Asintomático

Capítulo 2 "Ayúdame o arruíname".

Antes de salir Frank me dio unas botas que había encontrado, ya que yo, desgraciadamente, llevaba unos Converse que de nada me iban a servir para caminar por el bosque. Pasamos unas buenas horas caminando, el silencio era ensordecedor pero no incómodo. Los autos pasaban y pasaban pero ninguno se dispuso a detenerse para llevarnos.

Llegamos a casa pasado el mediodía, pero algo estaba mal, la casa debería de estar en buen estado y cuando llegamos y la vimos era todo lo contrario. Al entrar la cerradura había sido forzada y muchas huellas de lodo manchaban el piso.

- ¿Pero qué mierda pasó aquí? - Dijo Frank mientras se quitaba un mechón de cabello de la vista.

- No lo sé. - Respondí mientras me adentraba más y más a la casa, tengo que admitir que mi mandíbula temblaba del miedo. - Ayúdame a revisar la casa y dime si encuentras algo... o alguien. – Dije con el ánimo bajo, él solo asintió y caminó en dirección a la cocina.

Esperaba llegar y encontrarme con mi padre, pero en cambio, la casa estaba sucia y cierta capa de polvo cubría los muebles. Todo era muy extraño, parecía que alguien la había saqueado.

Pasé por la sala intentado encontrar pistas, pero en vez de eso pisé el vidrio que pertenecía a un viejo portarretratos que ahora yacía hecho pedazos en el suelo. Desganado me arrodillé para recoger la fotografía. Era una foto de hace unos dos o tres años donde salía yo con mis padres y Mikey. Era tan hermoso ese pequeño recuerdo que me sacó una pequeña sonrisa y me motivó a seguir.

- ¡Gerard! – Brinqué del susto, así que guardé la foto en un bolsillo de mi mochila y fui corriendo hacía donde creí haber escuchado el grito. Saliendo al jardín trasero me encontré a Frank tirado en el suelo con un infectado encima de él atacándolo.

Me apresuré a ir hacia donde se encontraba y con toda mi fuerza patee a esa cosa lejos, dispuesto a volverlo hacer escuché un disparo proveniente de la escopeta de Frank, después sólo se escuchó el seco sonido del cuerpo cayendo al suelo.

- ¡¿Podrías avisar a la próxima que vas a disparar?!

- Gracias. – Dijo Frank un poco agitado, creo que yo nunca me acostumbraría al sonido de las armas.

- De nada. - Respondí molesto porque había ignorado mi comentario anterior. - ¿Me podrías decir qué pasó? ¿Te mordió o algo?

- No, es sólo que iba a revisar el cobertizo para ver que encontraba, pero entonces abrí la puerta y esa cosa salió impulsada hacia mí.

- Qué extraño. - Dije acercándome para ver los rasgos del infectado que ahora yacía ¿Muerto? En el césped.

- ¿Lo conoces? - Preguntó Frank.

- Es la cosa más estúpida que has dicho. Obviamente no lo conozco.

- Me refiero a que si no es nadie de la casa, alguien de limpieza o yo que sé.

- No... No sé quién sea, pero creo que alguien lo metió ahí. - Intenté deducir.

- ¡Obviamente genio! esas cosas no tienen cerebro para abrir puertas. - Exclamó sarcásticamente mientras jugueteaba con su escopeta a lo que yo bufé.

Me acerqué un poco más al cuerpo para ver más a detalle. Era un hombre adulto, tenía un poco de barba y pinta de haber sido infectado hace poco ya que su piel no se veía tan podrida o mal oliente. Usaba un reloj en la mano izquierda y unas botas de campo como las nuestras.

- Gerard.

- ¿Ah? ¿Qué pasó? – Dije un poco confundido.

- ¿Por qué no entramos? Se ve que dentro de poco obscurecerá... y es rara la forma en la que vez ese cadáver, pareces necrófilo.