-Esto será difícil, pero lo superaremos juntos ¿de acuerdo? -en ese momento sintió como los dedos de su amante se tensaban en su rostro.

-¿Qu... qué quieres decir con eso? me estás asustando Shizu chan...

-Mira, no sé como decirlo pero... será mejor ahora que nunca.

El silencio se volvió insoportable y los ojos de Shizuo clavados en el informante hacían que su pequeño cuerpo temblara ante esa situación. Temía lo peor... y cuando ya no quería sufrir más ante ese silencio, el azabache habló.

-¿Tu... tu quieres ... hic... romper conmigo? -soltó en lagrimas el de ojos carmín. Esto hizo sorprender al rubio que abrió los ojos como platos.

-¿QUE? ¡JAMÁS TE PEDIRÍA ALGO COMO ESO, PULGA! -dijo todo exaltado mientras abrazaba a su informante.

Mientras el rubio lo llenaba de besos de disculpas, porque así era la bestia, ante cualquier situación había besos para la ocasión, Izaya decidió apartarlo despacio y exigiéndole con su mirada que le de una explicación por tal escándalo.

-Perdóname, no quería que pienses esas cosas -apoyó su frente con la del contrario, sintiendo su respiración.

-¿Entonces por qué empezaste de esa manera? Me das a entender lo peor... idiota.

-Hmm... es porque esto es serio y difícil -decía mientras limpiaba las lagrimas de su amante con su pulgar.

-¿Ves? ahí vas de nuevo con toda esa mierda preocupante! ¿qué sucede? dime y no me hagas mal con tanta espera... Shizu chan... dímelo.

Nadie tiene que saberlo~  (Shizaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora