Ocultar siempre tiene consecuencias

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N: Diga (dijo con voz de ultratumba...)

A: Hola mi amor (saludó con una sonrisa) ¿Qué haces aún dormida?

N: Uff... hola cariño (articuló como pudo) no grites...

A: Uy uy que eso me suena a "ayer me pasé un poco con las copas" (bromeó)

N: Sí... un poco, la verdad (dijo sintiéndose extraña)

A: Ya (continuó) pues sí que te lo pasas bien... menos mal que estás trabajando...

N: Sí, bueno... tuvimos una cena ayer... se alargó y...

A: Cariño (la cortó) que estoy de broma, no te estoy regañando... aunque debería ¿eh? Tú allí divirtiéndote y yo aquí echándote de menos...

N: Ummm... yo también te echo mucho de menos (dijo cariñosa) de hecho, me he dado cuenta que te extraño más de lo que pensaba...

A: Eso me gusta más ¿ves? (no pudo evitar sonreír)

N: Es verdad... (repitió) solo hemos pasado un día sin vernos y parece una eternidad... no veo la hora de volver y darte un beso... (declaró aún sin moverse en la cama)

A: Y yo mi amor (dijo encantada de la vida) yo también estoy deseando verte...

N: Menos mal que queda poquito ya...

A: Sí (dijo mordiéndose el labio) ¿tienes mucho que hacer hoy? (preguntó)

N: Pues no sé... ahora lo veré... aunque no tengo gana ninguna de moverme de la camita...

A: Imagino, mi amor (dijo sabiendo lo que a Natalia le pasaba cuando bebía) si ya me conozco yo tus borracheras... por cierto... espero que no hicieras nada malo ¿uhm? (bromeó)

N: No... no... (contestó) vamos creo que no (dijo tan bajo que Alba no lo entendió)

A: ¿Qué? (preguntó)

N: Que no, cariño (respondió de nuevo) que no hice nada malo... solo te eché de menos...

A: Vale... me quedo más tranquila (dijo sonriente) que ganas tengo de que vengas Natalia (volvió a retomar esa conversación, no podía dejar de decirle cuanto la extrañaba...)

N: Ya queda menos... (contestó) uff... me duele la cabeza (protestó)

A: Eso es la resaca, cariño (indicó) ahora lo que tienes que hacer es comer algo que te asiente el estómago y tomarte una pastilla antes de salir...

N: Sí... ahora pediré el desayuno (durante la conversación intentó moverse pero no pudo, sentía el cuerpo pesado y un fuerte pinchazo en la cabeza, por lo que decidió quedarse en la misma posición...)

A: Oye, ¿a qué hora llega tu vuelo? Tal vez pueda ir a recogerte al aeropuerto (le dijo)

N: No sé, Alba ... (decía sin saber casi ni donde estaba) ahora mismo no me acuerdo... pero yo te llamo no te preocupes por eso...

De pronto dejó de hablar, su rostro se tornó serio, sorprendido, asustado, la temperatura de la habitación pareció bajar veinte grados bajo cero, su cuerpo tembló de miedo, se heló, se quedó totalmente parada al sentir un brazo rodear su cintura...

Giró la cabeza rápidamente, olvidándose del mareo, descubriendo el cuerpo de Marta junto a ella, la desnudez de sus cuerpos no dejaba lugar a dudas...

A: ¿Natalia? ¿Natalia me oyes? (escuchó lejanamente...)

N: Al... Alba ... te... tengo que dejarte que se... se me ha hecho muy tarde y tengo que irme ya (dijo como pudo, intentando despertar de esa pesadilla, porque eso tenía que ser una pesadilla...)

Dulce o SaladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora