Capítulo 9

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No puedo aún sacar la imagen de aquel hombre que asesiné llevada por mis impulsos, necesito saber si tenía familia o por qué simplemente fui tras él. Qué tenía de especial.

Camino en medio del atardecer por la acera del barrio al que me mudé, ajena a todo a mi alrededor. Los autos que pasaban, las personas y demás.

Si Vladimir seguro se llegara a enterar de esto que hice, probablemente se sentiría decepcionado de mí... ¡Agh! ¿Pero qué hago pensando en ese idiota? Y aún peor, ¿Qué me importa lo que piense él sobre mí?.

Reduzco mi ritmo una vez llegó a casa y me encamino a la puerta, voy buscando las llaves en mi bolsillo trasero, pero una vez llegó a esta, noto la puerta entre abierta e inmediatamente me pongo alerta. ¿A caso nadie sabe esperar a qué te habrán?.

–¿Hola? –Llamo al cruzar la puerta y observar cautelosamente a mi alrededor.

–¡Ivonne! Te estaba esperando. –Escucho la voz de Reed a mi izquierda y rápidamente me giro hacia allí. –Disculpa entrar así a tu hogar, es que hace algo de frío afuera. –Le miro, sentado en uno de los sillones de mi sala con su caro traje y zapatos, acompañado de dos guardaespaldas a cada lado.

–Tranquilo, eres bienvenido. –Digo sarcásticamente y él solo suelta un pequeño risilla. –Supongo que vienes por Magnus, lamento decirte que no sé dónde está. –Le miento obviamente, no consigo aún lo que quiero de Magnus así que no lo echaría a la boca del lobo por el momento.

–Sabía que dirías eso, así mismo como sé qué mientes. –Enarco una ceja y este me mira divertido. –En el transcurso de estos días a Magnus se le ha visto merodeando la ciudad sin cuidado alguno, lo que no es propio de él. Nadie sabe por qué o qué. –Me informa y cruzo mis brazos sobre mi pecho.

–Ve al punto. –Asevero.

–Qué se me hace difícil creer que una gran cazarecompensas como tú no haya estado al tanto de las visitas a la ciudad del hombre lobo. Te dí un plazo para entregármelo lo cuál no hiciste, así que déjame decirte... –Se levanta de mi sillón ya abotona el chaleco de su traje. –Si para dentro de dos días no tengo el trasero pulgoso de ese hombre lobo, Elizabeth y Mia pagarán las consecuencias. –Sus palabras me roban el aliento y él solo me sonríe como si lo que acabase de decir no fuese nada del otro mundo.

–Si te atreves a ponerles-- –Me interrumpe groseramente.

–Ahorrate tus amenazas estúpidas, yo no quiero llegar hasta tal extremo, pero tú y yo quedamos en algo y debes cumplir. –Se acerca a mí guardando una distancia de centímetros. –Si no te mato es para que vivas con la culpa de que tus amigas están muertas. –Dice esto último y se retira de mi casa con sus guardaespaldas siguiéndoles el paso dejándome por fin sola e inquieta.

No tenía idea de cómo sabía de ellas, pero no era de extrañarse que un hombre poderoso como Reed tuviese ese tipo de información, más no es que pudiese mantener eso oculto, teniendo en cuenta quién soy y la atención que atraigo.

Tengo que entregar a Magnus, no es algo que quisiese, debido a que creo que empecé a desarrollar una clase de lazo hacia él en estos días... Pero la vida de Elizabeth y Mia o la de Magnus no era algo a tan siquiera debatir.

Quizás Mia y Elizabeth estén molestas conmigo, pero no dejaría que les pasase algo por no entregar a un hombre lobo al que no conozco bien. Tendré que esforzarme más para sacarle información a Magnus sobre su relación con Vladimir y una vez consiga lo que quiero, tenderle una trampa.

Si voy tras él directamente sería incapaz de neutralizarlo ya que él es mucho más fuerte que yo, así que debo idear un plan.

(...)

VEGAN IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora