Hey, Master! || (b) hargrove. || Stranger Things

Capítulo 6: Inicios Desastrosos

¿Todavía estoy en sus bibliotecas? :c

—¡Eh, tú!— se escuchó un grito entre tanta tensión. Joyce gritó.

—¡Cállate, maldita sea!

—¡Cómo se les ocurre, idiotas!— gritó el jefe Hopper dando un portazo en la casa Byers.

—¡Papá, alto!

—¡No, no, alto nada! ¿Cómo carajos se les ocurre entrar a ese lugar? ¿A exponerse así? ¿¡ACASO NO PIENSAN?!— dijo en un grito lleno de furia. Los adolescentes callaron y se miraron los unos a los otros. Joyce exhaló con fuerza, sintiéndose temblar de pies a cabeza; había nueve adolescentes parados en la sala de estar, todos con las cabezas agachadas. Billy miró sus brazos con extrañeza, sintiendo como algo húmedo y caliente bajaba por sus brazos y terminaba salpicando el suelo, haciendo un sonido apenas perceptible.

Estaban ensangrentados por culpa de la chica que había tenido que cargar y que había recibido un gran golpe en su frente al caer al rocoso suelo, provocándole una herida superficial; comenzó a hiperventilar, poniéndose pálido en el acto y sosteniéndose con fuerza la cabeza. Los chicos a su alrededor lo miraron con precaución.

—Billy, tranquilo, respira. Aquí estoy contigo— dijo Max en un tono suave mientras acariciaba el rubio cabello de su hermano y lo ataba en un pequeño y desordenado moño. Billy tragó grueso.

—Tranquilo cariño —sonrió Joyce maternalmente mientras se acercaba —, vamos a limpiarte, ¿sí? Ella está bien. Fuiste muy valiente y estoy orgullosa de ti por eso. Estarás bien, ¿de acuerdo? Cuenta a diez suavemente— Billy asintió mientras las lágrimas caían por sus ojos azules. Joyce miró dureza a Hopper—: tú también deberías de respirar a diez, insensato. ¡Hazlo, quiero escucharte! Idiota.— espetó por última vez antes de desaparecer por el pasillo hasta llegar al baño.

El jefe Hopper suspiró, sosteniéndose el puente de la nariz y respirando, contando del uno al diez para tratar de calmarse; desvió la mirada de Mike y sus amigos para evitar sentir que sus nervios se crisparan, y miró con atención a su hija, que yacía a un lado de su novio.

—¿Qué pasó?— preguntó con una calma estresante. Eleven bajó la mirada—. Creí haberte dicho que sólo estarías en la avenida principal, no que estarías en Maple Street. ¿Cómo terminaron en el Laboratorio?

—Fue mi culpa, jefe —dijo Robin mirando con pena al jefe. Hopper le dirigió una mirada dura—. Oficial, señor Policía, o lo que sea que su placa signifique.

—Por esto es que no dejo que se junten con intentos estúpidos de adultos como este par.

—¡Oye!— exclamó Steve bastante ofendido.

—En realidad, jefe Hopper, es que fue mi culpa— dijo Max saliendo del baño. Hopper bufó.

—Por esto es que no tenías que salir de la casa en primer lugar, y todo es tu culpa— exclamó Hopper señalado a Mike. Mike abrió su boca con ofensa.

—¡Eso no es cierto!

—¡Claro que sí, si no fuera por ti mi hija estaría resguardada en su casa sin ningún peligro alguno!

—¡Usted solo busca inculparme por estupideces, porque si pensara un momento, se daría cuenta de que la persona que está dentro de la habitación de Will y fue atacada por un jodido demogorgon es mi prima!— exclamó Mike mientras su rostro se desfiguraba con dolor. Se cubrió la boca para callar los sollozos, y miró con dolor al hombre frente a él—. ¡Mi prima está allá dentro, luchando por su vida y yo no sé si va a despertar después del maldito golpe que recibió dos veces en la cabeza!