La misma noche salí de mi cuarto en busca de la bodega donde tendrían nuestras cosas, caminé por obscuros y largos pasillos con enormes tuberías como adornos.
Grandes puertas metálicas me indicaron que estaba por la zona de almacenes. Mi suerte fue tan grande que después de caminar por unos metros más me topé con un almacén que decía "Bodega de objetos personales", vaya, no lo pudieron haber hecho más obvio.
Me acerqué a la puerta y la empujé levemente, estaba cerrada, vi la cerradura, esta se desbloqueaba con una tarjeta especial.
- Tengo que conseguir una de esas. – Susurré. Aunque posiblemente sería imposible ya que los únicos idiotas que tenían cosas así eran los que llevaban más de dos años aquí y Frank y yo solo llevábamos un par de meses.
- ¡Gerard! – Gritaron de tras mío, a lo que encogí mis hombros levemente, me di la vuelta intentando lucir calmado pero simplemente bufé al ver que era el general Zack.
- Mierda...- Dije en un tono apenas audible.
- Sígueme, por favor. – Dijo haciendo una seña con la mano, a lo que yo asentí suspirando. Me llevó hasta su oficina y me hizo tomar asiento frente su escritorio.
- ¿Qué te ha parecido tu unidad? – Me preguntó mientras él tomaba asiento frente a mí.
- Rutinaria y aburrida. – Respondí mientras mi vista divagaba entre todas las cosas que había en su oficina. ¿Ahora qué querría?
- Es lo mejor que hay, afuera ya no queda nada más que infectados y cadáveres. Pero nuestros científicos dicen que ya están trabajando en una cura, o al menos algo con que protegernos de estas cosas. – Dijo mientras se daba la vuelta viendo el mapa pegado en la pared detrás de su silla.
- Sí, supongo... ¿Y cómo están logrando su dichosa cura? Si se puede saber.
- Pruebas y experimentos, estamos seguros de que estamos tan cerca...
- Y tan lejos. – Respondí involuntariamente.
- Así es, pero eso ya es información confidencial, no creas que solo te llamé para hablar de cosas que ambos sabemos perfectamente, es sobre ti... - Dijo poniéndose serio.
- ¿De mí? ¿Qué puedo tener de especial? – Dije con desinterés, algo sabía él, tal vez podría responder a mis preguntas.
- No te hagas el que no sabes, Gerard, ya sabemos que fuiste tú quien estaba el otro día en el laboratorio y no sólo eso, igual fuiste reportado por merodear en rumbos que no te correspondían, será mejor que cuides por donde andas o terminarás en donde los traidores terminan. – Ignoré eso, ya sabía lo que había hecho, pero aún tenía más asuntos pendientes con él.
- No entiendo porque mantener en secreto una cura, es lo único que puede dar a la gente esperanza y sinceramente sigo sin entender que tengo yo que ver en todo esto. – Respondí poniéndome de pie. Era ridículo como el vocabulario formal se hacía una costumbre después de varias semanas en una base militar.
- ¿Es enserio que aún no te das cuenta de eso? – Dijo encarándome.
- ¿A qué se refiere?
- Tu padre, ¿Nunca te contó en que solía trabajar antes de que tú nacieras?
- No, nunca lo hizo... pero usted... ¿Conoce a mi padre? - Pregunté confundido.
- Tu padre era un loco, creó una enfermedad mortal y una cura como tesis.
- ¿Qué? El no pudo hacer esto, él no, nunca me dijo... - No podía ser posible ¿Cómo él sería capaz de incluso matar a su propia familia por un simple trabajo?
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Asintomático
FanficDespués de perder a su madre y desconocer totalmente la localización de su padre y hermano, Gerard emprende un viaje en medio de una catástrofe global para encontrar a su familia y al mismo tiempo entender su propósito e importancia en el Apocalip...