Richie se separó, terminado el pequeño beso, no quería dejar a Eddie sin aire. Ambos estaban callados, pero el silencio no era incómodo, estaban levemente sonrojados y con un pequeña sonrisa en sus rostros. Pero la sonrisa no les duró mucho ya que la puerta principal fue abierta.
-Mierda, es mi madre. Escondete.
-Como usted ordene señooorrr.Richie obedeció y se metió al closet, no pasó mucho tiempo para que se escuchará el grito de la madre.
-Eddieeeee. Necesito tu ayuda.
Eddie bajó las escaleras, aún estaba nervioso, por el beso, pero trató de disimularlo y al parecer lo hizo bien, ya que su madre no lo notó.
Eddie tardó un poco en volver a la habitación, quizás unos 10 minutos. En ese tiempo Richie estaba bastante aburrido, así que se arriesgo a salir del closet para después chismosear en las cosas del castaño. Se sentó en la silla giratoria y comenzó a jugar dando vueltas en ellas.
Cuando Eddie entró no pudo evitar sonreír tiernamente al ver a Richie jugar. Richie notó su presencia y luego soltó un suspiro exagerado.
-Al fin, creí que la ballena andante te había comido, ya iba a bajar para rescatarte.
-Cierra la boca. -Eddie le dió un golpe a su amigo, haciendo que este se quejara dramáticamente.
-¿Por qué?
-¿Por qué, qué, Eds?
-¿Por qué me besaste?
-Bueno yo... -me gustas, pensó el pelinegro-perdón si te incomodé, no era mi intención...
-¿Sientes algo por mí?
-Bueno, Eds... -es un buen momento, házlo, se dijo a sí mismo dándose ánimos-Sí.Esas palabras dejaron perplejo al pequeño, sin duda se esperaba una broma por parte del pelinegro, en eso momentos solo quería brincar hacía él, abrazarlo y decirle que también sentía lo mismo. Pero no era momento.
Wow, Richie yo... -el pequeño soltó un suspiro antes de continuar- Yo también siento algo por tí.