Veinticinco Años Después (Fanfic THG)

Capitulo 5. Entrevista.

-          ¡Hoy todo el día, nos pasaremos practicando para la entrevista! – Cantoneaba Aria que se moría por verme con mi atuendo.

Mientras yo comía una tarta ella se paseaba en la sala mientras me decía en como caminar, hablar he incluso en respirar.

-          Todo mundo estará mirando - resoplaba – Los patrocinadores estarán al tanto para ver cómo te llevas con el público. Es importante que causes una buena impresión.

Yo solo escuchaba pero no decía nada, comía y bebía, me importaba conseguir patrocinadores, pero, la verdad es que todo eso, me fastidiaba.

-          ¿Cómo me portare bien ante todos si traeré vestido y tacones? – le pregunte en una ocasión a mi estilista – No me saldrá nada bien.

-          Lo intentaras y lo lograras – me respondió muy sonriente.

Para las 6, Derek esta con su estilista, yo estaba en sesión para que me desplumaran toda, literalmente, me quitaron el 99% de mi vello corporal, y en mi vida me había sentido tan limpia e irritada.

Me senté en la silla alta, me pusieron una bata blanca y el trabajo duro comenzó. Capa tras capa de maquillaje lleno mi cara, luego me pintaron las pestañas de negro, delinearon mis cejas y maquillaron mis parpados con algo blanco y negro, de tal manera que parecía una piel de cebra. Esto me daba más o menos una idea de cómo iría vestida. Labios rosas, y un peinado un poco más natural. Una trenza tejida a lo ancho de mi cabeza, con el resto del cabello hacia atrás con volumen.

-          ¡¡Quedaras espectacular!! – mascullaban todos los del equipo de preparación.

Mi estilista llego con un traje negro, un vestido de holanes en la parte de abajo y en corte de corazón arriba. Abrí los ojos mucho y me limite a decir algo:

-          Deberás hacerme una operación antes de rellenar la parte de arriba del vestido.

-          No te preocupes, te verás bien – Aria contesto rápido – aunque tus pechos sean demasiado pequeños, el vestido te favorecerá.

-          ¡Eso me consuela!

Me metieron al vestido y me pusieron zapatos altos amarillos con rojo y morado. Dudo que combinen, pero para mi estilista está bien, y bueno, si a los del capitolio les gusta, yo que puedo decir. Aria me da un par de trucos para caminar con tacones altos, y por más de una vez, casi caigo. Pero lo consigo, y si llego viva al asiento, estaré perfecta.

Me coloco en fila y veo llegar a Derek con un traje color negro, con pequeños destellos dorados. Me da la impresión que su estilista tiene que ver con el mio algo para que vallamos a juego, pero se esfuerzan por hacer que mantengamos las distancias. No entiendo por qué, pero siento que mientras menos me encariñe con él, menos doloroso será ver como lo matan.

Pasan los tributos uno por uno. Y luego me llama a mí.

- Ahora con nosotros, Kate ¡Nuestra tributo ciega! - dice Caesar Flickerman, y estoy a punto de soltar una palabrota, pero veo a Aria atrás de mi diciendo basta. Me siento en la silla de piel color café. Mientras el público da gritos y aplausos.

-          Hola Caesar – le contesto con buen humor, recordando a los patrocinadores.

-          Espero y no te hayas ofendido – me grita – solo lo dije....

-          Está bien – lo interrumpo – estoy acostumbrada a los insultos indirectos.

Todos ríen y yo recuerdo a Eddie, ¿que estará haciendo ahora?

-          Bien, cuéntanos un poco de ti.

-          Pues, soy una persona que vive en el distrito 5, y que fue escogida tributo, y que lucha por seguir con vida.

-          ¡Me alegra que seas tan clara chica!

-          Si no soy clara, no seguiré con vida

Caesar dice mil preguntas sobre los juegos, sobre mi hogar, sobre mi vida, pasaron tres minutos y suena el timbrecito de que mi tiempo acabo. Me despido de Caesar sin antes que él me haya dicho:

-          Por cierto, hermoso atuendo

Salgo despidiéndome del público y cuando llego de nuevo detrás del escenario, llaman a Derek.

No presto mucha atención, solo escucho casi lo último. Pero supongo que fue una pregunta que lo molesto. Al entrar al departamento, él se ha encerrado en su cuarto, mañana entraremos en la arena y no quiero que el este enojado. Pero lo dejo. En mi cuarto, me cambio con mi pijama y me voy a dormir, esperando ver la misteriosa arena.