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RenJun despertó en la misma posición en la que se durmió.

Tenía las manos atadas en la espalda, ambas piernas de igual manera y la cabeza apollada en el colchón.
Abrió los ojos despacio, apenas mirando porque aún estaba un poco aturdido.

Jadeó un poco por culpa de la extensión que dentro de él se encontraba. Huang pensaba en como matarse sin tener aguantar la respiración ya que tenía sus manos atadas.
Na se movió un poco, poniendo a RenJun bajo su cuerpo. De nuevo, el pene dentro de él se movió, causando un dolor en su parte baja.

—A-Auch, JaeMin.— habló.

El coreano abrió levemente un ojo, para después sonreír y mirarlo bien. Puso ambas manos a los lados de la cabeza de RenJun, mirando su nuca. Huang estaba de espaldas, dejando su trasero pegado a la hombría de JaeMin para que no doliera si se movía. Na sonrió y empezó a besar la nuca del chino, dejando marcas rojas y ligeramente moradas.

—JaeMin, detente. Me quiero ir.— lloriqueó RenJun.

—Mira, no te pregunté eso. Ahora solo vamos a comer, ¿Si?— el pelirosa se levantó, sacando fuertemente su miembro de la pequeña y apretada entrada de RenJun.

Fue doloroso, por lo que simplemente chilló y empezó a llorar despacio. JaeMin lo observó y levantó sus hombros, llendo a cocinar algunas cosas para darle de comer a Huang.

—¡Te odio, Na JaeMin!.— RenJun empezó a estirarse, escuchando sus huesos sonar por la postura en la que se mantuvo toda la noche.— Ojalá se te queme el rancho.

Na escuchó eso y rió, porque RenJun no podría hacer nada y porque no tiene un rancho.

—Huang RenJun, te amo. Por dejarme hacerte lo que quiera. Ahora voy a tomar fotos y podré seguir con todo lo demás como si fuera normal.— Palabrería y palabrería era lo que RenJun decía que JaeMin decía¿

El chino se dió la vuelta, mirando el techo de la habitación. Su cuerpo estaba con rastros de semen seco en sus piernas, mientras que su garganta tenía leves mordiscos marcados. Sus labios estaban rojos e hinchados por todas las veces que JaeMin le succionó la boca y sus mejillas estaban rojas por el calor que tenía.

Pronto el coreano llegó a la habitación, mirando contento a RenJun. El estómago del más bajo sonaba, por lo que miró el plato de comida en la habitación.

—¿Me alimentarás?

—Si colaboras para fotografiarnos.

RenJun asintió, después de todo tenía demaciado hambre como para negarse. JaeMin sonrió y se desvistió, mirando directamente a Huang.

Una cámara fotográfica hizo un shock en la cara de RenJun.

—¿Vas a subir mi rostro?

—No, solo era para mi recuerdo. Pero si subiré tu cuerpo y boca, por lo menos los ojos y la nariz no.

JaeMin se recostó sobre RenJun, aplastándolo.

Una foto desde la garganta de JaeMin, hasta los tobillos de RenJun fue lo que en la pantalla salió. El rostro de ninguno fue revelado, solo la boca de RenJun.

—Ahora quiero que te inclines un poco y subas tu trasero, ¿Si?.— RenJun elevó sus caderas, escondiendo su rostro con su flequillo. JaeMin puso la cámara frente a su pecho, sacando una foto en dónde la refinada cintura y la espalda de RenJun se vieran de forma perfecta.

—Listo.

—Ahora quiero que abras las piernas y saques la lengua un poco a la derecha.— RenJun asintió.— pero espera, no saques la lengua aún porque debo masturbarme.

La mano de JaeMin se movía rápidamente, mientras RenJun lo miraba. Na sonrió y empezó a tocar a Huang, manoseando los pezones del chino. Pasaron al menos veinte minutos y JaeMin se corrió.

La boca de RenJun quedó llena de semen blanco y brillante.

—Ahora saca la lengua.— JaeMin puso la cámara enfocando la intimidad de RenJun y la boca de este. La foto dió un flash y RenJun sonrió, dejando ver su colmillo izquierdo.— Me gusta tu colmillo.

RenJun sonrió y tragó el semen del coreano, quién también sonrió.

—Ahora quiero una foto en dónde salgan tus piernas y tu pene, los cuales van a ser tocados por mi.— Huang asintió y se recostó de mejor manera. Sus piernas estaban juntas, pero su delgadez le impedía juntarlas bien por lo que quedó un hueco pequeño entre ellas. Pronto la mano de JaeMin se ubicó en su pequeño miembro.—Mmm, tan vulnerable.

La foto fue tomada y las piernas de RenJun se vieron muy blancas, excitando más a JaeMin.

—Bueno, por ahora esta es la última.— dijo.— Quiero que salgas lamiendo mi dedo mientras yo te penetro, ¿Bien?.

RenJun volvió a asentir. JaeMin acercó su pene a la entrada de Huang, hundiéndose poco a poco dentro de él. Cuando la estrecha entrada estuvo llena, JaeMin metió dos dedos en la boca del chino, quién sacó su lengua y los lamió con euforia.

La foto fue tomada desde arriba otra vez, dejando ver el pene de JaeMin dentro de la entrada de RenJun y la pequeña boca rosa de Huang abierta con ambos dedos siendo chupados.

—Soy un gran fotógrafo.— sonrió.

—¿Me darás comida?.

—Ese fue el trato.— Na levantó el plato y lo puso frente a RenJun, alimentándolo.

—Uff, tenía bastante hambre.

—Lo sé.— JaeMin pausó un poco.— ¿Crees que podrías acostumbrarte a estar conmigo?.

—Sinceramente, creo que sí. Pero no si mi padre está muerto.

—Jamás lo mataría.

—Pues supongo que sí, si no estoy amarrado.

—Aún no es momento para desamarrarte.

Game | JaeJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora