Todo Royal Woods estaba lleno de furor, debido a que posiblemente habría dos o más chicas para representar a su país en los juegos olímpicos, aun cuando todo el pueblo estaba emocionado, existían sus excepciones. Había chicas que habían tenido la desdicha de competir contra LJ, ocasionando que no quisiera volver a competir si ella estuviera presente. Algunas eran sus amigas o compañeras de equipo, otras preferían evitar conflictos, debido a que ya habían tenido fuertes confrontamientos con la deportista de la familia Loud, tal es el caso que cuando Maggie se enteró de que habría competencias, prefirió no inscribirse, no quería tener que patearle el trasero a la "tabla", como ella la llamaba, ya que desde que por culpa de LJ la sacaron del equipo, se prometió a si misma que si la volvía a ver de frente, no se contendría, ni en competencia ni al enfrentarse a los golpes, claro, si se llegaba a dar el caso.
Maggie se encontraba en su casa viendo un programa un tanto interesante, siendo este, Lucifer, pero lamentablemente, su disfrute fue interrumpido cuando automóvil paso con altoparlantes anunciando que en dos días llegaría la competencia, que podía darle la oportunidad a alunas señoritas de representar a su país y "Bla, bla, bla" fue lo que pensó Maggie, al escuchar al auto, lo cual la puso furiosa, ya que estaba harta de que cada que habían anuncios en la radio o hasta en internet, mencionaban dicha competencia, el único lugar que parecía no importarle en absoluto dicho acontecimiento, era el café, y como casi siempre se la pasaba ahí, debido a que sus padres siempre estaban ocupados, pues que mejor que ir donde se siente muy cómoda, incluso más que su propio hogar.
Ella se puso ropa un poco más cómoda y se dispuso a salir, pero por alguna razón, sintió que le faltaba un ligero toque de maquillaje, por lo que fue a su alcoba nuevamente, se colocó un ligero toque de labial "crepúsculo carmesí oscuro", según el labial que su madre le regalo en uno de sus cumpleaños, solo lo había ocupado una vez, le gusto el color, pero no veía razón especial para usarlo, no hasta ahora que decidió usarlo, además de que se quitó un poco de delineador, para dejar enmarcar sus ojos, dándole una mirada afilada pero coqueta. Una vez que hizo esos retoques se impresiono por lo linda que se veía, pero prefirió no darle importancia y ahora sí, estando en el umbral de su casa, apenas y dio un paso cuando se hizo a un lado logrando atrapar una piedra, claramente tenía la intensión de lastimarla, sus reflejos estaban muy activos, por lo que tan rápido como la atrapo, la regreso con el doble de fuerza, golpeando a alguien, no supo a quién, pero si estaba segura de haber acertado, ya que escucho un grito de dolor. – ¡Será mejor que te alejes Jake! o la próxima vez, ira más debajo de tu abdomen – dijo ella mientras se iba caminando. – maldita...Maggie...! esto no se...auch...quedara así! – dijo un chico rubio, de buen aspecto, atractivo sería una buena forma de describirlo, de no ser porque en dado momento, trato de propasarse con Maggie y hacerle una broma, para humillarla, ya que ella lo había rechazado cuando eran niños.
Casi todas las calles y postes de alumbrado público, estaban tapizadas con los nombres de las y los participantes o la fecha en que se llevaría a cabo la competencia para ganarse un lugar a los olímpicos, cada vez era más y más molesto, ver o la cara de LJ o ver su nombre en la propaganda, luego de unos tortuosos 30 minutos recorriendo el camino de su casa al café, pudo ver su lugar "favorito" tranquilo, sin propaganda, sin nada que llegara a perturbarlo, por lo que entro gustosa al establecimiento.
Ese día estaba un poco flojo, ya que apenas y se encontraban algunos clientes, no más de 6 y estaban repartidos por las mesas, la única que estaba en la barra era Haiku, quien bebía su té, mientras observaba como su, ahora formalmente novio, preparaba junto a Dk una orden de 4 crepas especiales, era un pedido curioso, ya que normalmente son crepas muy "grandes" ya que llevan más de 3 ingredientes. Haiku no dejaba de impresionarse como es que había cambiado tanto su novio peliblanco, estaba claro que ya no era el mismo, tenía dotes para la cocina, la limpieza y, sobre todo, estaba ganando poco a poco más musculatura, y la pubertad seguía dándole rasgos definidos, dignos de un "ángel" para ella, no le gustaba sonar o pensar tan cursi, pero al estar enamorada era casi imposible no hacerlo.

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Camino a la Redención
ActionLuego de dos años de maltrato hacia Lincoln debido a variados eventos ocurridos en su vida, él decide que no está dispuesto a seguir en las mismas condiciones, por lo que, con ayuda de cinco de sus hermanas, escapa de casa para iniciar una nueva vid...