VI

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Luego de un rato más de conversación, los chicos acompañaron a las chicas a sus respectivas casas, claro que con Maggie la acompañaron hasta dos calles antes de su casa, para evitar meterla en problemas y que comenzara a discutir con su padre. Por otra parte, cuando se despidieron, Maggie le extendió la mano a Dk en señal de que quería "empezar de nuevo" a lo que él la estrechó gustoso.

Cuando Maggie estaba frente al pórtico de su hogar, la puerta se abrió de golpe, ella esperaba que su padre comenzara a reclamarle, pero en lugar de eso, su madre salió a abrazarla amorosamente, claro que esto incomodaba a Maggie y antes de poder decirle algo, su madre rompió el abrazó – me da gusto que estés bien hija, fuiste nuevamente al café ¿verdad? – Dijo ella con una sonrisa en su rostro, muy característica de ella por cierto – así fue, pero ¿Por qué la pregunta? – su madre suspiro con un poco de pesadez – tu padre, estaba por ir a buscarte, pero lo llamaron del consulado, ya sabes, su trabajo es sumamente demandante – Maggie frunció el ceño – sí, tanto como para que no venga en casi seis meses y los otros seis me moleste con sus estúpidos estándares – su madre la tomo por los hombros – sé que te molesta cariño, pero tu padre nació y creció en rusia, las cosas son diferentes y lo sabes, pero no te preocupes, volveré a hablar con él, tiene que respetar tus gustos y tus decisiones, tal como yo lo hice – dijo ella felizmente.

Algo que no muchas veces sucedía, es que una madre fuera tan comprensiva con los gustos de sus hijas e hijos, normalmente o, mejor dicho, en la mayoría de los casos, las madres quieren inculcar lo que a ellas les gusta y consideran que será lo correcto para sus hijos en general. Claro que hacer eso conlleva a que los hijos hagan completamente lo contrario, pero en el caso de Maggie, su madre decidió darle su lugar, así como respetar sus gustos, el ejemplo perfecto fue cuando le hizo su fiesta de cumpleaños número trece. Ella se esmeró en que todo saliera perfecto, estaba contenta de que todos los amigos de su hija fueran, la única cosa que le disgusto fue que Lincoln casi arruina la fiesta, pero al ver que supo arreglarlo, junto con su hermana, no tuvo que realizar una reclamación y más cuando el peliblanco se disculpó en su momento. La madre de Maggie apreciaba mucho a la hija que tenía, el único problema, era que su padre no aceptaba ese tipo de comportamientos en ninguna circunstancia.

El padre de Maggie era un hombre estricto y tal como lo dijo su madre provenía de Rusia y sirvió al menos 20 años en la KGB, claro que por esas mismas razones, es que no habla mucho de su pasado, ni Maggie ni su esposa saben su ciudad de origen o cómo fue su vida antes de conocer a la que sería su esposa hoy en día, siempre se portaba serio y con porte de no ser muy amigable, además de que era un hombre que se crio en un país donde, bueno, las cosas son diferentes en muchos aspectos, por lo que le molestaba mucho que su hija tuviera tales gustos, claro que en la lectura las cosas eran diferentes, por eso siempre le compraba libros de grandes autores y variedad de géneros, era lo único que él consideraba como un pasatiempo aceptable.

- bueno cariño, entra, te hice pastel de chocolate oscuro, tal como te gusta – la expresión seria de Maggie se borró por un momento, al recordar que había comido suficiente pastel por un día – ah...sí. Gracias, mamá, pero creo que esta vez paso, ya comí suficiente pastel por hoy – esto extrañó a su madre, ya que Maggie era una fanática de su pastel de chocolate oscuro, pero lo guardaría para la próxima vez.

Por otro lado, Lincoln y Haiku iban tomados de la mano, mientras conversaban un poco más con respecto a lo ocurrido en el día, claro que con Dk acompañándolos a unos tres pasos de distancia para no interrumpirlos. Al llegar a casa, Haiku se despidió dándole un beso a su amado, además de que se despidió de Dk estrechando la mano, demostrando que ya no había tanto "rechazo" hacía el amigo de Lincoln.

Ambos chicos se fueron mientras conversaban – entonces ¿estuvo pesado hacer el inventario? – pregunto Lincoln tratando de que el camino no fuese silencioso – de hecho, no, fue más rápido de lo que pensé, ya sabes cómo es Raven, su nivel de organización es ¡brutal! – dijo él como si diera un golpe a manera de broma, cosa que hizo reír a Lincoln – tú y tus ocurrencias Dk, pero si, la última vez que me toco reorganizar el inventarío, casi me cuelga por no haber seguido el proceso que ella indico, lo bueno, es que ya fue casi al final, sino no sé qué me habría hecho – dijo al sentir un escalofrió al recordar lo enojada que Raven estuvo en esa ocasión.

Camino a la RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora