Capitulo 8. El ganador.

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Las muertes son algo trágicas, pero no veo tanta importancia, una muerte, una oportunidad de ganar.

También me traen tontos recuerdos, uno de ellos, es a mi madre. Ella ni siquiera respiraba cuando la lleve a casa. Ella solo cerró los ojos y jamás los volvió a abrir.

Era un día lluvioso de julio, unas semanas después la cosecha. Mi madre salió a conseguir comida en el mercado. Ese día, había pedido teselas sin permiso. Y no quería que mi madre se enterara. Esta la lluvia tan fuerte, que no pude salir de casa para acompañarla. En la tarde, ella llego toda empapada de agua, se resfrió. Pero al día siguiente ella tenía que trabajar, y eso hizo. Y así se pasó toda una semana, sin atención de su resfrió. El domingo, estaba la mañana soleada, y salí con ella al manzano que está detrás de nuestra casa. Se sentó largo rato, cansada, tan amarilla, tenía fiebre. Estábamos las dos, solas, sin dinero para un médico, así que llame al boticario, pero él dijo que necesita medicina, porque ella tenía algo llamado neumonía, y eso era delicado. Me pase todo el día de un lado para otro encontrando la forma de conseguir dinero. Había hecho de todo, solo me quedaba la única cosa que jamás se le podría permitir a una niña de 14 años. Salí por detrás del mercado a la  casa de uno de los agentes de la paz. Esta tan destrozada, necesitada de dinero y asustada, no sabía que otra cosa hacer. Llame a la puerta, y un hombre,  alto y musculoso me atendió. Su nombre era James, sabía que muchas chicas venían con el porque daba una buena cantidad de dinero por acostarse con él. Pero la mayoría tenía más de 16 años. Y yo estaba ahí, con 14, estaba alta, pero delgada. Aunque mi familia era de cuerpo bien hecho. Vacile al tocar la puerta, peor ya lo había hecho, que más podía hacer. Recuerdo su voz ronca cuando me vio. << Dime chica, ¿Qué tanto ocupas?>> lloraba cuando me vio, pero sabía que estaba muy mal. Me dio algo de beber, para que me calmara y puso dinero sobre la mesa. Lo dejo ahí y me llevo con él. No era la gran cosa de tipo, pero no estaba tan mal, era guapo, pero no dejaba  de ser muy mayor para mí. Sentía tan horrible como sus labios besabas mi cuello, y cuando cerré los ojos sentía aun peor, sus manos me tocaban y yo solo quería que terminara.

Al final salí de la casa con el dinero en las manos y tos asqueada. Me dirigí a mi casa, y cuando llegue, mi madre estaba sentada, mejor dicho, recostada en el tronco del árbol. La llame varias veces... pero nada

-          ¡Conseguí dinero! Te traeré tu medicina, estarás mejor...

Pero sus ojos aun que estaban abiertos, ella ya estaba muerta.

El dinero lo conserve, y me sirvió para una semana de comida. No podía dejar que se llevaran el cadáver de mi madre. Y no podía dejar que me llevaran al orfanato. Pero al final, los agentes se dieron cuenta y se la llevaron. Como se dieron cuenta de que me podía cuidar sola,  y que asistí el año siguiente a la cosecha, me dejaron. Pero no podía sentirme de la misma forma, sin nada. A los 15, deje de ser una niña, tanto mental, como físicamente. Trabaje, y me volví más dura, pero siempre que pasaba en el colegio con las demás chicas, me veían tan desagradablemente, y supe cuál era la razón. << Lo hubieran hecho ustedes también si estuvieran en i condición>> les dije en una ocasión. Pero nada las callaba.

Pude haberme ido siempre con Eddie o  Eve. Mis únicos amigos, pero. Ellos tenían familia, y me gustaba demasiado pasarme las horas sentada en aquel sofá.

Nada de lo que hago me sale bien. Me comí toda la sopa de pollo porque se pondría mal de todas formas. El almuerzo, desapareció por la podredumbre. Las armas que tengo no me funcionaran nunca, ni siquiera sé porque sigo viva, coincidencia, suerte. No lo creo. Mi instinto de supervivencia y no haber tenido aliados. Me habría sido difícil despedirme de ellos, no soy muy emotiva, pero el altruismo está en mi sangre, y jamás podría haberlos matado. Quiero subir muy alto y descansar, esperar que ese tributo se mate entre solo, y yo gane, incoherencias. Tomo un poco de agua, y algo de la fruta. Se hace de noche y me meto en el saco de dormir, con la ropa extra hago una almohada, la linterna me sirve para... bueno, para hacerles saber que estoy aquí. Pero de igual manera la guardo. Antes de dormir, puse una trampa cerca de aquí, espero y recoja algo de carne. Tengo mis cuchillos listos y me duermo.

Veinticinco Años Después (Fanfic THG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora