Aquello era más de lo que podía asumir en apenas una mañana. Intentó tomar aire, pero era como si los pulmones no le respondieran. Shun la miró con la misma expresión, sorprendido hasta el punto de dejar caer la mochila que portaba al hombro, en un gesto que puso a Saori en alerta.
- O sea, que estaba en lo cierto: vosotros ya os conocíais.
Las voces de ambos surgieron al tiempo, impidiéndole entender bien lo que decían.
- Éramos compañeros de clase –dijo Alma.
- Es la chica de quien te hablé –confirmó Shun.
Saori se quedó en silencio, pensando en lo que acababa de oír. Por fin, sonrió:
- Al principio no se me ocurrió que pudieseis coincidir en la misma aula, entre tres grupos de mañana y dos de tarde que suman casi quinientos alumnos, pero era una simple cuestión de probabilidades...
- Tatsumi, por favor, ¿dónde está el cuarto de baño? –preguntó Alma, incorporándose de repente y siguiendo al mayordomo con rapidez.
No era posible; tenía que haber oído mal: ¿Shun, un caballero de Atenea? ¿Qué estaba pasando? Incapaz de aguantar más su ansiedad, abrió el inodoro y vomitó violentamente. El corazón le golpeaba el pecho con fuerza, aquello empezaba a ser demasiado surrealista. Entonces, percibió una mano cálida sujetándole el pelo en la nuca y otra que le acariciaba la espalda con suavidad. Aquel perfume cítrico... No podía ser otra persona. Se revolvió para librarse de su contacto y se incorporó, pero él continuó asiéndole la melena y, a continuación, mojó un pedazo de papel y le limpió los labios y las mejillas con delicadeza.
- Parece que tendremos tema de conversación durante el vuelo... –le regaló aquella sonrisa que siempre la derretía, pero ella desvió la cara y salió del baño sin responder.
Cuando volvieron, todos se habían acomodado en el amplio semicírculo que formaban los asientos color crema, dejándoles libres dos lugares contiguos.
- Perdonad por lo de antes, estoy un poco nerviosa con todo esto del viaje... –se disculpó ella, avergonzada, antes de sentarse entre Shun y Hyoga.
- Bueno, igual también influye el hecho de que acabas de enterarte de que somos algo más que simples estudiantes... –aventuró el ruso, guiñándole un ojo.
- Dejadla, está impresionada –intervino Shun, poniéndole una mano sobre el hombro que ella se sacudió enseguida.
El capitán entró para presentarse y desearles un buen vuelo y después se dirigió a la cabina; el avión comenzó a hacer ruido mientras el habitáculo se iba presurizando y fueron informados por megafonía de la altitud y duración prevista del vuelo al tiempo que Seiya gesticulaba y fingía ser él quien hablaba, haciendo reír a Saori. Alma intentó concentrarse en mirar por la ventanilla, pero no podía dejar de pensar en Shun: ¿por qué era amable con ella de pronto? ¿Pensaba que podía llegar y borrar cuatro meses de dolor? Y, para colmo, estaba guapísimo, con la melena recogida en una trenza baja que resaltaba su aire ambiguo y esa camiseta azul oscuro contrastando con sus ojos oceánicos. Se enfadó consigo misma al constatar el efecto que su proximidad tenía todavía en ella, pero pronto Saori la distrajo.
- Bueno, chicos, ya sé que estáis un poco despistados –comenzó, mientras todos asentían y el avión rodaba cada vez más rápido por la pista-, y esta no es la única sorpresa del día: Seika y Shunrei se nos unirán en destino- añadió, entre aplausos de Shiryu y Seiya. Veo que ya conocíais a Alma...
- Unos más que otros –cuchicheó Seiya, lo cual le valió una colleja por parte de Ikki.
- ... y quiero explicaros por qué está aquí. Ella es la hija de Hideo Takahashi.
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Andromeda in love
FanficElla es una chica de 19 años recién llegada a la universidad; él es un caballero de Atenea que, en tiempos de paz, intenta vivir como un chico normal. Cuando se enamoran, todo cambia para ambos. ¿Puede él continuar fingiendo que es como los demás? ¿...