El final del semestre se acercaba. Alma permanecía en su limbo autoinducido, intentando no pensar en Shun cuando estaba a solas y manteniéndose cortésmente distante si se veían forzados a coincidir en las prácticas, por respeto a Agnetha y Yoko. Aun así, su presencia le provocaba un remolino de sentimientos complicado de gestionar: seguía enamorada de él, pero le dolía que no hubiese confiado en ella lo suficiente como para ser sincero al dejarla, y la humillación a la que la había sometido la encolerizaba. Y estaba, además, toda aquella tristeza en sus ojos verdes... Fingía no darse cuenta, pero era consciente de la expresión de su cara al mirarla, fuese en el laboratorio o rodeados de amigos en un pub.
Alguna tarde, al salir de clase, le había parecido verle a lo lejos, subido en la moto, como si la estuviese esperando, pero ni él se acercaba ni ella le invitaba a hacerlo. No entendía por qué actuaba así; desde luego, no la ayudaba a olvidarle, como tampoco ayudaba el hecho de mantener expuesto en la estantería el retrato que él le había regalado, o usar su camiseta como funda de almohada para dormirse con su olor.
Trataba de distraerse imaginando el viaje que Saori le había prometido que harían juntas y los días que pasaría en Madrid con sus abuelos. Con un poco de suerte, coincidiría con sus amigos del instituto y podría ponerse al día y pensar en algo que no fuese Shun. Necesitaba terminar ya los exámenes, quitarse de encima las dos asignaturas de primer año que todavía tenía pendientes y descansar. Ese era su mayor deseo cuando entró al aula para realizar el último examen del semestre, agotada por las horas de estudio y la falta de sueño.
Se sentía tan nerviosa que el desayuno apenas le entraba; había dejado el equipaje preparado y la casa recogida, pero no conseguía relajarse. Resignada a no comer más, fregó el menaje que había utilizado, se lavó los dientes, echó un último vistazo a su alrededor y cogió la maleta.
Pasó todo el trayecto en tren pensando en las palabras de Saori. Había llamado un par de semanas antes para confirmar las vacaciones con ella, como le había prometido en el hospital, indicándole que invitaría a más personas, que el destino sería sorpresa y que llevase trajes de baño y ropa fresca; hasta ahí, todo era más o menos normal. Pero, justo antes de despedirse, había añadido algo:.
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Andromeda in love
Fiksi PenggemarElla es una chica de 19 años recién llegada a la universidad; él es un caballero de Atenea que, en tiempos de paz, intenta vivir como un chico normal. Cuando se enamoran, todo cambia para ambos. ¿Puede él continuar fingiendo que es como los demás? ¿...