El misterio de la chica de cabello Rosa

Capítulo 2.-Por fin me libré de ti escuincla.

Hoy era otro día en el que Lany recordaba lo que su hermano Andrés le hizo, aunque ya había pasado una semana ella no podía evitar sentirse sucia y con asco de si misma.

Ese día cuando sus padres llegaron que ella le dijo lo que le había hecho su hermano no le creyeron le dijeron;que solo decía eso por que no quería saber de el. –y no se podía creer que sus padres no le creyeran.

Lany estába en su lugar de siempre en la preparatoria, la esquina de el pasillo, donde se encontraba como de costumbre sentada leyendo.

Tocaron el timbre indicando que tenían que entrar a sus clases, la chica de cabello rosado suspiró con pesadez para pararse e irse a geográfica que era lo que le tocaba. De camino vió al chico que le estaba hablando hace días al que ella le habló mál "Hansel Gil".

Éste al verla se encaminó hasta ella. —Hola Martínez.–Lany lo miró raro debido a que la llamó por su apellido.

—¿No te cansas de molesta? –el chico negó.

—A ti no. –contestó con simpleza. Lany iba a empezar a camina pero Hansel la detubo.

—¿Qué quieres?–preguntó de mala gana la chica pelirosa.

—Solo quería devolverte ésto. –sacó del bolsillo de su sudadera el brazalete de Lany mostrandolo.

Ella lo intentó coger pero el subió la mano para que Ella no lo pudiera alcanzar. —Si me lo querías devolver ya damelo.

—Te lo daré pero con una condición. –Lany rodó los ojos.

—¿Cuál?

—Qué seas mi amiga. –la chica suspiró, si no fuera por que ese brazalete era el único recuerdo que tenía de su abuela se lo ubiera dejado ya que ella no le gusta la idea de ser amiga de el.

—Esta bien, pero no quiero que me estés molestando todo el tiempo ¿entendiste? –el chico sonrió asintiendo.

Lany extendió su mano para que Hansel le pusiera en brazalete, lo cual el chico hizo.

—Por sierto ¿Como te llamas?

—Lany, Lany Martínez. –respondió la chica.

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Todo mundo estaba saliendo de la secundaria para irse hacía su casa.

—¡Lany!

La pelirosa escuchó su nombre a lo lejos tras ella, dió la vuelta para ver quien la llamaba. Se encontró con su nuevo amigo Hansel Gil.

El chico llegó a su lado agitado por haber corrido. —¿Qué quieres?

—Ya que somos amigos quería invitarte a la fiesta que haré ésta noche en mi casa.

—Tomaré en cuenta tu invitación, adiós. –dijo la chica sin mucha importancia. Colocó sus audífonos y comenzó a caminar hacia su casa.

Al llegar subió a su habitación cerrando la puerta con seguro para prevenir que su hermano volviera de nuevo a entrar a su habitación.

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Lany bajó la habitación procurando no encontrarse con alguna de sus hermanos. Caminó hacía la Sala donde estaba su madre sentada sosteniendo a Louise su hermana menor de apenas once meses.

—Mamá.–llamó Lany llamando la atención de su madre.

—¿Si Lany?

—¿Puedo ir a una fiesta en la noche?–dijo sin rodeo la pelirosa.

Lucrecia su madre la miró. —No, en la noche tu padre y yo saldremos y tu te quedaras con Louise.

—Pero...

—Pero nada tú cuidarás a tú hermana. –dijo la mujer sin dejarle que ella protestara.

—Laura la puede cuidar o Artemisa. –su madre la miró incrédula.

—Yo dije que tú la cuidarás y punto.

Lany salió enojada de la sala y caminó nuevamente a su habitación.

Estúpida escuincla. –pensó Lany.

Tenía ganas de matar a esa niña por su culpa no podría ir de fiesta a casa de su nuevo amigo.

Lany

Caminé por el pasillo del piso de arriba en donde estaban todas las habitaciones, fuí directo a la habitación de Louise. Ella estaba en su cuna durmiendo plácidamente.

La tomé en brazos y salí de su habitación caminé escalera abajo, al llegar al primer piso salí al patio trasero de la casa donde está la piscina.

Miré a mi hermanita en mis brazos y luego a la piscina, caminé al borde de esta y arroje a Louise. Ella empezó a moverse desesperada debido a que se estaba ahogando.

Al pasar unos minutos subió a flote indicando que ya estaba muerta. —Por fin me libre de ti escuincla.

Lany despertó agitada por el sueño que acababa de tener, no se dio cuenta en que momento se durmió.

—Lany habré la puerta. –escuchó la voz de su madre.

Lany abrió la puerta viendo a su madre cargando a su pequeña hermana Louise. —Aquí tienes tu padre y yo ya nos vamos, espero y la cuides bien.

No podía creer que había dormido tanto que ya se había hecho de noche.

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La pelirosa miró a su hermana mientras dormía y se acordó del sueño que había tenido, escuchó la puerta abrirse, se asustó por que pensó que era Andrés pero suspiró aliviada al ver a su madre.

—Puedes irte acostar. –dijo ésta mirando a su hija pelirosa.

—Buenas noches. –fue lo que dijo Lany ante de irse.

Lucrecia le dió un beso en la mejilla a su pequeña hija de buenas noches para luego retirarse de la habitación.