DE EMBRIAGUEZ Y CALENTURA

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El puñetazo que Draco Malfoy asestó a Blaise Zabini fue lo suficientemente fuerte para hacer caer al moreno de golpe sobre el pasto del jardín principal de Hogwarts. Draco se había llevado toda la mañana buscando al idiota por el cual Miranda lloraba, no era que Draco nunca hubiese hecho llorar a su prima, qué va, si existía un mago por el cual la princesa de los Malfoy había derramado un mar interminable de lágrimas ese era Draco Malfoy Black, sin embargo, su primo y aún futuro esposo era bastante protector cuando se trataba de la joven.

Nunca aceptaría que se trataba de un amor puro, al menos no delante de los demás. Sin embargo, muy dentro de sí mismo quería pensar que Miranda estaba consciente de que lo que sentía por ella nunca lo había sentido por ninguna otra y seguramente nunca sería capaz de sentirlo por nadie más. Su amor por Miranda era lo único puro y verdadero que el rubio tenía. Así que verla llorar por otro mago no le causaba ninguna gracia.

Odiaba verla llorar. El día que el imbécil de Harry la hizo llorar durante su tercer año en el Colegio casi lo mata, de no ser porque ella misma se lo impidió y debido a su brazo fracturado sin duda alguna se habría enfrentado a Harry sin remordimientos. Y ahora, dos años más tarde iba dispuesto a romperle la nariz a Zabini, su eterno mejor amigo. Quizá el único que tenía.

—¡¿Qué demonios te ocurre, Draco?! ¡¿ACASO TE HAS VUELTO LOCO?!

Crabb y Goyle trataron vanamente de sujetar al heredero Malfoy por ambos brazos, pero fue inútil. Tan pronto Blaise se puso de pie, Draco asestó un golpe aún más fuerte haciendo sangrar su nariz. Zabini era por mucho más alto que Draco, pero era un mago bastante pacífico. Blaise se dedicaba a leer y a mantener notas sobresalientes, era bastante inteligente, así que nunca antes había tenido una pelea de puños con alguien. No sabía muy bien cómo reaccionar.

—¡JODER, DRACO! —Gritó desde el suelo tocándose la nariz con su diestra, observando la sangre—. ¿¡PUEDES DECIRME QUÉ COÑO TE SUCEDE?!

—¡Draco, detente! —Gritó esta vez Pansy arrodillándose junto a Zabini para de esta forma ayudarlo a incorporarse.

—Escúchame bien, imbécil. Quiero que esta sea la última vez, LA ÚLTIMA, que haces llorar a Miranda. ¿ENTIENDES? No quiero ver una sola lágrima derramada por tu culpa.

Con gran dificultad y la ayuda de su amiga en común, Blaise se puso de pie, observó a Draco aún con la nariz rota y sangrante, y se echó a reír. Fue una risa que pretendía ser sarcástica, pero quizá por el dolor físico resultó dolorosa.

—¿Con qué cara me pides eso, Draco? ¡Miranda ha llorado más por ti que por ningún otro!

—¡TE LO ADVIERTO, BLAISE! No quieres conocerme enojado.

Blaise Zabini se relamió la sangre de los labios y procedió a limpiarse con la manga de su túnica oscura. Hizo una mueca de molestia.

—No sé qué te molesta tanto, Draco. ¿Te duele no ser el único que hace llorar a tu prima? ¿O realmente te importa lo que ella siente? ¿Estás enamorado de ella, acaso?

—Que te valga un reverendo jugo de calabaza agrio cuáles son mis motivos, solo deja de meterte con ella o la nariz no será lo único que te romperé.

—¡Basta, Draco! —Repitió Pansy—. Para de una v...-

—¡SEÑOR MALFOY! ¿QUÉ ESTÁ PASANDO? —La voz de Minerva McGonagall resonó sobre todas las demás. Ni Blaise ni Draco habían reparado en el público que se formó a su alrededor—. ¡Por Merlín, Señor Zabini! Pero, ¿qué le ha pasado? ¡Señor Malfoy! Su comportamiento es inaceptable. ¡LOS DOS VENDRÁN CONMIGO!

LA PRINCESA MALFOYWhere stories live. Discover now