Dorea Black, la mayor de tres hermanos, Sirius y Regulus, sus dos hermanos menores, muy diferentes entre ellos. Su mejor amiga y su prima Narcisa Black, la menor de sus tres primas, Bellatrix Lestrange y Andromeda Tonks, una mortifaga y una traidora...
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—¡SIRIUS! — gritó Harry —¡SIRIUS!
—No puedes hacer nada, Harry...
—¡Vamos a buscarlo, tenemos que ayudarlo, solo se ha caído al otro lado del arco!
—Es demasiado tarde, Harry.
—No, todavía podemos alcanzarlo... — Harry luchó con todas sus fuerzas, pero Lupin no lo soltaba.
—No puedes hacer nada, Harry. Se ha ido.
(...)
Muchos años antes, 1976, Mansión de los Black.
Observó su habitación una última vez, asegurándose de que no se dejaba nada. En su cama solo quedaba su baúl y la jaula de su lechuza negra, sobre las paredes el estandarte de Slytherin y un póster de las Arpías de Holyhead. Sobre la mesa un par de cartas leídas que ya no tenía ningún sentido conservarlas. Se llevó la mano al bolsillo y extrajo su contenido.
Una vieja foto, de hacia un par de años.
Se reconoció a sí misma, en el centro de sus dos hermanos. Tenía el pelo negro y liso, como la mayoría de los Black, los ojos grises y la piel pálida. Sonreía por un chiste que Sirius había contado segundos antes, justo a su derecha, con su pelo negro algo largo y bien peinado, su sonrisa traviesa y sus ojos grises. A la izquierda de ambos, Regulus, el menor de los hermanos, les regañaba pidiéndoles seriedad aunque no podía evitar que una pequeña sonrisa se asomase por la comisura de sus labios, tenía el pelo negro más corto que Sirius y los ojos igual de grises que sus dos hermanos mayores.
Era la única foto que había podido salvar de los tres, segundos antes de que su madre destruyese toda prueba de que Sirius alguna vez había pertenecido a esa familia.
—¡DOREA, BAJA! ¡NOS VAMOS!
Guardó la foto con velocidad en su bolsillo segundos antes de que la puerta se abriese.
Regulus estaba al otro lado. Con su túnica de Hogwarts ya puesta y un tanto avergonzado.
—Le dije a padre que vendría a buscarte — dijo con una pequeña sonrisa de disculpa — perdió la paciencia en lo que he tardado en subir las escaleras.
