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—¿Ya lo encontraste?.— Donghyuck hablaba con ChenLe, eran las una y tres de la madrugada.

—No, aún no hay señales de ninguno.

—Por favor, por favor Dios, hace que nada le suceda a mis niños.— Donghyuck estaba siendo abrazado por Mark y ChenLe lloriqueaba sobre el pecho de Jisung.

—¿Aló?.— Jisung habló por su celular.— JaeHyun, ¿Has visto a JaeMin?.

—No, ¿Por qué?.— la voz de YoonOh era suave.— ¿Se perdió?.

—Si, pero junto a RenJun.

—Van a aparecer.— calmó JaeHyun.

•~:♪.:~
•°~.«touch me, tease me, feel me up»~♪

—¡No puedes mantenerme bajo tu control!.— RenJun gritó.

Hace una semana había pasado el accidente en el sofá de Jisung, y JaeMin lo mantenía todo el tiempo junto a él, con una correa en la garganta. Ahora le había pedido a el padre de Huang para que lo dejara quedarse en su casa.

—Claro que puedo, RenJun.— sonrió con una mueca macabra.— Tu me cediste ese permiso en el momento en que me dejaste entrar en ti.

—¡Solo era un polvo!, ¿Que acaso le haces esto a todos los que se acuestan contigo?.— Huang luchaba por desatarse de la silla, mientras el collar se apretaba un poco más cada vez que luchaba.

—No todos son como tú.— dijo sonriente.— Tu eres muy interesante, eres tierno y muy perfecto para algo que quería hacer desde hace mucho tiempo. No es bueno jugar con tu virginidad, ¿verdad?, RenJun.— JaeMin miró al joven atado en su silla.

RenJun miró enojado la ventana, tratando de observar si había alguien. Estaba asustado.

—¿Sabes lo que haré?.— JaeMin paseaba al rededor de la silla, acariciando el cabello de RenJun.— probaré todo lo que pueda contigo.

—¡Le diré a mi padre que abusas de mi!.— Huang apenas podía hablar. Su garganta estaba casi sin aire.

—No grites sino quieres quedarte sin aire. Y por lo de tu padre, para tu información, él se fue por tres meses a un largo viaje.— RenJun miraba con lágrimas en los ojos a JaeMin.— Estaba tan contento, ojalá vuelva bien de donde quiera que...el diablo lo haiga llevado.

RenJun sabía a lo que se refería. Su padre se había ido a un lugar muy lejano, y quizás no vuelva con vida.

—¡¿Que le hiciste?!— RenJun apenas respiraba, en verdad estaba casi azul.

—Deja de gritar.— JaeMin se acercó a RenJun y desabrochó el collar.— o te lo pondré de nuevo.

—¡Vete!.— RenJun estaba llorando mucho.— ¡Ponme ese collar y largate!, ¡Déjame morir!.

—Ya déjate de estupideces.

—¡No quiero!.— RenJun sentía como interior se destrozaba por lo fuerte que había sido la noticia.— Mi papá. Lo quiero tanto.

—¿Qué tal si dejas de llorar?.— Na se agachó frente al chino.— Iré por algo, ya vuelvo.

Las lágrimas de RenJun eran continuas, ya ni siquiera podía abrir los ojos porque sino llenaría sus piernas de agua.

No estaba desnudo, pero se sentía así. No quería estar ahí, menos con alguien tan psicópata como JaeMin.

Entre lágrimas y disculpas, recordó el sueño que tuvo unos días después de que JaeMin llegará a la escuela. En dónde JaeMin lo maltrataba.

Movió la cabeza de lado en lado, sacándose ese horrible e insoportable recuerdo de la cabeza. Se lanzó de lado al piso, aplastando su brazo izquierdo, la silla pesaba al menos un kilo más aparte de los de él mismo por lo que su brazo estaba quedándose ligeramente dormido.

Se arrastró rápido a la ventana, apunto del subir.

Una mano tomó su brazo, poniendo la silla de vuelta en donde debía estar. JaeMin lo miraba enojado.

—¿Que querías hacer?.

—Todo para estar lejos de ti.

—Guarda silencio, ¿Si?.

—¡Quiero irme!, ¡Déjame escapar!.

JaeMin estaba harto de que RenJun hablara, por lo que se dió la vuelta y azotó una cachetada contra la mejilla del chino, dejando marcada su mano en la redondita y algo delgada parte de la cara de RenJun.

—¡Sigue así!.— gritó Na.— Y cavarás tu propia tumba.

—Pues entonces..— RenJun tenía un ojo ligeramente lloroso, mientras los sonidos que emitía con su lengua eran pertubadores.— Dame la maldita pala para empezar a hacer el hoyo.

—Ahora mismo quiero que te calles.— JaeMin tomó las muñecas de RenJun y las desató.— Solo puedes abrir la boca para gemir y nada más.

Fuertemente JaeMin levantó a RenJun del asiento, dejando el rostro ajeno pegado al colchón de su cómoda cama.

JaeMin puso una mano en la espada de Ren, amarrando sus manos y aprovechando el momento amarrando también sus piernas.

—¡Déjame!

—Te dije que hablarás solo para gemir, nada más.

Una vez JaeMin subió arriba de RenJun, con el cuidado de no aplastarlo, comenzó a quitarle la ropa. El chino estaba—secretamente—disfrutando de la sensación.

JaeMin sonrió al ver a RenJun totalmente desnudo, muy vulnerable a sus ojos. Elevó las caderas del joven, haciendo que el trasero del chico quede hacia arriba. Huang tenía la frente pegada al colchón, respirando agitado.

Na alineó su pene y recordó que aún no estaba dilatada la entrada de Huang. Sonrió por lo macabro que sería. Metió un dedo de la mano de RenJun a su boca, chupando frenéticamente. Huang sentía la saliva recorrer sus dedos.

Su boca era rápida, pero tan pronto como terminó, metió todo el dedo de RenJun en la entrada del chino. Huang gimió alto por el dolor, era su propio dedo pero JaeMin lo movía muy rápido como para frenarse.

Cuando la entrada estuvo lo suficientemente dilatada, metió todo su pene en el pequeño orificio. RenJun sintió que se partiría en dos.

La cabeza de JaeMin se hizo hacia atrás, sintiendo el placer de estar dentro del chino. Movió sus caderas con suavidad, enterrando lentamente su pene enorme. Después de unos instantes así, empezó más rápido.

—Ah, eres tan malditamente bueno RenJun.

—S-Saca e-esa cosa d-de m-mi, ah.

El flequillo de RenJun se movía de atrás hacia adelante, mientras que sus manos seguían atadas en su espalda. JaeMin penetraba fuertemente, agarrando de vez en cuando el cabello de RenJun.

Era todo demaciado rápido. Desde besos suaves y empujones sin maldad a mordidas llenas de dolor y penetraciones moledoras.

Hasta que Na se corrió dentro de Huang. RenJun también estaba excitado, pero JaeMin alcanzó la punta de su pene y le quitó su orgasmo. Por lo que RenJun no llegó a correrse.

Valla que sería larga su estancia ahí.

Game | JaeJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora