Capítulo 4.-¡En tu vida vuelvas ha tocarme perra!

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—¡Mamá! ¿has visto a Lucas?–preguntó Artemisa.

—No, de seguro está en su habitación jugando. –la hija mayor femenina niega.

—Ya lo busqué hay y no está.

—Qué raro. –respondió Lucrecia. —LUCAS.–gritó Lucrecia llamando a su hijo. —¿Donde se habrá metido éste niño?

Lany bajaba los escalones escuchando como su madre llamaba a su hermano menor. Recordó por unos segundo el sueño que se había hecho y se asustó al momento, no quería que su sueño se hiciera realidad como pasó con el de su hermanita Louise.

—¿Sucede algo? –preguntó a su madre la pelirosa.

—Si... Sucede que tu hermano no aparece y no quiero que pase lo mismo que con mi bebé. –respondió Lucrecia.

Lany rápido desapareció de la vista de su madre por que se fue al lugar donde había soñado enterrando a su hermano. Observó con determinación el terreno pero no habían indicios de que esa tierra haya sido desenterrada, todo estaba en orden.

La pelirosa suspiro aliviada por que su sueño no se había hecho realidad su hermano no estaba enterrado, de seguro se había escondido como lo hacía algunas veces para preocupar a su madre.

Lany regresó dentro de la casa específicamente a la cosina por algo de desayunar, se encontraba tranquila por que sabía que su hermano regresaría en cualquier momento.

—En vez de estar aquí desayunando a gusto mejor deberías estar ayudando a buscar a Lucas. –dijo su hermana melliza en un tono agresivo.

Lany y ella eran como el agua y el aceite, aunque fueran mellizas, lo que la pelirosa agradecía era que no se parecían muchos, que gracias a Dios eran mellizas no gemelas.

Una de la razones por la que Lany se tiñó el cabello fue ella. La ahora pelirosa no quería compartir color de cabello con ella y ningunos de sus parientes, ella decía que bastante tenía con compartir sangre.

—¡No molestes Laura! –exclamó de mala gana la pelirosa.

Laura sin previo aviso se aproximó a su hermana y le dió una cachetada. —Ha mi no me hablas así estúpida.

La de cabello rosado sobó la parte donde su hermana había golpeado para luego reaccionar al acto de su hermana y propinarle una cachetada de igual forma.

—¡En tu vida vuelvas ha tocarme perra!–dice Lany mirando a su hermana desafiante.

Laura no se creía que su hermana le había pegado, por que ella está acostumbrada a pegarle, gritarle y aserle un sin números de cosas y ella nunca hacia nada, nunca se defendía.

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Ya era noche, todabia no había encontrado a el pequeño Lucas, Lucrecia tanto como Adolfo se encontraban súper preocupado por su hijo.

Lucrecia solo pensaba en el dolor que sentiría si encontrará a su hijo sin vida como lo hizo con su pequeña Louise. Ella decía que no lo soportaría.

Todos ya estaban en sus respectivas habitaciones para dormir.

Lany se miró por última vez en el espejo de su baño para luego caminar hasta su cama y acostarse en ésta. —Mañana será otro día. –habló sola.

Lany

Camino por el pasillo de las habitaciones en dirección al cuarto de mi hermana melliza "Laura" Esa perra pagará por todas la cosas que me ha hecho.

Entré a la habitación de Laura tocar, por suerte la puerta no tenía el seguro puesto. Empece a buscar a mi hermana por toda su habitación pero no estába.

—¿Qué haces aquí? –escuché la voz de Lucas.

—Busco a Laura ¿Sabes donde está? –el asiente.

—Está en la terraza de aquí arriba. –ahora soy yo la que asiento.

Salgo de la habitación y me dirijo a donde me dijo Lucas que se encuentra Laura. Encuentro a mi hermana sentada revisando su celular.

—Laura.–ella deja de lado su celular y me mira.

—¿Qué quieres? –dice de mala gana.

—Hacerte pagar por todo lo que me has hecho. –ella se ríe con ironía.

—Buen chiste. –se para del sofá negro donde se encontraba y se puso frente a mi. —Deberías dejar de molestar estúpida.

No esperé tiempo y la agarré de los cabellos y sin dejar que ella se defendiera la empujé hacía el cristal que hay en la terraza.

El cristal al sentir el impacto de mi hermana en el se rompió haciendo que mi hermana cayera de la segunda planta. Me acerqué hasta el borde y la ví en el suelo toda llena de sangre y con un pedazo de cristal clavado en su vientre.

Era una imagen tan aq...

Lany despertó de golpe. —¿Qué demonios? –la chica estaba toda sudada y alterada por lo que acababa de soñar.

El misterio de la chica de cabello RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora