Habían pasado un par de semanas desde el beso, parecía que todo volvía a ser como antes. Eddie volvió con los perdedores.
Eddie llegó a la escuela y para su sorpresa, la bicicleta de Richie ya estaba ahí. Al entrar a la escuela, vió a Richie de espaldas recargado en los casilleros, parecía estar hablando con alguien.
Eddie creyó torpemente que se trataba de algunos de los chicos, como Stan o Bill. Pero al momento de acercarse para saludar a Richie vió a una chica, y no era Beverly, se trataba de una nueva estudiante, su cabello era largo y negro, era un poco más alta que Eddie y era un poco morena, realmente linda.
–¡Hola Eds! —apoyó su brazo en el hombro del pequeño, haciendo que este sonriera un poco.
–Hola Rich.
–Ella es Camila, es nueva en la escuela y su casillero está a un lado del mío, ¿no es genial?
–Claro, es increíble. —le regaló una sonrisa a Camila y ella hizo lo mismo.
–Y tú eres...
–Me llamo Eddie.
La campana sonó, Eddie tomó la mano de Richie y lo estiró para llevarlo al salón, Richie se despidió con la mano de Camila y soltó una pequeña risa.
El salón estaba vacío, pues en esa clase todos llegaban tarde, incluso el profesor. El pequeño cerró la puerta y soltó la mano de su amigo.
Richie se encontraba en las nubes, las manos de Eddie eran jodidamente suaves y lindas, pero volvió a la tierra al escuchar la voz de Eddie.
–¿Qué? No te escuché Eds.
–Pregunté que si te gustaba Camila.
–¿Qué? —soltó una carcajada y acarició la mejilla, que ahora estaba roja, de Eddie.
–¿De qué te ríes imbécil? Hablo en serio. —estaba completamente rojo y miraba hacia el piso.
Richie secó sus lágrimas y trató de calmarse para hablar.
–Ay Eddie Spaghetti, de verdad me sorprendes, por si no te has dado cuenta —bajó la voz, para que nadie exepto Eddie pudiera escucharlo— soy gay, soy jodidamente gay, y tú me gustas.
Estás palabras fueron suficientes para que Eddie hiciera corto circuito, su ceño fruncido cambió a una sonrisa y ahora solo estaba levemente sonrojado.
–Eres muy tierno Eds. —tomó la mejilla del pequeño y le dió un beso fugaz— Vamos afuera, el profe no va a venir.
...
Camila estaba en el patio de la escuela con una amiga. De lejos vió a Richie junto con Eddie y le pareció buena idea ir con ellos.
–Vamos allá. —señaló la mesa en dónde se habían sentado los chicos— Con ellos.
Mientras se dirigían a la mesa, llegó alguien con los chicos y se sentó.
–¡Hola chicos! —sonrió y se sentó.
–¡Hola Mike! —saludaron ambos al moreno.
Las chicas llegaron hasta la mesa y Camila saludó a los chicos.
–¿Podemos sentarnos?
–Claro
Camila se sentó a un lado de Mike y su amiga a un lado de ella.
–¿Cómo te llamas? —preguntó Richie con amabilidad a la castaña.
–Me llamo Sofía. —sonrió y miró a Eddie, el cual se encontraba en frente de ella.
Eddie al notar la mirada de la castaña desvió la mirada. Sofía era linda y aunque no estaba seguro de su orientación sexual, a él le gustaba Richie, estaba perdidamente enamorado de él.
Después de que todos se presentaron, Mike y Camila estaban platicando, parecía que se llevaron muy bien, Richie hacia bromas de la madre de Eddie, haciendo que todos se rían y ganándose pequeños golpes del asmático, mientras que Sofía miraba con una pequeña sonrisa a Eddie.
–Rich tenemos que irnos —dijo mirando su reloj, dándose cuenta que ya era momento de irse a su salón.
–Claro Eddie Spaghetti —tomó su mochila y se paró de su asiento— ¡hasta luego!
–Adiós chicos —sonrió e hizo lo mismo que Richie.
Al llegar al salón, el cual estaba vacío, dejaron sus mochilas en sus lugares y Richie cerró la puerta.
–Le gustaste a Sofía.
