Game | JaeJun

8

RenJun sintió como la temperatura del cuerpo de JaeMin bajó muy rápido, provocando que se extrañe por el rostro lleno de pánico del joven.

—¿JaeMin?.— escuchó a lo lejos en el pasillo de la casa.

—Haces un ruido y te mato.— soltó Na mientras ocultaba a RenJun en un armario.

La posición de Huang era muy incómoda. Las piernas juntas al pecho y las manos en la espalda, amarradas como siempre, agregando que el semen de JaeMin ya estaba seco y se había pegado entre sus piernas y en sus muslos.

—JaeMin, ¿Que pasa?.— preguntó.

—Lo que pasa es que si no cierras la maldita boca tendré que comerla.— respondió el coreano mientras subía el paño a la boca de Huang.

Las puertas del armario se cerraron. RenJun se percató de que había un pequeño y estrecho lugar en donde una luz dejaba ver hacia afuera, por lo que se asomó y miró lo que sucedía.

—¿JaeMin?.— preguntó un joven un poco bajito, entrando a la habitación. Los rasgos físicos de el coreano era muy poco parecidos a los de JaeMin, agregando que el cabello del más bajito era con ondulaciones y el de JaeMin es lacio totalmente.

—Hermano.— Huang abrió grande los ojos.

—Minnie, ¡Hasta que te encuentro!.— el niño le dió un abrazo al coreano, mientras lloriqueaba en su hombro. JaeMin estaba inexpresivo, no le devolvió el abrazo pero tampoco lo apartó.

—HyeongJun.— habló frío.— Te dije que no me buscáras.

—E-Es que, JaeMin.— RenJun pudo ver como HyeongJun subía con las manos temblorosas las mangas de su chaquetón gigante, revelando unas esposas con un ship que se unía a un collar en la garganta del jovencito.— M-Me atraparon..

—Mierda.— JaeMin se lanzó hacia atrás, golpeando muchas cosas.— Nunca debí entrar a esa estúpida mafia. Ahora te harán daño a ti y no a mí.

—J-JaeMinie.— dijo suave y con la voz cortada el más tierno.— Hay una solución.

—Dime cual es.— preguntó rápidamente, mirando a HyeongJun con desesperación.

—Puedes darles a esos hombres alguien más que ocupe mi lugar, además de que...— los lágrimeantes ojos del castaño con rizos miraron el suelo.— Dongpyo también está encarcelado...

—Maldita sea.— gritó enojado el pelirosa.

¿Quién diablos es Dongpyo?.

—N-Nosotros solo paseabamos por el parque, pero entonces nos atraparon. Ellos saben que soy tu hermano.— JaeMin lloraba sujeto de una mesa. HyeongJun se le acercó, dándole un abrazo.— Solo regala a dos personas que no conozcas, puedes hacerlo, es muy fácil.

JaeMin dejó de llorar, para abrazar a HyeongJun.

—¿Cuánto tiempo hay?.

—Solo dos días....

—Los tendré, hermanito, por ti y tu novio.

HyeongJun sonrió, saliendo de la casa junto a JaeMin.

RenJun se sintió devastado.

Porque él es una persona extraña, él y sus amigos.