Como lo dice el titulo, esto es mas un pensamiento que un escrito. Es muy personal y se los comparto, luego de mucho tiempo sin estar por aquí.
Yo desde pequeña he sido muy creyente en Dios, pueden creerme que fue algo muy mío. No porque mi mamá o alguien de mi familia me obligara o llevara a una iglesia todos los domingos. De hecho siempre le pedía por mi cuenta a mi mamá que me dejara ir a una escuelita dominical cercana a mi casa, tendría unos 7 años cuando eso.
No puedo decirlo con palabras exactas, pero siempre me sentí atraída a ese personaje controversial para muchos, a ese personaje de "paz y amor" como algunos lo ven, a ese que hoy por hoy es para millones la personificación del amor.
Que les voy a mentir y decir que escuche su voz audible, que estuvo visiblemente frente a mi o algo por el estilo ¡No! Simplemente estaba dentro de mi ese sentir hacia Jesús.
No fue hasta los primeros días del mes de febrero de 2015 que tuve un verdadero encuentro con Él. A partir de ese momento decidí caminar con El, empecé a llamarme Cristiana. A servir a la iglesia, a evangelizar y todo lo que implica estar en un ministerio dentro de una iglesia.
Hoy por hoy, honestamente les digo que no estoy siendo consecuente en la iglesia, realmente no soy ni la sombra de lo que fui hace 3 años atrás. Realmente la situación país es una locura y aunque sé que está mal y no es excusa, el tener que incluso tener dos empleos, trabajar lunes a lunes, salir a las 8 am y llegar a las 9 pm todos los días a tu casa para poder comprar comida, el enfermarte y tener que gastar lo poco que ahorras en medicina, es fatal...
Sé que con el párrafo anterior no me estoy viendo como una mujer de fe, mucho menos estoy "recordando" las promesas de Dios para mi vida, de esas que habla su palabra. Porque realmente esto es una autorreflexión para mí y jóvenes que están situaciones similares a la mía.
Yo he estado en dos posiciones, en la primera cuando tuve mi encuentro con Dios me apasione tanto por las cosas de la iglesia, que incluso llegaba hasta de media noche a mi casa, en los ensayos para los congresos, en todo lo que implica servir en la iglesia. Tal fue mi pasión de servicio, que mi relación con la novia (la iglesia) estaba muy cuidada, la valoraba muchísimo... Pero en toda esa hermosa pasión, había dejado en el olvido mi relación con el novio (Jesús). Había dejado de orar, de tener intimidad con Dios, esa conexión la deje en el abandono en mi esmero como servidora en la iglesia.
La segunda, es en la que actualmente me encuentro. No asisto mucho a la iglesia, no participo en las actividades de la misma, yo creo que los miembros de la iglesia casi me ven como nueva creyente cuando asisto jajaja. No está bien que dejemos de congregarnos, es necesario y justo que lo hagamos, es esencial servir en la iglesia, uno crece mucho como persona, espiritualmente... Ayuda a formar nuestro carácter. No he perdido mi conexión con Dios, de hecho me he fortalecido mucho en El, en situaciones fuertes que he pasado, que solo Dios y algunas personas conocen. El sigue diciéndome a través de su santo Espíritu que está bien y que no, sigue hablándome y cada día que pasa me hace sentir más necesitada de el
Realmente debemos mantener nuestra dependencia de Dios.
Me gustaría saber si alguno se ha sentido como yo.
Gracias♥
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Diario De Una Cristiana®
Espiritual"No sé de nadie que haya hecho más por la humanidad que Jesús. De hecho, no encuentro nada malo en el cristianismo. Pero entonces añadió: El problema está en ustedes los cristianos, pues no viven en conformidad con lo que enseñan" ―...